Por: JOAQUÍN
ROBLES ZABALA (*)
Hay
Docentes de planta que figuran de tiempo completo en otras universidades. Otros
de tiempo completo que trabajan tres días a la semana.
Joaquín
Robles: Así se roban la Universidad de Cartagena Joaquín Robles Zabala.
Lo
primero que deberían aclarar las directivas de la Universidad de Cartagena es
por qué muchos de los profesores que aparecen recibiendo salarios de tiempo
completo tienen contratos laborales con otras universidades. Por qué un grupo
de docentes del área de la salud que trabaja un par de días por semana devengan
un sueldo que supera los 10 millones de pesos.
Por qué un vicerrector académico adquiere un apartamento por más de 650
millones que luego paga en dos años y hoy su nombre aparece en el listado de
investigados por la Procuraduría sin que nadie le haya pedido explicaciones al
respecto.
La
Universidad de Cartagena recibió en 2015 un presupuesto que superó los 175 mil
millones de pesos, pero en el segundo semestre de ese año los estudiantes de
los distintos programas paralizaron las actividades académicas ante la
dificultad para recibir clases, la falta de profesores de planta y las irregularidades que venían dándose en
los nombramientos. Algunos docentes que
cumplieron con los requisitos para ocupar las plazas requeridas, tuvieron luego
que demandar ante la justicia el concurso de méritos que, en realidad, terminó
siendo un concurso de luchas de poderes. Pues, a pesar de que ocuparon los
primeros lugares en sus respectivas áreas, las vacantes fueron asignadas a
aspirantes que, además de no llenar los requisitos exigidos por la ley, sus
nombres no aparecían en el listado de participantes, y si aparecían estaban muy
lejos de los primeros lugares para ser tenidos en cuenta.
Pero
esto no es nuevo. Las irregularidades que se dan hoy en la Universidad de
Cartagena vienen desde hace 20 años y presentan distintos matices de
corrupción: desde la competencia interna de algunos docentes que cambian notas
por sexo hasta aquellos que se benefician indirectamente de los desfalcos sin
que sus nombres se vean salpicados por las denuncias, ya que no hay documentos
firmados que los comprometan en los ilícitos.
En mayo
de 2009, por ejemplo, la Unidad de Delitos Contra el Patrimonio de la Fiscalía
General de la Nación capturó a Germán Herrera, tesorero de ese alma máter y
quien fue señalado de ser el cerebro detrás una red de funcionarios que robó, a
lo largo de varios años, las arcas de la esa institución por un valor superior
a los 2.000 millones de pesos. Ese mismo día fue capturada María Eugenia
Fernández, una funcionaria que no pudo justificar las millonarias
consignaciones que se le habían hecho durante varios años en sus cuentas
bancarias. Con ella fueron detenidos, en los días siguientes, 15 funcionarios
más, vinculados al desfalco.
Lo
curioso del caso, según una nota de Caracol Radio, fue que las directivas de la
universidad negaron saber algo del asunto hasta cuando los medios de comunicación
divulgaron la noticia.
En
2013, en la plenaria de la Cámara de Representantes, el congresista William
García denunció la pérdida de más de 15 mil millones del presupuesto de la
universidad. El rector de entonces, Germán Sierra Anaya, quien funge hoy de
secretario de educación del distrito de Cartagena, negó saber algo del asunto
aunque luego fue vinculado a una investigación de la Procuraduría. Un año
después, el mismo representante volvió a denunciar la pérdida de 1.900 millones
que se habían embolatados en la compra de algunos computadores y bombillas
ahorradoras de energía. El congresista instó entonces a la Procuraduría a
adelantar las investigaciones pertinentes para aclarar en qué se estaban
invirtiendo los dineros destinados al funcionamiento de la universidad.
Pero la
corrupción que carcome los cimientos administrativos del primer centro de
educación superior de la ciudad, va más allá. Que un candidato a rector
invierta un poco más de 500 millones de pesos para alcanzar la dirección de la
universidad solo es comparable con la inversión que hacen los políticos
corruptos locales para llegar a los cargos de elección popular. En enero de
2015, el presidente de la Asociación de Egresados, Lutterh Larios, manifestó su preocupación
ante los medios de comunicación por las
denuncias que se estaban haciendo al respecto: durante los días previos a las
elecciones de rector y decanos, se supo que algunos aspirantes estaban
ofreciendo prebendas y cupos a las distintas maestrías que desarrolla la
universidad para quienes votaran por un determinado candidato. De la misma
manera, el abogado Danilo Contreras Guzmán denunció en su momento las graves
irregularidades que se estaban presentando en la escogencia de los candidatos a
dichas maestrías.
Para un
profesor del programa de inglés que ha pedido la reserva de su nombre, “resulta
poco ético que algunos docentes y directivos hagan nombrar en cargos
administrativos a familiares cercanos, que es lo está pasando en este momento
en algunas facultades y programas de la universidad” Pero el asunto, ha
expresado, “ se pone mucho más grave si le digo que la gran mayoría de los
profesores escogidos, por lo menos en el programa donde laboro, no son
profesionales en idioma: son administradores, contadores e ingenieros”.
No
olvidemos que en mayo de 2015 el Juzgado Tercero Penal del Circuito de
Cartagena condenó al exrector Sergio Hernández Gamarra a 5 años de cárcel y a
pagar 64 salarios mínimos por embolatar más de 4. 200 millones de pesos de
varios convenios interadministrativos, condena que ratificó el Tribunal
Superior de Justicia, el cual recibió el proceso en segunda instancia. Pero eso
parece haberse olvidado. Y el desfalco al presupuesto del primer centro de
educación superior de la ciudad continúa sin que nadie se escandalice. O, al
menos, haga algo por evitarlo.
En
Twitter: @joarza
E-mail:
robleszabala@gmail.com
*Docente
universitario.
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