5 años
construyendo poder popular y propuesta de país para la vida digna
En
octubre de 2010 más de 15.000 personas nos encontramos en Bogotá, para dar
nacimiento a un espacio de articulación y unidad que llamamos Congreso de los
Pueblos, nuestra proclama expresa: “Nuestra palabra, que camina y teje razones
y sueños, ahora se levanta para compartirles a todos y todas, habitantes del
territorio colombiano, pero también a todos los pueblos hermanos, que hombres y
mujeres de la más variada procedencia y diversidad de edades nos dimos cita en
Bogotá, entre el 8 y el 12 de octubre de 2010, para asumir en nuestras manos la
responsabilidad histórica de nuestras vidas y motivar a nuestro pueblo para que
haga lo propio con la suya”.
En
Octubre de 2010 nació una nueva herramienta de expresión popular que recoge
luchas históricas e impulsa nuevas luchas, en campos, resguardos, consejos
comunitarios y ciudades.
Somos
la gente campesina que ha defendido la tierra, somos las comunidades indígenas
que hemos resistido a la barbarie y sostenido nuestra autonomía, somos las
comunidades afrodescendientes que eliminamos la esclavitud y reafirmamos nuestra dignidad, somos los pobladores
urbanos que exigimos el derecho a habitar dignamente la ciudad para todos y
todas.
Este
2015, en el que completamos 5 años de existencia como actor político,
celebramos que el proceso de solución política al conflicto armado avanzara,
los progresos de los diálogos en la Habana y la inminente instalación de una
Mesa pública con el ELN.
Sin
embargo, este 2015 debía ser un año de construcción de paz, y por el contrario
fue de nuevo, y tristemente, un año de persecución a las organizaciones
sociales y populares; a los movimientos políticos alternativos, a las organizaciones
constructoras de paz.
Asesinatos,
desplazamientos, atentados, injustos encarcelamientos, amenazas y demás actos
de violencia y hostilidad por parte de aquellas fuerzas del régimen que no
están dispuestas a superar el sectarismo político y avanzar decididamente a un
escenario y momento donde se pueda hacer la política sin armas.
En
medio de esta arremetida contra el movimiento social y popular, como Congreso
de los Pueblos, Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular, llevamos a cabo
diferentes iniciativas políticas y sociales, mostrando con claridad la
vitalidad y la fuerza del pueblo colombiano.
Iniciando
el año 2015, como Congreso de los Pueblos realizamos nuestro 1° Seminario
Político-Ideológico Carlos Pedraza, en el que avanzamos en caracterizarnos como
Movimiento Social y Político, con propuestas de cambio para el país.
Realizamos
en el mes de Agosto como Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular las Jornadas
de Indignación, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos establecidos entre el
gobierno nacional y el movimiento popular. Exigimos una discusión de fondo del
modelo económico, pues el gobierno busca una paz que profundice el
extractivismo y la agroindustria, y el Plan Nacional de Desarrollo aprobado
este año se encamina en esa dirección. Por supuesto despojar y desplazar para
priorizar la entrada del capital a los territorios, no es construir bases
sólidas para la paz.
Desde
las ciudades, realizamos la Campaña de Hogar Digno Hogar- Por Hábitat, Vivienda
Digna y Servicios Públicos, rechazando los constantes desalojos a los que las
comunidades urbanas fueron sometidas en el transcurso del año, en ciudades como
Cali, Medellín y Barranquilla. Estos desalojos son la muestra fehaciente de
ciudades excluyentes y marginales, en donde los conflictos abundan y las
condiciones de vida se degradan.
Fueron
también muy importantes los pasos que dimos en la construcción de nuestro
Congreso de Mujeres, como una apuesta política central, en nuestro ejercicio de
legislación popular.
Avanzamos
de igual manera en la constitución de los Congresos Regionales, en el
Centro-Oriente y Suroccidente del país, y nos proyectamos realizar la
conformación de los demás congresos regionales, articulación de las dinámicas
de movilización y lucha en amplios territorios interconectados.
Finalmente
es significativo el desarrollo de los Capítulos Internacionales y las Casas de
los Pueblos, como estrategia de solidaridad, diplomacia e internacionalismo
popular.
En
síntesis, 2015 fue un año de disputas y confrontación social y política que nos
deja grandes retos de cara a este 2016.
Como
Congreso de los Pueblos hemos venido insistiendo en la necesidad de entender el
proceso de solución política como un momento de apertura y democratización y
esto no puede llevarse a cabo sin participación social y popular del pueblo
colombiano. Pues esta exclusión constituye la raíz fundamental del conflicto.
Es así
que ha venido surgiendo la iniciativa de un Gran Diálogo Nacional,
materializado posiblemente en una Mesa Social por la Paz, en donde los diversos
actores del conflicto con participación protagónica de la sociedad, tracen los
caminos reales de una paz estable y duradera.
Invitamos
entonces a los diferentes sectores del país, a las comunidades urbanas,
campesinas y étnicas a encontrarnos en este camino de movilización y
construcción colectiva, pues solo esta será la ruta para la paz y la vida
digna.
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