El
consejo superior universitario es el espacio que mejor refleja la falta de
democracia al interior de las universidades, con una composición de 8 miembros
solo 3 de ellos responden a intereses surgidos del seno de su propia comunidad
(estudiantes, docentes, directivas académicas), mientras que los 5 restantes
responden a intereses externos (delegado ministerio de educación, delegado de
presidencia, ex rectores, sector productivo y egresados).
Desde
que se asume la representación en dicho espacio se han tenido 5 puntos gruesos
sobre los que giran nuestras propuestas y discusiones: 1) Presupuesto y
matriculas, 2) Autonomía y democracia, 3) Calidad académica, 4) Bienestar
universitario y 5) Relación de la universidad con la sociedad. Los cuales
fueron puntos identificados por el estudiantado para poder transformar la
universidad.
Durante
la representación se desarrolló las siguientes propuestas y discusiones:
Se
convocó foros, asambleas y marchas donde se ha denunciado la situación de
déficit presupuestal de la Unillanos, que hoy asciende al 34% para el rubro de
funcionamiento. Una de las causas es que el gobierno nacional tiene congelado
el presupuesto para la educación superior. Artículo 86 de la Ley 30 de 1992
Creamos
la figura del presupuesto participativo, para que por medio de asambleas y
consejos estudiantiles se propongan proyectos de inversión (fichas BPUNI) para
el mejoramiento de espacios académicos, de bienestar y de dotación tecnológica.
Aún no se ha convertido en acuerdo superior
Para el
2013 se priorizaron recursos de inversión para actualizar la infraestructura
física y tecnológica de la universidad por $850’000.000, para el 2014 por
alrededor de $4.320’000.000 mientras que para el 2015 fue de $7.250’000.000 con
los cuales se han realizado proyectos como:
Inversión
en laboratorios de biología, regencia en farmacia, enfermería, mercadeo,
ingeniería agronómica, ingeniería electrónica y de sistemas.
Inversión
para la mitigación de las prácticas y laboratorios (conteiner como única
opción) para el programa de ingeniería agroindustrial.
Implementación
del laboratorio de biología animal y museo de historia natural para el programa
de Biología.
Construcción
Biblioteca Estanislao Zuleta de la sede San Antonio.
Adecuaciones
y reparaciones a la Clínica Veterinaria.
Remodelación
del auditorio Eduardo Carranza de la sede Barcelona (el cual se encuentra
retrasado por incumplimientos de contrato).
Construcción
del coliseo, pista atlética y paisajismo de los campos deportivos.
Luego
de demostrar la inequidad en el cobro de matrículas (acuerdo superior 060 de
1999), se logró que la universidad realizara el contrato del estudio de
matrículas que arroje una nueva tabla de cobro y por ende su reducción. El
proyecto entrega resultados a mediados de septiembre
Se
recuperó parte del presupuesto para la realización de la semana cultural, sin
embargo aún falta que sea una actividad en la que se comprometa todos los
sectores de la comunidad.
Se logró
que la universidad realizara el contrato del estudio de implementación de
comedor estudiantil que arroje el funcionamiento del espacio. El proyecto está
en proceso de acta de liquidación
Se
logró la aprobación de la política de segunda lengua y el mejoramiento de la
calidad docente a través de modificaciones a los acuerdos de convocatoria,
vinculación, evaluación y relevo generacional.
Se
incidió en la propuesta de reforma al estatuto general donde se contempla la
elección democrática de rector, su rendición de cuentas y procesos de
revocatoria. Allí también se contienen los fondos especiales para manejo de
cada facultad. Esta reforma quedo estancada.
Se
realizó acompañamiento para la solución de problemáticas a todas los programas
de la universidad, especialmente en regencia en farmacia, ingeniería
agronómica, Lic. en educación física, ingeniería agroindustrial, medicina
veterinaria
Se
impidió que el rector y las demás directivas académico administrativas
ampliarán su período 1 año más con respecto al que fueron elegidos, defendiendo
las pocas muestras de democracia que aún existen.
Como
representante sigo insistiendo en la necesidad de que se conformen los consejos
estudiantiles de carrera y por consiguiente el Consejo Estudiantil
Universitario (CEU), ya que se requiere que haya organización de parte de los
estudiantes para que se puedan solucionar las problemáticas de la universidad
de manera integral tanto en la administración central, como en la de facultades
y programas que parecen ser mundos apartes al interior de la universidad.
Uno de
los casos en que el CEU es necesario, (por ejemplo) es en las veedurías a los
contratos de inversión, ya que aunque estos representan ganancias y mejoras
para la parte académica, nos hemos encontrado con posibles detrimentos
patrimoniales, sobrecostos y corrupción que se han denunciado a instancias como
la fiscalía, la contraloría y la procuraduría que han generado pliego de cargos
contra el rector y diferentes administrativos de la universidad en investigación
por dichas denuncias.
En este
período hemos avanzado bastante en conocer el funcionamiento de la Unillanos,
identificando sus problemáticas y proponiendo soluciones, sin embargo los
intereses que controlan la universidad responden a las fuertes redes de la
politiquería regional especialmente en temas de contratación. Por lo tanto, es
indispensable que las representaciones continúen respondiendo al estudiantado y
estén acompañadas de los consejos estudiantiles recogidos en el proyecto de A
Estudiar y A Luchar para la Unillanos Transformar.
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