Por: Alejandro
Sánchez
Parece
entonces que la internacionalización educativa en Colombia va más allá de los
rankings. Al tiempo que implementan políticas de flexibilización y contribuyen
al deterioro de las condiciones laborales docentes las directivas, por lo menos
en las universidades privadas, guardan silencio frente a las inconsistentes y
estrechas políticas de investigación de Colciencias.
El
delirio que algunos sectores quieren proyectar sobre el proceso de paz en La
Habana, ha llegado a calificar al presidente Juan Manuel Santos de comunista.
La acusación, que no deja de ser risible, oculta sin embargo un hecho decisivo:
que Santos es un miembro prominente de la élite histórica colombiana. Por eso
el revés del proceso de paz es, por supuesto, la implementación y
profundización de políticas neoliberales en sectores estratégicos como la
educación. Ese es el envés de la paz (neoliberal) que promueve el sector de la
élite que representa el presidente. En esa vía el gobierno de Santos, que
encarna la aspiración de una clase dominante a convertirse en clase dirigente,
anunció recientemente su Modelo de Indicadores del Desempeño de la Educación
(MIDE). El ranking evaluó a 78 universidades y 109 instituciones universitarias
del país a partir de tres criterios (estudiantes, docentes y entorno),
clasificando las instituciones en cuatro categorías (enfoque doctoral, enfoque
maestría, énfasis pregrado y especializadas en un área)i.
Su
lema, “Colombia se MIDE para ser la más educada”, contrasta sin embargo con
apreciaciones como las de Moisés Wasserman, ex rector de la Universidad
Nacional: “aunque el discurso oficial del Ministerio dice que se favorece la
diversidad porque las instituciones son comparadas con las de su clase, esto no
es así porque se usan para todas los mismos indicadores. Es decir que el
progreso se deriva del esfuerzo por parecerse a otros, o a un estándar
implícito en el modelo de medición”ii. A la par de la medición de 187
universidades, se anuncia tanto el recorte presupuestal a Colciencias en
$67.000 millonesiii como un cambio en la política de créditos del Icetex. Lo
curioso es que estos procesos de medición se presentan como “participación
voluntaria”iv, confesando que todo índice es, en el largo plazo, coactivo. Una
coacción voluntaria: por eso los préstamos de Icetex, a partir de 2018, sólo
podrán ser destinados a quienes estudien en universidades acreditadasv.
Asimismo,
Colciencias importó, sin ningún sentido crítico, los rankings y criterios
globales de revistas indexadas. No se discutió, por supuesto, su pertinencia
para nuestro país con la comunidad amplia de investigadores. La inquietud no es
menor, sobre todo cuando se analiza la forma en que se han construido esos
indicadores. Y a quiénes benefician. Al analizar 45 millones de documentos
indexados en la Web of Science entre 1973-2013 en ciencias médicas, sociales y
humanas, un reciente estudio muestra que las grandes firmas de publicaciones
(Reed-Elsevier, Wiley Blackwell, Springer y Taylor & Francis) han
conformado un oligopolio en las publicacionesvi. Los índices entonces, no sólo
indican: son en sí mismos mercancías. Conforman un proceso de apropiación de lo
común cuya crítica afortunadamente ha generado un proceso rico y sostenido de
discusión entre los investigadores, sintetizado en parte en la Declaración de
Revistas Latinoamericanas por iniciativa de la Revista Chilena de Literatura.
El documento agrupó a 63 revistas de Europa, Latinoamérica y Norteamérica,
promoviendo el acceso libre y criterios de calidad basados en contenidos y no
en índicesvii . A esto se suma la decisión de 123 grupos de investigación de no
participar en la medición de Colciencias; el espacio ¿Por qué y para qué medir?
y el intercambio producido en el grupo cuyo título es más que diciente: Mamados
de Colcienciasviii.
A la
fábrica de mediciones, le hace falta sin embargo un catalizador. Para armar el
acertijo, se requiere un tercer término que se suma a Colciencias y al
Ministerio de Educación: las universidades privadas. Las políticas del
Ministerio y de Colciencias sólo son posibles, por supuesto, porque resuenan
con las políticas de los directivos y propietarios de las universidades. Para
cumplir con los estándares de acreditación, los departamentos de las
universidades deben priorizar la formación disciplinar de sus docentes de
planta. Sin embargo, quizás no hay programa académico en ciencias sociales y
humanas en el país que no se promocione como interdisciplinar. A su vez, bajo
el emblema de la “internacionalización”, las universidades privadas han
adoptado la reducción o estabilización de su planta de docentes de tiempo
completo en aras de la contratación amplia de docentes de cátedra. Se
contribuye así a la precarización laboral de los profesores; y a la
imposibilidad de construir equipos de investigadores amplios y sostenidos en el
tiempo. La aclamada “internacionalización” revela entonces su contribución al
deterioro del mundo del trabajo, replicando aquí lo peor de otras latitudes: de
acuerdo con el informe de 2015 de la American Association of University
Professors, más del 50% de los profesores universitarios de Estados Unidos
poseen contratos de tiempo parcial. Y el porcentaje de docentes que no poseen
estabilidad laboral a través del escalafonamiento (tenure-track), se acerca al
76% para instructores de todos los niveles de educación superior en
Norteaméricaix.
Parece
entonces que la internacionalización educativa en Colombia va más allá de los
rankings. Al tiempo que implementan políticas de flexibilización y contribuyen
al deterioro de las condiciones laborales docentes las directivas, por lo menos
en las universidades privadas, guardan silencio frente a las inconsistentes y
estrechas políticas de investigación de Colciencias. Y del Ministerio. Es ahí,
en la interacción de estos tres actores, donde las mediciones y rankings
revelan su amarga envoltura neoliberal. Tres componentes de un enigma que
captura las posibilidades de construir una sociedad libre, si el conocimiento
es algo más que cosa de sabios. Así las cosas, entre las políticas del
Ministerio y Colciencias, y de las universidades, nunca nos convertiremos en el
"país más educado de América" como ha proclamado el presidente
Santos. No ingresaremos a los rankings tan exaltados y anhelados. Ni colmaremos
la obsesión por finalmente producir al “scholar” en nuestro país. Por lo menos,
esa imposibilidad abre un posible interesante: redireccionar la discusión para
abrir otros sentidos de la educación, donde la prioridad no sea la medición,
sino la invención.
***
I http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/w3-article-351855.html.
Los resultados del ranking pueden verse en
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/micrositios/1752/w3-article-351894.html
ii http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/que-mide-el-mide-moises-wasserman-columna-el-tiempo/16139377
iii De
acuerdo con Wasserman, “el presupuesto de Colciencias en el año 2012 fue de
416.000 millones; en el 2013, de 412.000; en el 2014, de 341.000, y para el
2016 será de 270.000. De estos, 208.000 están comprometidos en becas doctorales
en curso, de las cuales 400 son en el exterior. En el año 2012 Colciencias
aprobó 473 proyectos de 200 millones (y con dólar a 1.800). En el 2014 aprobó
300 proyectos de 150 millones. Si no cambia el presupuesto (y se cumplen los
compromisos adquiridos con los becarios), en el 2016 no se financiarán
proyectos”. Puede verse la respuesta de la Vicerrectora de Investigación de la
Universidad Nacional a este recorte presupuestado en
http://www.investigacion.unal.edu.co/index.php/noticias-ctei/5014-carta-dolly-montoya-a-juan-manuel-santos-colciencias-2016
iv Así
finaliza la respuesta de Colciencias al derecho de petición que varios
investigadores interpusieron frente al reciente proceso de medición de grupos
de investigación en febrero de 2015, “Convocatoria Nacional para el
reconocimiento y medición de grupos de investigación” de 2014.
v http://app.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/icetex-nueva-norma-sobre-creditos-enciende-polemica/15981395
vi http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371%2Fjournal.pone.0127502
vii http://www.fundacionmillas.org/declaracion-de-revistas-latinoamericanas-2015/
viii Sobre
la renuencia a participar de los grupos de investigación, ver
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/grupos-de-colciencias-un-sistema-agridulce-articulo-549414.
Para información del encuentro Por qué y para qué medir, auspiciado por la
Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, puede verse
http://www.humanas.unal.edu.co/cultura_investigacion/index.php?cID=1. El grupo
“Mamados de Colciencias” es un grupo abierto al público en Facebook por el que
circulan información y discusiones críticas sobre los sistemas de mediciones
del conocimiento en Colombia y el exterior.
ix http://www.aaup.org/issues/contingency/background-facts#top
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