Después
de que Fecode y el Gobierno llegaran a un acuerdo que implicó el levantamiento
del paro del magisterio colombiano, son varias las fisuras que el actual Comité
Ejecutivo del sindicato ahondó. Por un lado, existe un sentimiento mayoritario
entre los profesores que sienten que las directivas los traicionaron y que los
acuerdos logrados no los representan. De otro lado, distintos sectores de
educadores reclaman un cambio radical en las prácticas sindicales, lo que exige
una reforma de los estatutos. A esto se suman las voces que reclaman crear otro
sindicato magisterial.
Tras un
paro de educadores de dos semanas que significó la suspensión de clases para
miles de niños, niñas y jóvenes, protestas protagonizadas por profesores de
todo el país y un importante respaldo nacional e internacional a favor del
magisterio, el Comité Ejecutivo de Fecode decidió negociar con el Gobierno lo
relacionado con la nivelación salarial,
la salud y la evaluación sancionatoria de la competencia docente.
El
acuerdo ha levantado todo tipo de indignación para miles de profesores de todo
el país, al punto que expresaron su rechazo en las paredes de la sede nacional
de Fecode en Bogotá, con mensajes donde denuncian que los directivos los
traicionaron porque firmaron un acuerdo que en nada beneficia a la educación ni
al magisterio.
Evidencias
de esa separación entre directivas y educadores ocurrió el miércoles 6 de mayo durante la llamada “Toma de Bogotá”.
Mientras en las calles y plazas de Colombia miles de manifestantes rechazaban
el preacuerdo suscrito entre la dirección de Fecode y Gobierno, en la mesa de
negociación el Comité Ejecutivo del sindicato firmaba el acuerdo final con la
ministra de Educación Gina Parody.
¿Quienes firmaron el Acuerdo?
Los
quince miembros del Comité Ejecutivo firmaron el acuerdo con el Gobierno. Luis
Alberto Grubert Ibarra, presidente de Fecode. Luis Eduardo Varela Rebellón,
primer vicepresidente. Tarsicio Mora Godoy, segundo vicepresidente. William Velandia
Puerto, fiscal. Rafael Cuello Ramírez, secretario general. Libardo Ballesteros
Hernández, tesorero. Carlos Enrique Rivas, secretario de Asuntos Educativos,
Pedagógicos y Científicos. Nelson Javier Alarcón, secretario de Asuntos
Laborales y Jurídicos. Pedro Luis Arango, secretario de la Organización y
Educación Sindical. Jairo Arenas, secretario de Prensa y Propaganda. Francisco
Torres, secretario de Asuntos Internacionales. Luis Alberto Mendoza, secretario
de Asuntos de Género, Inclusión e Igualdad. Ricardo Avendaño, secretario de
Seguridad Social. Over Dorado, secretario de Relaciones Gremiales y
Cooperativas. Luis Alfonso Chala Lugo, secretario de Cultura, Recreación y
Deportes.
La
junta nacional de Fecode conformada por representantes de los diferentes
sindicatos filiales del país, se reúne y toma la decisión por mayoría de avalar
el acuerdo; solo una veintena de dirigentes regionales rechazan lo pactado con
el Gobierno.
¿Qué pasa con los sobresueldos?
Un
miembro del Comité Ejecutivo recibe, además de su salario como maestro, otro
sueldo (más de 5 millones de pesos). Si bien, un directivo tiene una comisión
sindical con la cual está exento de enseñar para dedicarse a las labores
sindicales, recibe un doble salario o sobresueldo. Estos han sido criticados
por varios profesores de base los cuales consideran que este doble salario abre
las puertas a la corrupción y que es innecesario. Por otro lado, un directivo
cuenta además del doble sueldo, con los gastos para los viáticos que requiera.
A esto
se suma que los estatutos de Fecode permiten la reelección por dos periodos
consecutivos, es decir, un miembro del Comité Ejecutivo tiene más posibilidades
de continuar en el cargo que un profesor, quien al estar laborando como docente
cuenta con menos recursos, tiempo y posibilidades de llegar a dicho Comité
Ejecutivo.
Algunos
de los principales críticos de dichas prácticas sindicales al interior de
Fecode y de varios sindicatos regionales han sido grupos de profesores como la
Fuerza Nacional Magisterial -Funama- o la Asociación de Institutores del Cauca
–Asoinca-, entre otras organizaciones de docentes.
Asoinca
ha mantenido una discusión con Fecode y ha expresado su rechazo a los
sobresueldos de dichos directivos, de hecho en el Cauca, los miembros de la
Junta Directiva de Asoinca mantienen este principio el cual hoy en día les ha
permitido desarrollar proyectos productivos a favor del magisterio caucano. Por
su parte, las directivas de Fecode sancionaron a este sindicato por negarse a
pagar el total del porcentaje de cuota que los sindicatos deben entregar a
Fecode. Asoinca aporta un porcentaje menor, acordado con la Asamblea, pero no
están de acuerdo con pagar sobresueldos a los directivos.
¿Qué caminos le quedan a los profesores?
La
reciente crisis al interior de Fecode tras la negociación del Comité Ejecutivo
y varios representantes regionales con el Gobierno ha agudizado las divisiones
internas. Existe coincidencia en que deben ser modificados los estatutos de
Fecode y las prácticas políticas al interior del sindicato mediante el impulso
de una “constituyente sindical”
Sin
embargo, existen diferencias en la forma de abordarlas; para un sector
mayoritario, es preciso mantener a Fecode transformando los estatutos mediante
una constituyente sindical y dar una lucha interna para sacar a los directivos
tradicionales. Esta posibilidad permitiría que nuevos liderazgos logren abrirse
paso y asegurar una renovación que asegure cambios profundos en Fecode y de
paso genere una nueva credibilidad en el sindicato. Quienes decidan abrirse
paso hacia el Comité Ejecutivo deberán enfrentar a líderes tradicionales que
llevan varios años en el Comité y cuentan con clientelas y maquinarias al
interior del sindicato. Igualmente, un eventual sector renovador tendría que realizar
un trabajo de hormiga a nivel regional que redunde en lo nacional.
La otra
posición en el magisterio es crear otro sindicato. Esta posición, que seduce a
algunos educadores, podría recrear otra
forma de hacer sindicalismo desde abajo; sin embargo, como señalan diversas
tendencias, “las divisiones nunca son favorables”, pues implica el
debilitamiento del magisterio y no es garantía de que se construya un sindicato
que tenga en cuenta a los educadores que se encuentran en la base. Aunque para
el Gobierno podría ser ventajoso porque podría pescar en río revuelto.
Aún es
temprano para definir qué va a pasar en Fecode, el cual quedó bastante afectado
tras los acuerdos con el Gobierno. Lo que reina en la opinión pública es que el
Comité Ejecutivo no supo aprovechar el momento y solo fortaleció la
incredulidad y la deslegitimación de la dirigenta sindical.
Falta
ver si la indignación y la rabia expresada por los profesores colombianos se
traduce en acciones contundentes en las elecciones sindicales (que
probablemente se den para el 2017) o si por el contrario continúan eligiendo a los tradicionales caciques
sindicales.
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