De los
panfletos electrónicos firmados por las Águilas Negras en que se amenazaba a
estudiantes y profesores de universidades públicas, imponiendo una fecha límite
para que no regresaran a las aulas universitarias; se pasó a las amenazas
directas y personales, cerca al lugar de residencia de los jóvenes.
Es el
caso de Itayosara Rojas, estudiante de sociología de la Universidad Nacional en
Bogotá, que asegura que "me encontraba desplazándome hacia mi casa cuando
2 personas que se desplazaban en una moto se acercaron y me gritaron 'dejen de
joder chinos hijueputas o los vamos a joder'”.
Otros
compañeros suyos han recibido llamadas telefónicas que consideran sospechosas
"no hablan o dicen ciertas cosas, como si la intensión fuese sembrar
miedo", agrega la estudiante.
Para
Itayosara, esta es una "estrategia de escalar el terror" para
amedrentar al movimiento estudiantil. "Nosotros defendemos la educación
pública y de calidad. Nosotros no hacemos nada que esté por fuera de la
legalidad", afirma Rojas.
A pesar
de los comunicados de rechazo por parte de las directivas de la Universidad, y
el pronunciamiento del presidente Santos anunciando una exhaustiva
investigación sobre el origen de estas amenazas, lo cierto es que hasta el
momento, estudiantes y profesores no han recibido medidas contundentes para
salvaguardar su seguridad.
Los y
las estudiantes siguen esperando un proceso de investigación en que la fiscalía
de con los responsables de las amenazas, y desactive la red que no solo afecta
a las personas mencionadas en los panfletos, sino al conjunto de la comunidad
universitaria.
"Estas
amenazas no solamente son contra personas en específico, sino que son un ataque
frontal a la posibilidad de democracia en la universidad y en general en la
sociedad colombiana -asegura Itayosara Rojas-, y no podemos seguir permitiendo
que sucedan cosas de esta índole en una sociedad que busca la construcción de
paz con justicia social".
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