Desde
el año pasado cuando se discutía el Presupuesto General de la Nación, el
presidente Juan Manuel Santos ha manifestado constantemente que la educación
será prioridad del Gobierno en los años venideros y, como prueba de ello, según
el gobierno, hoy día es el sector que tiene mayor apropiación de recursos por
encima del rubro de defensa que históricamente ha sido el que más recursos se
lleva.
La
preocupación por la educación de la que tanto se ha hablado en los últimos dos
años tiene hoy el escenario de concreción más importante: la aprobación del
Plan Nacional de Desarrollo –PND–
2014-2018.
Esta
semana la ministra de Educación, Gina Parody, pasó por el Congreso para
defender el componente educativo del Plan Nacional de Desarrollo, el cual ha
sido catalogado por el Presidente Santos como la base para lograr un país en
paz y con equidad durante el cuatrienio 2014-2018.
La
lectura crítica del documento enviado por el Departamento Nacional de
Planeación al Congreso de la República “Bases del Plan Nacional de Desarrollo
2014-2018”, arroja serias preocupaciones en cuanto al sentido de la apuesta
educativa, al ser esta una imposición de los lineamientos de la OCDE, de los
economistas de la Fundación Compartir y del proceso de paz con la guerrilla de
las Farc.
Las
preocupaciones por la educación del actual gobierno han tenido fundamentalmente
tres hitos importantes que han definido la propuesta educativa para los
próximos cuatro años.
El
primer hito es sin lugar a dudas el proceso de paz. Hoy no hay una sola propuesta,
programa o proyecto del Gobierno Nacional que no mencione o se articule al
posible escenario de la terminación del conflicto armado con la guerrilla de
las Farc. La educación no es la excepción y ha sido catalogada como “la
principal herramienta para consolidar la paz”. Esta frase sirve de velo para
proponer cualquier cosa.
Un
segundo hito ocurrió hace dos años cuando el país conoció los resultados de las
pruebas PISA 2012 en las que Colombia ocupó los últimos lugares entre los 65
países que fueron evaluados. Es de recordar que las pruebas PISA son el
programa para la evaluación internacional de alumnos de La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Finalmente,
el tercer hito fue el informe de la Fundación Compartir “Tras
la excelencia docente” y su acogida por parte del gobierno como base para
construir una política de Estado en materia educativa.
La
propuesta educativa del PND 2014-2018, llamada “Colombia la más educada” se
estructura de la siguiente manera: diagnóstico, visión, objetivo y lineamientos
generales. A cada ítem de esta propuesta podemos asociar uno de los hitos que hemos
mencionado anteriormente.
El
diagnóstico encontramos una
justificación errada en los malos resultados de las pruebas PISA y centra la visión
en una educación de calidad medida por estas mismas pruebas internacionales,
desconociendo el único y más fuerte argumento para justificar un plan
educativo: la garantía integral del derecho a la educación de todos los
colombianos tal cual lo ordena nuestra Constitución.
El
objetivo: “Cerrar las brechas en acceso y calidad a la educación, entre
individuos, grupos poblacionales y entre regiones, acercando al país a altos
estándares internacionales y logrando la igualdad de oportunidades para todos
los ciudadanos”. Podríamos ubicarlo en una mezcla entre el hito del proceso de
paz y los lineamientos de la OCDE, pues nos menciona algo que todos queremos
con fuerza y es el cierre de brechas de acceso y calidad educativa, pero a la
vez nos recuerda que esto se medirá y se validará a través de estándares
internacionales.
Finalmente,
en los lineamientos generales encontramos una fuerte presencia e influencia del
informe de la Fundación Compartir el cual es cubierto sagazmente con el velo
del posconflicto. “Tras la excelencia docente” fue un informe mandado a hacer
por algunos empresarios de la mano de un grupo de “expertos” economistas, en su
mayoría con experiencia única y exclusivamente en el sector privado.
Este
informe pretende dar línea sobre la mejor estrategia para mejorar la calidad de
la educación y así supuestamente terminar con la inequidad y el atraso que
hemos arrastrado por tanto tiempo. “Tras la excelencia docente” es incluso el
nombre de uno de los principales lineamientos de la propuesta sumado a una
fuerte tema de formación de capital humano tanto en referencia a los maestros
como a los niños, niñas y jóvenes dentro del sistema educativo, lo que
indudablemente tiene a reducir la educación a una simple concepción de un actor
más del sistema económico que alimenta más a los demás sectores.
Así las
cosas, al margen de temas tan importantes y necesarios como el financiamiento
de la infraestructura educativa, la obligatoriedad de la educación media, la
jornada única, entre muchos otros temas, el corazón de la propuesta está
contagiado de intereses particulares que la corrompen.
Si el
país quiere verdaderamente garantizar el tránsito hacia una sociedad en paz,
más equitativa y educada, debe olvidar el camino de mejorar los resultados en
las mediciones internacionales y el de satisfacer única y exclusivamente las
recomendaciones del sector empresarial. Hay que redireccionar con pie firme el
camino hacia la garantía integral del derecho a la educación.
1 comentarios:
Con los argumentos anteriores y el Prólogo de la cartilla Psicoanálisis y Pedagogía Formativa (antítesis), descrita en el Apéndice del blog http://www.losplanosdelapatriaanhelada.org/ se puede plantear un debate cuya síntesis posiblemente sea muy constructiva. Parte de dicho prólogo dice:
PSICOANALISIS Y PEDAGOGIA FORMATIVA
-del Profesor Román Chica Giraldo-
PRÓLOGO
Por: Benhur Chica Giraldo, M. Sc,
Profesor Jubilado U. N.
-véase en Google-
“El niño que no es feliz ahora, nunca lo será”
(J. J. Rousseau).
Este epígrafe constituye la quintaesencia del ensayo “Psicoanálisis y Pedagogía Formativa”, puesto que la vida es un reflejo condicionado: se acondiciona o se programa en los seis primeros años de vida y se refleja o manifiesta en el resto de la vida, (como una propiedad emergente).
Vinimos a este mundo a realizarnos como personas para servir a la humanidad. Esta condición consiste en llevar a cabo aquella impronta con que la naturaleza ha dotado nuestro cerebro desde el momento mismo de la concepción. Esta dotación es metamorfoseada –en los seis años siguientes- por el entorno familiar en anhelos, pretensiones, aspiraciones, y finalmente se transmuta en una vocación que rige nuestro destino. Satisfacer esa vocación es realizarnos y realizarnos es alcanzar la felicidad. De lo anterior se concluye que, la condición necesaria y suficiente para ser feliz no se improvisa, ni se enseña, ni se aprende, ella se inculca en el niño en los siete primeros años de su existencia, siempre y cuando se le trate con cariño, ternura,
amabilidad, respeto… en dos palabras: amor y pedagogía. Así y sólo así tendremos un niño mentalmente sano, sin conflictos, sin traumatismos ni complejos; un niño dotado de una gran autoestima, que cuando adulto será un Adán moderno, un Adán “fresquitico”, en suma: un superhombre dispuesto a salvar a Colombia y al mundo en general porque generosidad, altruismo y servicio a la humanidad, fue lo que se le inculcó en su infancia.
El descalabro social en que vivimos, sólo se puede remediar con sucesivas generaciones de niños formados desde su infancia en un entorno sano y con pedagogía adecuada. De esta manera podríamos obtener personas probas, dispuestas a servirle a sus semejantes y cuya misión implícita sería hacer un país de maravillas.
SOSTENGO: la buena crianza del niño genera amor, porque el amor es la sincronía de una persona con su entorno (persona, sociedad, o naturaleza), sincronía que se metamorfosea en simbiosis y ésta, en un sentimiento de plenitud. El amor es pues, la continuación o consecuencia de la buena crianza. Sólo las personas bien criadas son capaces de “hacer explotar la bomba del amor”, esto es, llevar paz a donde hay guerra, alegría a donde hay tristeza, esperanza a donde hay desesperación, y para no escribir una serie indefinida de etcéteras, diré que son capaces de poner en vigencia las catorce obras de misericordia, porque el amor destruye el odio, el egoísmo y los vicios, que plagan el mundo entero.
Es inconcebible la paz sin amor, es decir sin la buena crianza del niño, porque la paz es la autoestima colectiva que genera dignidad, respeto mutuo, colaboración, igualdad, justicia social y consagración al trabajo, estas propiedades están en el consciente y en el subconsciente de las personas que han tenido una buena formación en su niñez.
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