Hoy la
Universidad Nacional de Colombia vive un nuevo proceso electoral, esta vez por
cuenta de la coyuntura de designación del rector del claustro para el periodo
2015-2018. Como de costumbre, los medios comunicativos oficiales de la
Universidad publicitan el proceso, personajes públicos y eminencias anónimas
reviven el debate sobre la actual situación educativa y el porvenir de la
universidad pública, y la comunidad universitaria se debate entre la
indiferencia y la inquietud ante el evento. Una vez más el proceso se ve
viciado por las restricciones y controles autoritarios presentes en el
antidemocrático marco de la actual estructura universitaria, donde las
decisiones estratégicas las toma el gobierno nacional, hoy en cabeza de Juan
Manuel Santos, gracias a su mayoría simple en el Consejo Superior Universitario
(CSU), tanto en la voz de las [1] delegadas directas del presidente de la
república como en la del Ministerio de Educación Nacional (MEN).
Así,
por su propia estructura burocrática y legal, las directivas universitarias han
reducido la consulta virtual, que se realizará el próximo miércoles 18 de marzo
de 2015, a una prueba menor de pre-selección de candidatos, tan nimia como la
evaluación de hojas de vida, pues donde finalmente recaen las facultades de
decisión es en el CSU, en el que las protagonistas de la vida universitaria,
como las profesoras y estudiantes, se ven marginadas y sub-representadas o
abiertamente excluidas como es el caso de las trabajadoras. Mientras tanto,
aquellas que participan a nombre de la burocracia universitaria, presas del
hipócrita carrusel del “yo te nombré, tú me nombrarás”, que en otros ámbitos
escandaliza al país, aceptan su subordinación a las directivas presidenciales
del Santismo y su política coherente y sostenida de profundización del
neoliberalismo en el campo de educación, política que conduce a la universidad
pública en general y la Universidad Nacional en particular a la situación de
crisis multidimensional que hoy padece.
Frente
a la actual estructura universitaria autoritaria y vertical, reconocemos la
importancia de continuar y radicalizar las banderas de la Reforma Universitaria
de Córdoba [2], luchando por una nueva organización universitaria, bajo la
dirección colectiva de estudiantes, profesoras y trabajadoras, con
independencia política real frente al gobierno nacional. Pensamos que las
tareas prioritarias para conseguir los fines de esta lucha, con independencia
si se decide participar o no en la consulta, son las de arreciar los procesos
de construcción de poder estudiantil desde las bases a partir de la práctica
cotidiana de la democracia directa y deliberante, y la opción por construir
organización gremial unitaria y combativa a nivel local, de facultades, sedes y
a nivel nacional. La reanudación de los esfuerzos por avanzar hacia una unidad
multisectorial continua, real y vinculante entre las trabajadoras, profesoras y
estudiantes hacia dentro de la universidad y hacia afuera entre la comunidad
universitaria y los sectores sociales y populares; así como la continuación de
la doble lucha por la financiación plena de la educación pública por parte del
Estado con miras a concretar la Educación Superior como derecho social
gratuito, universal y de excelencia, y la autonomía universitaria buscando
construir una universidad realmente auto-organizada por sus estudiantes y
trabajadoras, y puesta al servicio de las aspiraciones, las necesidades y los
intereses de los pueblos de la región y el mundo.
De esta
forma antes, durante y después del 18 y el 25 de marzo, nuestra decisión es por
la organización práctica y cotidiana de un poder estudiantil y universitario
radicalmente democrático, capaz de contrarrestar y vencer a través de la lucha
y la autogestión el poder del gobierno y la burocracia universitaria. En la
actual coyuntura seguimos construyendo Consejos Estudiantiles de base,
proponiendo un Congreso Universitario desde abajo y la construcción de una
Federación Estudiantil unitaria para la lucha.
¡Con lucha y
organización, educación para la liberación!
¡Arriba las que
luchan!
Acción
Libertaria Estudiantil (ALE)
Universidad
Nacional de Colombia sede Bogotá
Marzo
2015
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[1] El
uso del femenino es intencional. Hace alusión al concepto no sexista de
personas, que preferimos frente al concepto individuo, históricamente vinculado
a los hombres y la cultura patriarcal.
[2]
Co-gobierno estudiantil, autonomía universitaria, libertad de cátedra,
extensión universitaria y compromiso social, unidad obrero-estudiantil, entre
otras.
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