Jóvenes y militarización: Retos para la Movilización por la paz y la democracia

TEJUNTAS

Jóvenes y militarización: Retos para la Movilización por la paz y la democracia

A propósito del proyecto de desmonte de la libreta como requisito para graduarse

¿Qué me puedo graduar sin libreta ya? ¿Que ya no son más de estos 3 años de espera insoportable buscando hacerle el quite a ese único, último y molesto requisito para obtener el cartón? ¿Qué por fin puedo tener el título que reconoce el esfuerzo de mis estudios para poder buscar trabajo en este gran estanque de desempleo?

Probablemente usted: estudiante, trabajador, desempleado, pelao’ y parcero, al igual que nosotrxs, se hizo alguna, o varias de estas preguntas el pasado martes 2 de Noviembre, luego de que por iniciativa de la representante a la cámara Angélica Lozano, las comisiones primeras de Senado y Cámara aprobaran el proyecto por el cual los hombres que han accedido a educación superior puedan graduarse sin libreta militar. El hecho, sin duda alguna, es una alegría para nosotrxs los jóvenes del país y debe constituir la puerta de entrada a una serie de reformas que desmonten parte del modelo de militarización impuesta en Colombia.

Los hombres mayores de 18 años, principalmente de los barrios humildes, por leyes ambiguas y de interpretaciones funestas, son la carne de cañón de la guerra que han decidido mantener lxs poderosxs del país. Al lado de la ley, la ilegalidad con la que actúa el ejército (junto con sus manifestaciones para-estatales) le impone también la guerra a menores de edad, a mujeres, niñas, niños y la gente en su conjunto. Si hablamos de construir paz, de cesar los estallidos de las balas en el campo y en nuestras ciudades y de abrir las puertas a la participación democrática, no nos podemos seguir entregando, inmóviles y despreocupados, a las grandes listas de las miles de bajas en combate.

Lo ocurrido el martes es importante pero es tan solo el inicio del camino. Aún con el logro de podernos graduar sin libreta militar, tenemos el reto de suprimir la libreta para obtener empleo, de que se terminen batidas ilegales en todo el país, de acabar con el servicio militar obligatorio, de desmontar el ESMAD, de cerrar las UPJ´s, de impedir que se nos criminalice por ser jóvenes y por pensar distinto, y de movernos para seguir exigiendo un cese bilateral urgente en el marco de un proceso de negociación del conflicto que debe terminar con solidez.

El asunto, sin embargo, no acaba allí. Nuestras condiciones de vida como jóvenes son indignas, debemos seguir en el camino de construir un país mejor, para que nosotras y nosotros, en vez de ser obligadxs a ir a la guerra podamos dedicarnos al estudio, al arte y al trabajo con nuestro barrio, nuestra vereda, con nuestra gente, para solucionar los problemas que tenemos como pueblo; dedicarnos a construir una sociedad justa y soberana.

Estos elementos sólo los lograremos acompañando los ejercicios legislativos con la movilización social, saliendo a la calle, moviendo a nuestra comunidad, moviéndonos nosotrxs mismxs, con el trabajo organizado y con la agitación en todos los rincones del país. La guerra no se terminará si el pueblo joven no presiona por ello. La eliminación de la libreta como requisito para graduarse no se hubiera logrado de no haber existido un largo proceso de lucha en contra de la militarización y un ejercicio largo de movilización por la construcción de paz. Viendo que este es tan sólo el primero de muchos retos por cumplir, la construcción de un movimiento de nosotrxs lxs jóvenes convencidos de la urgencia de alcanzar la paz y la vida digna se convierte en una urgencia para toda la juventud colombiana.

Desde el Tejido Juvenil Nacional Transformando a la Sociedad - TEJUNTAS reafirmamos nuestro compromiso con la lucha antimilitarista y con la construcción de paz desde la juventud y en los territorios. Hacemos un llamado a que las y los jóvenes de todo el país nos articulemos en esta lucha contra el Servicio Militar Obligatorio y la militarización, para alcanzar resultados cada vez más contundentes. Las leyes deben ser la expresión de algo más grande, el clamor real del pueblo demandando cambios concretos en nuestra vida.