martes, 23 de diciembre de 2014

Entrevista con el Politólogo y Filósofo Colombiano Leopoldo Múnera Ruiz


"El enfoque de la educación superior pública en Colombia está en función de las necesidades del capital y no de las del país"

Entrevista por: Fernando Arellano Ortiz
El panorama de la educación superior pública en Colombia es desolador. La política del gobierno del presidente Santos en este vital sector para el conocimiento de la sociedad está dirigida fundamentalmente a satisfacer las necesidades del capital y de las denominadas "locomotoras" que pueden jalonar lo que para los ortodoxos neoliberales significa "desarrollo". En ese sentido este reputado investigador social y docente universitario apunta a señalar que el interés oficial se enfoca a dar tratamiento de servicio a la educación y no de derecho fundamental para los colombianos.
Una educación de baja calidad que contribuya al desarrollo de maquilas, acorde con los intereses del capital transnacionalizado mediante la reprimarización de la economía colombiana que tiene que ver con la minería, los monocultivos, la especulación financiera, que son la actuales formas expeditas de acumulación de de capital.
Para analizar en detalle la realidad de la educación en Colombia, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net dialogó con el politólogo, abogado y filósofo Leopoldo Múnera Ruiz, docente de amplia trayectoria y exvicerrector de la Universidad Nacional.
Tópicos como la autonomía universitaria, las reformas del gobierno que se propone impulsar en el ámbito de la educación superior, los problemas de cobertura y calidad son abordados por este abogado de la Universidad del Rosario con un magister en Filosofía del derecho de la UniversitàdegliStudi di Roma y doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de Lovaina (Bélgica).
NUNCA HA EXISTIDO REAL AUTONOMÍA UNIVERSITARIA EN COLOMBIA
- De las intervenciones que usted ha hecho en los últimos meses se puede colegir que la autonomía universitaria no está en peligro en Colombia, sino que está en vías de extinción. ¿Por qué?
- No es que esté en vías de extinción sino que nunca ha existido una real autonomía universitaria en Colombia. Colombia fue de los países que tuvieron un mayor retraso en la adopción de esa autonomía universitaria que viene de la Reforma de Córdoba (Argentina) de 1918. Llegó tarde, no fue un movimiento dinámico dentro del país, fue un movimiento que tenía muy pocos representantes, uno de ellos era Germán Arciniegas, y realmente nunca fue consagrada institucionalmente hasta la Constitución de 1991.Sin embargo con la aprobación de la Ley 30 de 1992 no se desarrolló jamás la autonomía plenamente. Cuando digo plenamente, o por lo menos en sus cuestiones básicas, expreso que las universidades obedezcan a la autodeterminación de las comunidades académicas, eso no se dio. Que exista una real autonomía presupuestal, que los Consejos Superiores no sean dominados por autores externos, en fin, todos esos elementos jamás tuvieron una realización en Colombia. Entonces hemos tenido una autonomía bastante recortada, una autonomía a medias y en eso somos unos de los países de América del Sur más atrasados. En ese sentido, la autonomía universitaria es un elemento importante para el desarrollo de las democracias de esta región del mundo.
- Y con las últimas medidas de orden legislativo que está impulsando el gobierno del presidente Santos vamos en mayor retroceso…
- Vamos hacia atrás evidentemente. Acaba de ser aprobada una ley creando una superintendencia en la que no se considera realmente la educación superior como un derecho sino como un servicio. En consecuencia, se va a controlar a la educación superior como un servicio, se le dan algunas facultades para intervención previa al Ministerio de Educación, y no se tiene en cuenta las comunidades en la resolución de los problemas de las instituciones. La educación superior en Colombia tiene serios problemas, entre otras cosas porque la cobertura se desarrolló a través de dos caminos perversos: uno, la explosión de la matrícula privada de mediana y baja calidad que fue lo que tuvimos muchos años. Entonces una gran cantidad de instituciones que se llamaron jocosamente en Colombia de "garaje" pero que son las que están atendiendo a una buena parte de la población estudiantil, y dos, una hipertrofia del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), ofreciendo una educación técnica y tecnológica, que es muy necesaria en el país, pero es una educación de baja calidad y de baja inversión. Por lo tanto, estamos en un momento donde tenemos una gran cantidad de instituciones que son el negocio de la educación superior, que no ha sido debidamente controlado por ningún gobierno, y por otro lado tenemos un Sena que está creciendo en forma descomunal pero sin un norte sobre cuál es el tipo de educación técnica y tecnológica que está necesitando Colombia. No creo, en consecuencia, que caminemos en la dirección adecuada para solucionar los problemas de la educación superior colombiana.
- ¿En síntesis se podría señalar que Colombia ha adoptado el modelo privatizador del Plan Bolonia en Europa auspiciado por el Banco Mundial y el aparato propagandístico del neoliberalismo, la denominada eufemísticamente Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)?
- No, porque el Plan Bolonia es la propuesta para las universidades europeas que tienen unas características muy específicas, con problemas de movilidad estudiantil, con unas circunstancias muy diferentes, con un nivel de desarrollo muy diferente al colombiano, con una educación pública muy fuerte; entonces no podríamos decir que aquí se está siguiendo el Plan Bolonia.
- Pero el objetivo en últimas es privatizar la universidad europea…
- Sí, sin embargo hay varios objetivos porque uno es lograr garantizar la mayor movilidad interna en Europa, otro es estandarizar los programas en términos de ese continente y la privatización es uno de los puntos pero es muy débil con respecto a lo que existe en América Latina. Es que nosotros tenemos en Colombia especialmente, y no en toda América Latina, una educación superior privada que es muy fuerte, lo cual es absolutamente inexistente en Europa y en algunos países latinoamericanos. En Argentina, por ejemplo, el eje de su educación superior, es pública. En México la educación superior pública es muy importante; en Chilese ha ido desarrollando una educación superior privada y una pública pero esto es efecto también de la dictadura, lo mismo sucedió en Brasil, pero realmente Colombia tiene ese modelo perverso donde ha habido una explosión de instituciones privadas de muy mala calidad que jamás han tenido control y con eso se ha aumentado la cobertura. Se ha aumentado mal, porque Colombia no tiene una gran cobertura, comparada con América Latina, y se han inflado las estadísticas en los últimos años con el Sena que es lo que estamos viendo.
- ¿Qué consecuencias tendría en el ámbito educativo del país el ingreso de Colombia a ese club de despliegue propagandístico del modelo neoliberal a nivel global que es la OCDE, si es que lo admiten?
- Realmente todo lo que se está haciendo por parte del gobierno colombiano es para entrar en la OCDE. Es decir, uno de los requisitos es que hay que aumentar la cobertura, que la cobertura en educación superior es muy baja y entonces se requiere elevarla. También se quería liberar el mercado de la educación superior, eso no se logró con la pasada reforma de la Ley 30 porque fue bloqueado en buena medida por la movilización de los estudiantes de la MANE. Se quería abrir porque, en teoría por lo menos, no puede ser un negocio, no puede ser mercantil la educación superior. Digo en teoría porque muchas de las instituciones privadas hacen negocio con la educación superior y han encontrado la forma de burlar la prohibición de que sea mercantil.
- Con esta radiografía que usted nos ha hecho sintéticamente de la realidad de la educación superior en Colombia, se podría concluir que ese estancamiento del sector es consecuencia también de la hegemonía del poder político oligárquico que hay en este país. Es decir, la hegemonía en términos gramscianos es el poder cultural del grupo dominante y para el establecimiento colombiano es magnífico que no haya mayores posibilidades de educación porque de lo contrario hay altos niveles de concientización y culturización del pueblo. ¿No es ese el fin último de la clase dominante?
- No, yo diría que es mucho más complejo que eso, independientemente si comparte uno o no, para hacer este análisis el concepto de hegemonía cultural de Gramsci. Yo diría que es más complejo porque si usted observa en los últimos años ha existido una ampliación de la cobertura de la educación superior en Colombia, y la meta para el 2034 es que siga creciendo. Ahora, dónde vamos a ampliar la cobertura en educación superior. No se va a ampliar la cobertura en educación universitaria, en el plan que presenta el gobierno o la propuesta de políticapública, la educación universitaria, la matrícula en educación universitaria o se mantiene estable o baja. En términos generales baja un poquito o baja mucho. En los dos escenarios el intermedio es ideal, entonces la ampliación de la matrícula sí va a ser en educación técnica y tecnológica, lo cual estaría muy bien si fuera de alta calidad y con buena financiación. Pero ese no es el caso en Colombia, entonces se va a hacer un aumento de cobertura con educación técnica y tecnológica de baja financiación y baja calidad. ¿Por qué?, porque lo que se necesita es una formación en un capital cognitivo básico que es el de los operadores de la máquina de funcionamiento. Por lo tanto es mucho más complejo que dejar a la mayoría ignorante, yo creo que es formarla con un cierto sentido y una cierta necesidad del desarrollo del capital.
- ¿Educación técnica para maquila?
- Educación técnica para maquila y educación técnica para una nueva mano de obra que esté más formada en función de las necesidades del capital y no de las necesidades del país.
- ¿Y en materia de ciencias sociales y económicas qué se puede decir en cuanto a calidad?
- Ese es uno de los problemas. Si uno ve el plan y propuesta de política pública el desarrollo de las ciencias sociales va a ser mínimo. Ya hay problemas de calidad en ciencias sociales, entre otras cosas porque las universidades públicas son las que se dedican a ellas o las que las desarrollan en el país, hay algunas privadas que también pero las universidades públicas están en una fuerte crisis de financiación. Es decir, ha disminuido lo que es la inversión del Estado percápita en educación superior dramáticamente en los últimos 15 años, se ha reducido a la mitad, en consecuencia no se está ofreciendo tampoco en la mayoría de las instituciones públicas una buena educación en ciencias sociales.
- Pero esa lógica está acorde con el modelo neoliberal…
- Está acorde con el modelo económico y con la forma de acumulación de capital que yo creo que va más allá del neoliberalismo. Hay una forma, hay una política de acumulación de capital en Colombia que está centrada en ciertos sectores: reprimarización de la economía que tiene que ver con la minería, con los monocultivos, en fin, usted tiene aquí un reacomodo de las formas de acumulación y de la territorialización de la acumulación de capital. Si se observan los nuevos programas aprobados en la Costa Atlántica, por ejemplo en instituciones públicas, todos están dirigidos hacia técnicos para los monocultivos o para la minería. El otro sector que se está desarrollando mucho es el de servicios. No se está haciendo la pregunta sobre qué es lo que necesita este país. Por el contrario se formula el interrogante en torno a qué es lo que necesitan las locomotoras del denominado desarrollo. Y esa pregunta sí se está tratando de responder. En Colombia no hay un neoliberalismo puro sino que es un neoliberalismo mezclado con muchas formas de neoinstitucionalismo por lo cual prefiero enfocarlo en cómo son las nuevas formas de acumulación de capital.
- Una pregunta de coyuntura. Hoy el gobierno de Santos anuncia que quiere intervenir a universidades privadas como la Cooperativa y la San Martín. ¿Qué quiere decir con ello, que les quitaría el control de la propiedad porque son fundaciones?
- Pero es que el problema de la intervención es que el Estado debe garantizar el derecho a la educación. Y en primer lugar lo que se debe garantizar es la calidad. Ahora eso puede hacerse con la intervención directa del Estado o con una intervención indirecta. No es necesariamente quitarle la propiedad de las universidades a quienes son los dueños. Hacia dónde entonces va dirigida realmente la intervención del Estado, a sanear las finanzas o a garantizar la calidad educativa, la accesibilidad, la asequibilidad, todos los elementos del derecho. No va dirigido hacia eso. El problema es que la intervención del Estado va hacia sanear financieramente las universidades y que sigan funcionando como lo vienen haciendo, que han sido de alguna manera útiles para el aumento de la cobertura. Se trata es de tener unas garantías públicas para que cumplan con el derecho a la educación, que es una cosa bien diferente.
- ¿Tras este panorama tan negativo que usted nos hace, se puede decir que en Colombia y en la universidad no hay espacio para el pensamiento crítico? Ahí está el caso palpable internacionalmente conocido del profesor Miguel Ángel Beltrán…
- Sería una paradoja estar dando esta entrevista y decir que no hay espacio para el pensamiento crítico. Yo creo que hay restricciones y las hay en determinados aspectos y en determinadas circunstancias para el pensamiento crítico. Pero mire, el problema colombiano es este: en Colombia no se forma una opinión desde las columnas periodísticas de opinión desde hace muchísimos años. Las columnas de opinión son marginales, aunque ahí hay una marginalidad importante digamos, quienes leen la columna de opinión en términos generales son los empresarios, cuando leen, los intelectuales, los mandos medios, pero la opinión se está formando a través de la información y de una información redundante y es ahí en el terreno de la información donde el pensamiento crítico tiene muy poca cabida. El escenario donde se restringe el pensamiento crítico es en eso, es en la producción de la información, usted tiene una información por los grandes medios de comunicación que es la que llega a todo el país que es redundante y repetitiva así los hechos que estén informando sean falsos. Entonces tampoco es tan sencillo decir que no hay pensamiento crítico. Yo creo que hay espacios de pensamiento crítico pero también considero que hay atentados permanentes en su contra, no es solo el caso de Miguel Ángel, uno de los más recientes, también está el del profesor Alfredo Correa de Andreis y una gran cantidad de casos de persecución o el hecho de inhibir que los académicos podamos desarrollar nuestras funciones como debe ser.Es decir, impedir que una persona que tiene la mayoría de los votos en una la universidad, de toda la comunidad, sea rector, eso es una forma de inhibir el pensamiento crítico y la capacidad crítica de la academia de los colombianos.
- ¿El hecho de que en este gobierno la primera Ministra de Educación haya sido cuota directa del principal banquero del país y que ahora la titular de esa cartera sea parte del cartel del puerto de Buenaventura, quiere decir que la ignorancia ha terminado siendo una política de Estado?
- Ojalá fuera la ignorancia, sería menos grave. Yo creo que la política de Estado está en tener una concepción netamente utilitaria, mercantil de la educación superior y creer que la educación superior puede ser enfocada simplemente como un negocio o como un instrumento para el desarrollo económico y simplemente económico. Yo no creo que sea accidental a quiénes han nombrado independientemente de lo que usted dice, es la vinculación con el mundo de la Cámara de Comercio en el primer caso, y en el otro es una persona que no viene de la educación, pero que cumplió una función específica dentro del Sena, dentro de este modelo que tienen para la educación superior. Esto indica que es simbólico la poca importancia que le dan los gobiernos en Colombia a un derecho como la educación superior a la que simplemente la ven como un instrumento para el desarrollo y la acumulación económica.
- Terminemos con una frase de ese gran latinoamericanista que sigue proyectándose en el tiempo que es José Carlos Mariátegui: "No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política". ¿Qué opinión le merece?
- Sí, yo creo que la frase también se podría decir al revés: no es posible democratizar la estructura política y económica de un país sin democratizar la educación. Creo que hay que establecer unas relaciones de simultaneidad. Es decir, hacer las transformaciones simultáneamente, lograr transformación en la educación pero también en el sistema económico y en el sistema político. No es suficiente desde luego hacer una transformación en la educación, hay que hacer y actuar en diferentes campos simultáneamente.
Bogotá, diciembre de 2014.

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