Le
solicito que respete la autonomía universitaria como uno de los elementos
fundamentales para construir una paz duradera en Colombia. Usted termina
poniendo en cuestión injustamente el trabajo encomiable de los profesores que
pertenecen al Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz al no
comprender el carácter pluralista de las comunidades académicas.
Leopoldo
Múnera Ruiz
Fuente
de la imagen: www.caracol.com.co
Bogotá,
30 de septiembre de 2014
Señor
Calarcá:
Me
llamo Leopoldo Múnera Ruiz y soy profesor de la Universidad Nacional de
Colombia. En
este mismo portal escribí un artículo en el cual expuse los argumentos que
me llevaban a considerar el fallo disciplinario contra el profesor Miguel Ángel
Beltrán como una clara violación de la libertad de pensamiento, expresión y
cátedra, y, por consiguiente, de la autonomía universitaria. Asimismo, le
solicité al Rector de la Universidad Nacional, profesor Ignacio Mantilla, que
aplicara la excepción de inconstitucionalidad. En
otro escrito posterior justifiqué esta petición.
Hoy leí
su texto sobre el mismo tema, titulado “Negativa
Mancha Indeleble”, que termina con los párrafos siguientes:
«Ignacio
Mantilla se resistió a utilizar mecanismos legales y legítimos, entre ellos
entablar una excepción de inconstitucionalidad para desconocer el aberrante
fallo que además atenta contra la libertad de cátedra, la autonomía universitaria
y la libre expresión.
Una
negativa mancha indeleble en la historia de la Universidad Nacional que afecta
a toda la nación y plantea un interrogante, con actitudes incomprensibles y
antidemocráticas como las del rector Ignacio Mantilla: ¿Podrá el Centro de
Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz seguir aportando sus luces al
proceso de construcción de la Paz en La Habana?».
No hago
parte del Centro que usted menciona, pero en él participan varios docentes de
la institución a la que pertenezco. Con el mismo talante que me llevó a
rechazar el fallo de la Procuraduría le digo que con dichas afirmaciones
desconoce la autonomía universitaria y el carácter pluralista de la academia.
Usted
está condicionando la participación de la Universidad Nacional en los diálogos
de La Habana porque no comparte la decisión del Rector Mantilla en el caso del
profesor Beltrán. Rechazo la intervención de los poderes externos a nuestra
comunidad académica, sin importar la procedencia, que pretenden decirnos qué
debemos hacer, pensar o decir. El debate sobre la excepción de
inconstitucionalidad lo
hicimos en este mismo portal con el profesor Uprimny, quien le dio al
Rector un concepto contrario a mi solicitud. Aunque no estoy de acuerdo con sus
razones, estimo que son válidas y que la Universidad podía correr riesgos al
adoptar la medida, especialmente por la forma como se ejerce en el país el
poder disciplinario de la Procuraduría General de la Nación. Personalmente creo
que la defensa de la libertad de cátedra y la autonomía universitaria los
justificaban, pero entiendo que hayan podido pesar negativamente en la decisión
que el Rector adoptó.
Desde
luego, usted, como yo o como cualquier colombiano o colombiana, tiene el
derecho a opinar públicamente sobre las decisiones de quienes dirigen las
universidades estatales. Sin embargo, resulta inaceptable que por diferencias
de criterio, interpretación u opinión pretenda limitar las actividades de la
academia pública colombiana. La Universidad Nacional de Colombia no es una
institución jerarquizada y vertical en la que todos sus miembros deben pensar y
actuar de la misma manera. Por fortuna, el pluralismo, en el más amplio sentido
del término, caracteriza nuestro quehacer cotidiano y, en contra de las
amenazas internas y externas, es un bien común que defendemos como uno de
nuestros valores culturales más preciados.
Probablemente
sin darse cuenta, usted también afecta la defensa pública y judicial del
profesor Beltrán. Con su texto refuerza, dentro de una opinión pública
polarizada, la idea de los supuestos nexos del profesor Beltrán con su
organización, que han tratado de promover desde el expresidente Uribe hasta el
Procurador, sin pruebas que sean válidas legal o constitucionalmente. En un
país donde ha reinado la intolerancia y el estado de guerra durante tantos
años, los prejuicios culturales son reproducidos involuntariamente por quienes
no calculan los efectos de sus actos sobre las actividades de las personas que
llevamos años tratando de analizar con libertad y espíritu crítico la vida
social y política del país.
Le
solicito que respete la autonomía universitaria como uno de los elementos
fundamentales para construir una paz duradera en Colombia. Usted termina
poniendo en cuestión injustamente el trabajo encomiable de los profesores que
pertenecen al Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz al no
comprender el carácter pluralista de las comunidades académicas.
Atentamente,
Leopoldo
Múnera Ruiz
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Negativa
mancha indeleble
Por: Marco León Calarcá Martes, 30 Septiembre
2014 02:58
A
Miguel Ángel Beltrán, sociólogo y catedrático de la Universidad Nacional la
justicia penal lo exoneró de cargos por la peregrina acusación de pertenecer a
las FARC-EP, inventada a partir de la manipulada información del mágico
computador de nuestro Comandante Raúl Reyes.
Sin
embargo, la Procuraduría lo condenó a 13 años de inhabilidad para ocupar cargos
públicos, en otros términos no puede trabajar para el Estado en ese tiempo.
Los
cargos contra el profesor Beltrán fueron desechados por la justicia penal, sin
embargo esa realidad no detiene la saña de Don Procurador y para colmo la
actitud del rector de la Universidad Nacional la cohonesta.
No
abundemos sobre el antidemocrático y arbitrario, del Procurador Alejandro
Ordoñez, que dirige todo el poder acumulado con malicia contra quienes
mantienen con dignidad y valentía, posiciones contrarias y críticas al poder
establecido.
Extraña
sí, la actitud del rector de la Universidad Nacional de Colombia, Ignacio
Mantilla, quien adopta mansamente el fallo de segunda instancia de la
Procuraduría y retiró de su cargo como
profesor asociado de tiempo completo de esa institución a Miguel Ángel Beltrán una
de las víctimas de Ordoñez.
Ignacio
Mantilla se resistió a utilizar mecanismos legales y legítimos, entre ellos
entablar una excepción de inconstitucionalidad para desconocer el aberrante
fallo que además atenta contra la libertad de cátedra, la autonomía
universitaria y la libre expresión.
Una
negativa mancha indeleble en la historia de la Universidad Nacional que afecta
a toda la nación y plantea un interrogante, con actitudes incomprensibles y
antidemocráticas como las del rector Ignacio Mantilla: ¿Podrá el Centro de
Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz seguir aportando sus luces al
proceso de construcción de la Paz en La Habana?
Marco
León Calarcá
Integrante
de la delegación de Paz de las FARC-EP
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