
Estudiantes
de la MANE sosteniendo carteles en forma de protesta en la presentación del
acuerdo a la educación superior 2034 en la academia de lenguas, un acuerdo que
no ha sido consultado con la comunidad educativa.
Han
pasado ya casi 3 años desde aquel 2011 en el que el movimiento estudiantil y la
sociedad colombiana en general lograron desmantelar la descarada pretensión de
seguir privatizando la educación superior, propiciando un sistema exclusivo y
excluyente. Pese a que una reforma a la Ley 30 era necesaria, lo que se
planteaba en aquel entonces era un arrebato más a nuestra ya tan magullada
educación. Desconocía la crisis que atraviesa la educación superior,
profundizaba un modelo de mercancía que volvía la educación un bien
intercambiable por dinero soslayando su importancia en el desarrollo social y
común, pasando por encima incluso del álgido debate que esconde el modelo de
educación que requiere un país como el nuestro.

Fue inundando
las calles y los corazones de los y las colombianas que se logró denunciar y
frenar una reforma que profundizaba un sistema educativo en decadencia,
desarticulado de las necesidades reales de nuestro país, abandonado y regalado
a los designios del mercado. Desde ese entonces nuestra consigna ha sido
defender la educación ‘para un país con soberanía, democracia y paz’. Para
aportar con eso decidimos emprender la construcción de un Proyecto de Ley
Alternativa de Educación Superior que consignara, de forma consensuada y
argumentada, un modelo inclusivo, democrático, para la equidad social y con un
alto sentido de compromiso con las necesarias transformaciones para Colombia.
Este
proceso no fue fácil, ni está terminado. Hace parte de un gran esfuerzo unitario
por parte de diversos sectores democráticos y populares del Pueblo colombiano,
que a partir de la deliberación, el estudio y la movilización lograron
consignar un Proyecto de Ley. Este Proyecto es un insumo de vital importancia
en el creciente debate sobre el papel que debe jugar la educación superior en
el desarrollo y el bienestar social. Rescatamos entonces el proceso histórico
que abanderó la Mesa Amplia Nacional Estudiantil -MANE- que no se quedó sólo
con movilización y protesta permanente, sino que también plantea propuestas y
soluciones contundentes.
Por
otra parte, el Gobierno Nacional tomando algunas de las banderas que tumbaron
su Reforma, emprendió un proceso de ‘Diálogo por la Educación Superior’ que
decantó en el orquestado ‘Acuerdo por lo Superior 2034’ propuesta de política
pública de educación superior presentada al país el pasado 4 de Agosto de 2014.
Esta es la vía en la que el gobierno de las reformas, en cabeza de Juan Manuel
Santos, pretende cumplir con uno de sus mandatos y designios más claros:
profundizar y legalizar el modelo de despojo económico y social, alineándolo
con las dinámicas del capitalismo mundial (que nunca nos han dejado ‘bien
parados’), escudado tras el fortín de una clase política adinerada y enquistada
en el poder.
La
cooptación del discurso, la demagogia y un poco de cinismo combinado con
tecnicismos de más, fueron el cóctel perfecto que usaron los miembros del
Consejo Nacional de Educación Superior -CESU- a la cabeza del Ministerio de
Educación para mostrar al país un proceso de ‘diálogo’ y planteamiento de
propuestas para reformar nuestra asfixiada y abandonada educación superior.
Coincidimos en la necesidad de transformar la educación y en darle el lugar que
se merece en la construcción de una Colombia en paz. Sin embargo, parece
evidente que este acuerdo, presentado con un halo de democracia sustentado en
cifras de diverso tipo sobre el proceso de construcción, no es muy diferente en
el fondo, de los intereses lesivos para frenar la garantía del derecho
constitucional a la educación.
Estudiantes
de la MANE sosteniendo carteles en forma de protesta en la presentación del
acuerdo a la educación superior 2034 en la academia de lenguas, un acuerdo que
no ha sido consultado con la comunidad educativa.
Estudiantes
de la MANE sosteniendo carteles en forma de protesta en la presentación del
acuerdo a la educación superior 2034 en la academia de lenguas, un acuerdo que
no ha sido consultado con la comunidad educativa.
Este
‘Acuerdo por lo Superior 2034’, presenta los puntos que, a consideración del
CESU, son los nodales para la educación superior y que deben ser implementados
en un periodo de 20 años. Hemos reiterado la idea de que todo modelo de
educación responde a un modelo de país. Esto se hace aún más relevante en un
contexto en donde la paz trasciende de ser una bandera electoral vacía y se
vuelve un compromiso con el cambio, que va más allá de la voluntad del
gobernante de turno. Entonces surge el intenso debate que nos debemos como
sociedad sobre cuál es la paz que queremos y cómo son los caminos, los
compromisos y los sacrificios que debemos dar para alcanzar este propósito.
De la
mano con esto, está la pregunta sobre cuál es la educación superior conforme a
un país que vive en paz, con equidad, justicia social y dignidad. Es por ello
que causa un poco de escozor escuchar una propuesta de educación superior que
entre tantos tecnicismos y promesas hermosas, no reconoce los graves problemas
que afronta el sistema como la desfinanciación, la crisis de infraestructura,
la grave situación docente, la corrupción, entre otros. Surgen también
preguntas de porqué la política pública reconoce de forma tan eufemística el
hecho de que la iniquidad social en nuestro país es el principal factor de la
violencia misma que nos aqueja, pero también de la exclusión, deserción,
endeudamiento en la educación superior que terminarán por reflejarse en pésimas
condiciones laborales, entre otros elementos.
Instamos
a la sociedad colombiana y a la comunidad académica a levantar de nuevo sus
voces de protesta y de propuesta, de no pedir sino de exigir, y de consignar en
la democracia no una acción inerte y reiterativa de cada cuatro años, sino un
proceso de construcción permanente y de descentralización de las decisiones, de
los debates, de las voces.
Exponemos
ante el país nuestra pretensión de fomentar una educación diferente, que desde
su mismo proceso de construcción sea realmente abierta y dialogada, que no
busque sólo productividad y ganancia para unos pocos, sino que predique y
aplique la inclusión y el verdadero bienestar social. Compartimos con los y las
colombianas los deseos de asegurar una educación que permita el acceso a
nuestra juventud, que nos asegure la construcción de un mejor país, por eso
hacemos el llamado al Gobierno Nacional para que atienda el clamor que a nombre
del país hoy expresamos, de entablar un dialogo verdadero, que contemple las
múltiples posturas e ideas sobre la educación, para que la Colombia en paz y la
educación que soñamos sea un trabajo y un camino creado por todos y todas las
colombianas.
Laura
C. Niño
Vocera
Nacional, Proceso Nacional Identidad Estudiantil


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