
Es
irónico pensar en que hace algunos años estudiantes, profesores y trabajadores
planteábamos la necesidad de no dejar que se nos cayera la Universidad haciendo
referencia a la inminente privatización, al detrimento de la calidad
académica,etc…
Pocos
nos imaginábamos que lo plantearíamos nuevamente refiriéndonos demanera literal
a no dejar que se nos caiga la UN luego de ver que hace dos años fue desalojado
el edificio de Arquitectura, el riesgo constante que se vive en la facultad de
Enfermería hace más de 1 año y que hace dos semanas un Aguacero y “las
condiciones climáticas”, como diría el Señor Vicerrector, tumbaron por segunda
vez una parte del techo de la facultad de Derecho y ocasionara otros daños en Ingeniería
y en Química.
Condiciones
climáticas podrían ser las que ocasionaron el tifón en Filipinas, o las graves
consecuencias del invierno aquí en Colombia, y que incluso siendo aspectos de
la “naturaleza” podrían haber muchas implicaciones prevenibles. Aquí, en la
Universidad Nacional de Colombia, la cuestión no es de calentamiento global, es
de negligencia pura y clara por parte de la administración, y hablo de la
administración en genérico porque a pesar de que tanto Mantilla y Hernández
lleven poco en sus cargos actuales, es larga su historia en otros cargos
administrativos en la universidad. No es de calentamiento global, es de
desfinanciación y una clara lógica administrativa al interior de la UN que
pretende hacer de cada facultad un feudo que según su capacidad económica
adquiere más “beneficios”.
El
Rector Ignacio Mantilla ha hecho múltiples pronunciamientos diciendo que
estáponiendo todo su empeño y su capacidad de interlocución para conseguir la
Estampilla Pro Universidad Nacional y Universidades públicas, que saldará toda
la crisis de infraestructura, que alcanza un déficit de 2 billones de pesos,
para lo cuál ni la estampilla ni el plan de inversiones para infraestructura
planteado hasta el 2021, cubren ni el 50%. Por su parte, el Vicerrector de la
sede Diego Hernández, reconocido por su capacidad de tomar medidas arbitrariasy
completamente descontextualizadas, ha planteado en varios comunicados que el
problema de los edificios es el calentamiento global. Nuevamente,
estudiantes,trabajadores y profesores estamos llamados al reto de enseñarle a
la administración de la Universidad cómo es que se administra y se defiende a
laUniversidad: ¿Qué mejor solución que en vez de pedir una plata por estampilla
que no va a implicar un aumento en el presupuesto anual de la universidad, se
exija de la misma manera y con el mismo ahínco 1billón de pesos más a la base
presupuestal de la UN para solucionar la crisis de infraestructura actual, pero
además poder invertir de aquí en adelante para prevenir este tipo de
situaciones? Es una solución que aunque difícil, en el marco de gobiernos como
los nuestros, es la más sensata y aún así: es posible.
Que la
Universidad al día de hoy no aguante un aguacero más, es un triste ejemplo que
se suma a la lista de otros tantos, para demostrar que como estamentos hemos
tenido la razón en nuestras constantes denuncias e incluso pronósticos… Pero
sobre todo, para demostrar que también tenemos propuestas y que si hubiera
democracia en la Universidad seguramente entre todos podríamos llevarla mucho
mejor a lo que hacen actualmente y han hecho históricamente las
administraciones de la UN, serviles por demás a los gobiernos que quieren
privatizarla. Es por ello, que es necesario que junto a los estudiantes de la
facultad de derecho que han decidido exigir soluciones a esta crisis, todas las
facultades y estamentos nos sentemos a discutir y proponer sobre cómo hacerle
frente para que la universidad un día de estos no termine naufragando.
Maria
Alejandra Rojas Ordoñez


0 comentarios:
Publicar un comentario