Prensa Universidad
El día de ayer, 7 de febrero, se llevó a cabo la consulta
de opinión ante la comunidad universitaria de manera virtual por medio de la
página web de la Universidad, dicha consulta arrojó como cuatro candidatos
opcionados a ser designados como Rector UIS 2013-2016 a Martha Vitalia Corredor
Montagut, Álvaro Ramírez García, Carlos Vecino y Cristian Blanco Tirado. Y
queda preguntarnos ¿qué queda de todo esto? ¿Cómo serán los próximos tres años?
¿Las cosas cambiarán para bien? ¿Qué legitimidad puede tener esta próxima
administración?¿Qué papel desempeñarán los estudiantes?
En primer lugar: ¿Cómo fue la votación?
* Martha Vitalia Corredor Montagut sumó 1.931 votos de
los estudiantes, 213 de los profesores de planta, 233 de los profesores de
cátedra y 167 del personal administrativo. * Álvaro Ramírez García contabilizó
652 votos de los estudiantes, 50 de los profesores de planta, 18 de los
profesores de cátedra y 51 del personal administrativo. * Cristian Blanco
Tirado sumó 565 votos de los estudiantes, 39 de los profesores de planta, 31 de
los profesores de cátedra y 13 del personal administrativo. * Carlos Vecino
sumó 321 votos de los estudiantes, 19 de los profesores de planta, 25 de los
profesores de cátedra y 2 del personal administrativo. * El voto en blanco contabilizó
436 votos de los estudiantes, 13 de los profesores de planta, 22 de los
profesores de cátedra y 9 del personal administrativo. ¿Quiénes son estos
cuatro candidatos y que han hecho en el pasado reciente?
Los cuatro candidatos vienen siendo defensores en los
años anteriores del proceso administrativo de Jaime Alberto Camacho Pico,
siendo el cuestionado exrector, señalado por haber sostenido una conversación
con un paramilitar que le solicitaba una lista de estudiantes y profesores que
estaban siguiendo “cosas de izquierda” para ser objetivos militares dentro de
un plan “pistola”.
Además de alentar la no discusión de temas de interés, la
no crítica, el adoctrinamiento y en el plano más privatizador, la vinculación
de la Universidad con el sector productivo y el aumento de la represión y el
control para garantizar la “normalidad” y evitar así cualquier foco de
resistencia.
Las tretas impuestas por el gobierno nacional para
establecer un Rector que coincida con los intereses económicos del sector productivo
regional y permita sin restricciones continuar con las políticas privatizadoras
han dado fruto, la votación aunque no fue mayoritaria (el estudiantado se
mantuvo en casi el ochenta por ciento de abstención) si deja reflejada las
lógicas utilitarias de los candidatos sobre todo con los estudiantes de
primeros semestres, mostrando su cara amable, gentil e incluso conversadora con
los mismos, pero ocultando hechos, como por ejemplo, el caso del actual
candidato Cristian Blanco que, a mediados del año 2009 retó a estudiantes a que
lo golpearan y él mismo golpeó una estudiante, para buscar servir de mártir
para proteger al vicerrector administrativo y otros personajes de la
administración Camacho, cuando estos fueron conminados y empujados por un gran grupo
de estudiantes a desalojar el campus universitario, durante el desarrollo de
una asamblea estudiantil en protesta por la llamada del rector con el
paramilitar Félix.
También las votaciones dejan entrever el carácter
rastrero, señal inequívoca de la lagartería de la mayoría de profesores planta
y cátedra, la falta de criterio propio, y más bien si, de la ideología
dominante del “sálvese quien pueda” o como diría la decana de la Facultad de
Ciencias, Sofía Pinzón, junto con Cristian Blanco en una discusión con
estudiantes durante la coyuntura del año 2009, “cada quien defiende su plato de
lentejas”. Y bajo esa lógica los profesores cátedra en busca de mantener su
puesto de trabajo y, los profesores planta en busca de ascenso, -ante la
mediocridad reinante en la mayoría de las escuelas- olvidan su dignidad y
buscan adaptarse a la burocracia y a la “rosca” enraizada profundamente en los
distintos estamentos de la Universidad, creyendo así estar defendiendo sus
propios intereses. Pero no solamente esto es una ficción, puesto que la
lagartería muchas veces por sí sola no basta para conseguir lo que se quiere,
sino que al “defender mi plato de lentejas” se está directamente, defendiendo
los intereses de quienes tienen convertida a la Universidad Industrial de Santander
en una verdadera penitenciaría, en un campo de concentración al aire libre,
rebasando las visiones futuristas Orwellianas sobre el control social; también
es una ficción el actuar de los grupos autoproclamados revolucionarios,
luchando por más democracia y por la autonomía universitaria, como si no fuera
esta la perfecta excusa para evitar el control externo sobre el alma mater,
como si las garantías democráticas no fueran funcionales a todo este estado de
cosas. Se pretende atacar las consecuencias, y no las causas de los problemas,
así continuaremos en un ciclo cerrado, sin avanzar nunca ni un solo paso. Le
daremos mil vueltas al mismo problema, y después se preguntarán ¿Por qué reina
la apatía entre los estudiantes? ¿Después nos llenaremos de rabia, de odio y
frustración por saber que todo el esfuerzo realizado –sobre todo en las bases
de las organizaciones- fue en vano, o por metas tan inmediatas y tan faltas de
un contenido real.
Así los representantes del Estado dentro de la
Universidad y quienes sustentan esta ideología del control y la vigilancia a
los miembros de esta comunidad ficticia que es la comunidad universitaria, nos
mantendrán siempre peleando por nuestras miserias, aplicando cada vez más,
medidas que nos van restringiendo la casi nula libertad de la que gozamos, y al
igual que los vendedores ambulantes, en lugar de luchar por tener unas
condiciones laborales que garanticen la satisfacción de sus necesidades y
deseos mediante una labor no alienante, bajar las miras y tener que luchar por
las miserias de un trabajo precario, a la intemperie y ante el ataque de
cualquier medida gubernamental que busque tener “libre movilidad por el espacio
público”.
Durante los siguientes tres años quedará otra
administración funcional a estas lógicas, se mantendrá la misma burocracia y
las mismas personas que se mantuvieron los últimos seis años, se seguirá
imponiendo la lógica mercantilista de la educación (porque un rector, al igual
que un gobernador o un presidente, nada pueden cambiar en este aspecto) se
seguirá invirtiendo en más postgrados, más investigación servil a las
multinacionales y el gran empresariado nacional y regional, y se seguirá
aumentando el grado de alienación, de adoctrinamiento en la ideología
dominante, junto con todo el odio y la frustración de quienes conscientemente
nos tenemos que someter ante toda esta cantidad de ficciones que gobiernan
nuestras vidas, y ante este verdadero azote que se encarga de mantener el actual
estado de cosas, tal y como está.
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