En el primer semestre de 2012 entró en
vigencia el nuevo acuerdo de matriculas en la Universidad de Caldas, un nuevo
sistema que pese a una amplia oposición y a la lucha emprendida por los
estudiantes en su contra, se ha venido aplicando para los nuevos estudiantes de
la institución. A un año de su implementación se ha podido confirmar, a través
de abundantes hechos, que la posición asumida por estudiantes y profesores
frente al nuevo acuerdo siempre fue la correcta, ya que este no generó la
cacareada equidad que la administración y las mayorías del Consejo Superior
prometieron, sino que por el contrario, ha limitado gravemente el acceso de los
jóvenes de la región y el país a una de las más importantes universidades
públicas de Colombia.
Las cifras no nos permiten mentir. El
porcentaje de estudiantes exonerados del pago de matricula pasó del 75% al 49%,
esto significa que -de acuerdo al promedio de estudiantes admitidos en los
últimos dos años- los exonerados pasaron de aproximadamente 800 estudiantes por
periodo a ser alrededor de 520 con el nuevo acuerdo. El resto de estudiantes y
sus familias se han tenido que someter a altos costos en las matriculas, que en
la mayoría de los casos no corresponden a su realidad socioeconómica ni guardan
relación con su capacidad de pago, y con los que el carácter público de la
Universidad de Caldas se desvirtúa por completo. Los altos costos de las
matriculas se reflejan en el sustancial incremento del porcentaje de
estudiantes con matriculas superiores a 1 y 2 millones de pesos. En los años
2010 y 2011 en promedio al 5,3% de los admitidos (56 estudiantes por periodo)
se les liquidaron matriculas superiores al millón de pesos, mientras que en el
primer periodo de 2012 el 15,7 % de admitidos (173 estudiantes) pagaron
matriculas por encima de este valor. Mientras el 1,9% de los nuevos estudiantes
(19 admitidos en promedio) en 2010 y 2011 pagó matriculas superiores a 2
millones de pesos, el primer semestre de 2012 el 3,9% (44 estudiantes) se vio
sometido a sufragar más de 2 millones de pesos por este concepto.
Sin topes y con la aplicación de formulas que
buscan que las familias paguen más (como el factor que se basa en el valor de
la pensión del último año de colegio privado para multiplicarlo por 5), los
costos de algunas matriculas han llegado a superar a los de la mayoría de
universidades privadas de la ciudad. Matriculas como la pagada por un
estudiante de enfermería por valor de 4 millones 976 mil pesos (ver en
http://goo.gl/Z4nMy), han generado indignación en la comunidad caldense y de
otras regiones del país, al observar la progresiva elitización de una
universidad que tradicionalmente ha acogido en su seno a las clases menos
favorecidas, brindándoles una posibilidad real de escapar de la trampa de la
ignorancia y la miseria. Con estos costos, la universidad supera a
instituciones privadas como la Universidad Católica de Manizales, cuyos costos
para programas de pregrado oscilan entre 902 mil pesos y 3 millones 751 mil
pesos (ver en http://goo.gl/dSesJ), a la Universidad de Manizales –con
excepción del programa de medicina- con costos entre 799 mil pesos y 3 millones
592 mil pesos (ver en http://goo.gl/i9zUv) y a la Universidad Antonio Nariño
con matriculas entre 1 millón 863 mil pesos y 2 millones 976 mil pesos (ver en
http://goo.gl/IyKM5).
A solo un año de su aplicación, el nuevo
sistema de matriculas ha cumplido con el único propósito que en realidad tenía
el rector y la administración de la Universidad de Caldas: ensanchar las arcas
de la institución por este concepto. El recaudo por matriculas de pregrado pasó
de 4 mil millones de pesos en el año 2011 a poco más de 5 mil millones en 2012,
lográndose un incremento del 25% gracias al cobro de mil millones de pesos
adicionales. Por estas razones, no sorprende que los jóvenes que hoy se presentan
al proceso de admisión, lo hagan con más prevenciones y cuidados que con la
expectativa real de iniciar su recorrido en la educación superior. Si bien
existen otros factores de orden vocacional, familiar y personal que influyen en
la decisión de no ingresar a la universidad, sin lugar a dudas, el factor
económico ha resultado determinante para una cantidad importante de familias.
Los ecos de este nuevos sistema de matriculas
se han sentido en el actual proceso de admisión. Después de haberse llevado a
cabo primeros y segundos llamados en todos los programas y faltando menos de 15
días para el inicio de clases, solo 707 estudiantes nuevos se han matriculado,
es decir, con 1.300 cupos disponibles para nuevos estudiantes, solo el 53% de
ellos ha realizado todos los trámites para ingresar a la institución. El bajo
porcentaje en la matricula se evidencia en programas con una larga tradición de
completar sus cupos en primer llamado, como medicina, enfermería y derecho.
Durante este periodo, se hicieron segundos llamados a 31 estudiantes en
medicina (ver en http://goo.gl/tLD2E), 19 estudiantes en enfermería (ver en
http://goo.gl/WvUsc) y 17 estudiantes en derecho (ver en http://goo.gl/9MyN8);
llamados que han sido insuficientes para copar los cupos, por lo que en tercer
llamado se han tenido que convocar a 16 estudiantes en medicina (ver en
http://goo.gl/1eVkU), 13 estudiantes en enfermería (ver en http://goo.gl/L72d9)
y 9 en derecho (ver en http://goo.gl/uyyjf). Cifras de escándalo que tienen que
generar un amplio debate y que obligan al rector Ricardo Gómez y a su equipo
directivo, a replantear su posición frente a un acuerdo de matriculas
excluyente e inequitativo.
El alza de matriculas y medidas similares
impulsadas por la actual administración, desdibujan la imagen de la Universidad
de Caldas como una institución pública, abierta a la comunidad y comprometida
con el desarrollo de la región y el país, e impulsan una visión mercantilista
que concibe a los estudiantes como clientes y a la universidad como una
empresa. Será deber de estudiantes y profesores, a través del debate y la
movilización civilista y democrática, transformar este tipo de políticas en el
plano local y contribuir a la construcción de una ley de educación superior que
responda a las genuinas necesidades de nuestra nación.
Darío Arenas Villegas
Representante Estudiantil Consejo
Superior U. de Caldas
Alexander Álvarez Giraldo
Representante Estudiantil Consejo
Académico U. de Caldas
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