El 18 de septiembre
se llevó a cabo una asamblea multiestamentaria en la Universidad Pedagógica
Nacional con el fin de proponer soluciones a la crisis presupuestal por la que
atraviesa la institución y que hoy la dejaría al borde de la quiebra si la
comunidad universitaria no se pronuncia y toma medidas al respecto.
En el espacio
multiestamentario se habló de esta dura crisis presupuestal según la cual la
universidad cancela las salidas de campo, mientras la administración paga el
arriendo de un edificio que anualmente representa un gasto aproximado de 1.000
millones de pesos.
Además, se insistió
alrededor de la censura y persecución de
los profesores, estudiantes y trabajadores que este semestre obligaron al
profesor Renán Vega a exiliarse y sobre la situación de contratación docente,
infraestructura, etcétera. Ante esta situación, la asamblea decidió exigir una
rendición de cuentas y realizar un pupitrazo para denunciar ante la opinión
pública la situación de la Universidad.
Pupitrazo
Los estudiantes de la
Universidad Pedagógica Nacional decidieron tomarse la calle 72 para denunciar
la situación de la universidad. Durante la toma
realizaron un “cotejo” de Fútbol donde
no importaban los equipos sino la educación. Cada gol se celebró con una
consigna que demostró en la calles que
lxs educadorxs estamos comprometidos con el futuro de nuestra educación y la de
nuestros hijos. Nuevamente la clase de la dignidad la dimos en las calles.
Luego de la eufórica
manifestación y en medio del “cotejo”; el ESMAD, enviado por sus amos y
señores, los banqueros, (nuestros queridos vecinos) llegó decidido a desalojar
la cancha. De nuevo en este país importó más la movilidad que la educación.
En medio del desalojo
violento de la 72 por parte del ESMAD, los estudiantes supieron mantener su
dignidad rebelde en las calles a pesar del nuevo armamento de la represión: sus
pistolas de Paintball desde las cuales disparan canicas o “piquis”.
En la confrontación
los estudiantes se mantuvieron de frente a pesar del riesgo a la integridad física que esto representaba.
El ESMAD disparaba estos objetos indiscriminadamente y se escucharon
ráfagas de las que salían elementos que pueden causar la muerte. Pero
pudo más la rebeldía que los elementos represivos, dentro de los cuales
resultaron algunos averiados (una tanqueta pinchada). Esa misma rebeldía
desplazó a los policías para refugiarse detrás del Farmatodo de la carrera
11.
Al final lo único que
se escuchó en las calles fue la voz de los estudiantes, que a pesar de los
gases y el armamento ilícito del ESMAD seguían cantando fuerte.
YO
SOY REBELDE, TRABAJADOR, SOY ESTUDIANTE Y EDUCADOR.
POR
ESO LUCHO, POR ESO LUCHO, POR CONSTRUIR UN MUNDO MEJOR.
0 comentarios:
Publicar un comentario