El día viernes 21 de
septiembre, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional levantó una
denuncia contra la empresa de seguridad VISE, que presta el servicio de
vigilancia en esta misma institución. La denuncia manifiesta que dos de los
estudiantes que la entablaron, unas horas antes, intentaban el ingreso a las
instalaciones del campus por la portería de la calle 26 y los celadores de
turno no se lo permitieron. La justificación que la celaduría dio en todas las
porterías el día viernes para la restricción de la entrada fue que “los
estudiantes no tenían nada por hacer en la universidad”, sin embargo en el
campus se estaban realizando varias actividades culturales dentro de las que
los estudiantes sí podían participar.
Pero la denuncia no
sólo alega la restricción en las entradas del pasado viernes. Los celadores no
sólo no dejaron ingresar a los estudiantes al espacio universitario, sino que,
cuando éstos reclamaron su derecho para entrar al campus, los empujaron. La
reacción inmediata de los estudiantes, ante el uso abusivo de la fuerza con el
que fueron atacados, fue también empujar a los celadores y seguir su camino
hacia adentro de la institución. Segundos después, cuando los estudiantes ya
avanzaban dentro del campus, uno de los celadores sacó un puñal de su bolsillo,
decidido a usarlo, y lo mandó al cuerpo de
uno de ellos. Gracias a la rápida reacción del estudiante y al empujón
que recibió el agresor por parte de un colega suyo, las intenciones violentas del
vigilante no tuvieron efectos perjudiciales para el estudiante.
A pesar de que las
consecuencias de los hechos no afectaron la integralidad física de ningún
presente, queremos mencionarlo y puntualizar tres elementos que nos preocupan:
1) Que una empresa de
seguridad privada, a la que en múltiples ocasiones se le han presentado
denuncias por abuso contra la comunidad universitaria, siga reproduciendo malos
tratos con la excusa de “la protección
del campus”.
2) Que los
trabajadores de esta empresa tengan armas en su poder, teniendo en cuenta (como
se demostró) que en cualquier momento pueden usarlas sin justificación alguna y
sin tener en cuenta las consecuencias de sus usos.
3) Que esta empresa de seguridad se tome
atribuciones ante el desarrollo de la universidad e impida el ingreso a la
misma cuando los estudiantes pueden y deben participar en las actividades que
se desarrollen en el campus.
Con este incidente
debemos recordar que fue la misma empresa que permitió el robo del toro de la
facultad de veterinaria el mes pasado. Ni celadores dispuestos por todo el
campus, ni cámaras impuestas para “brindar seguridad” percibieron la salida de
un toro de ochocientos kilogramos Y a
pesar de que VISE no continúe con nosotros el otro año, seguimos rechazando que
la “seguridad” de las instalaciones de la universidad, y de la comunidad que la
habita, dependan de una entidad privada de dudosa procedencia que ve en los
estudiantes a sus enemigos o a bandoleros que puede agredir. Una empresa de
seguridad que usa puñales contra un par de estudiantes y permite el robo de un
animal con el que los practicantes de veterinaria hacían investigaciones, pero
que hace caso omiso ante el insistente llamado al respeto y a generar una
política seria contra los jibaros que usan el campus para la comercialización de
drogas; no queremos que esa empresa sea la que nos salude en las mañanas y nos
despida en las tardes. Por eso, en estos tiempos, agitamos de nuevo la necesidad de la contratación directa de
todos los trabajadores de servicios, seguridad, administrativos y profesores.
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