La tristeza me embarga y la indignación me hace hablar... Los hechos ocurridos el pasado 25 de abril me obligan a manifestarles lo que expreso a continuación. El pasado miércoles un policía irrumpió violentamente en mi clase. Abrió la puerta bruscamente y sin pedir permiso gritó desde allí a uno de mis estudiantes compeliéndolo a salir inmediatamente del salón en varias ocasiones. Quedamos atónitos quienes estábamos en el salón 214 de IDEAS. Me acerqué al policía a decirle que el estudiante era de mi clase y no iba a salir, que respetara porque estaba interrumpiendo un espacio académico y vulnerando el derecho a la educación.
En medio del alboroto que generó este hecho, el policía me pidió los datos del estudiante y como consideré un abuso su acto y no se los facilité, me solicitó los míos, los cuales tomó: Nombre: María Isabel González, Cédula: 52132410, Espacio Académico: América Latina. ¿Con qué finalidad anotó esa información? No lo sé.
Luego, y en medio de la confusión, salimos (algunos estudiantes y yo) a pedirle los datos al policía quien se identificó como el intendente Wilson Ávila con número de placa: 17-17470. Él se encontraba hablado con personas de la administración de la Corporación Universitaria (IDEAS) quienes nos recordaron que la UPN tiene un convenio con dicha institución, la cual presta el espacio físico, pero que allí rige su reglamento. Además, nos informó que desde IDEAS se establecieron vínculos con la Policía para la seguridad del sector, de hecho permiten su entrada a la institución. Les argumenté que somos de la Universidad Pedagógica Nacional y que nos basamos en la libertad de cátedra y la autonomía universitaria que está siendo violada cuando miembros de la fuerza pública irrumpen en un espacio académico, sin solicitar permiso, sin mediar palabras y mucho menos sin una orden judicial.
En medio de las discusiones, llamé al Coordinador de Educación Comunitaria, Profesor Camilo Jiménez, quien hizo presencia para atender el asunto. Luego llegó el vicerrector (E), Profesor Luis Eduardo Espita, quién nos preguntó sobre lo que había sucedido y quedó en hacernos llegar el convenio entre IDEAS y La UPN para conocer a qué estamos comprometidos quienes usamos espacios fuera de la UPN.
Los hechos descritos se presentaron aproximadamente a las 4:30 pm, pero la clase había comenzado a las 2:15 pm momento desde el cual el estudiante hacia presencia. Unos minutos antes de los hechos, había salido del salón dejando sus pertenecías en el mismo. Por su parte, la versión que el intendente les estaba dando a las personas de IDEAS, cuando llegué a pedirle los datos era que: “el muchacho se encontraba en el parque fumando marihuana”. Desconozco si esto fue así o no. Asumiendo que fuese cierta la versión del intendente, la Universidad no puede estar ajena a esta situación y por ende debe verse involucrada en el asunto. Pero, en todo caso, no considero que ésta sea la mejor manera de atender un hecho que nos aqueja en nuestra alma máter y padecen varios de nuestros estudiantes. Digo “padecen” porque éste es un problema de salud pública, no un simple delito que sólo deba atenderse con la acción policial. Así las cosas, me permito preguntarles a los miembros del Consejo Superior: ¿El consumo personal de sustancias psicoactivas es un delito en Colombia?, si la respuesta es no, entonces la represión frente a este hecho es desmedida y por supuesto que no es nada formativa. Por el contrario, si la respuesta es afirmativa, entonces, la Universidad debe tomar medidas que permitan atacar ese problema, no criminalizar a los estudiantes que consumen ese tipo de sustancias. En tal sentido, ¿Qué políticas tiene la UPN frente a este asunto?.
Como mujer y como académica, esta situación me indigna y me hace sentir muy vulnerada en mi integridad personal y mis derechos. Además, como profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, siento que en este lugar no hay garantías para ejercer la libertad de cátedra y no existe el más mínimo respeto por la profesión docente, por el trabajo académico que realizamos, por los estudiantes y por los maestros. Sumado a los hechos descritos, el día lunes 23 de abril de 2012, tenía clase a la 9:00 am en las instalaciones de IDEAS, pero cuando intenté ingresar el celador me dijo que no había entrada para “los de la UPN”, pero tampoco había razón del por qué. Las clases posteriores a esa hora se llevaron a cabo con normalidad según me comentaron otros profesores.
Por ello, le solicito al Consejo Superior estudiar esta situación y darnos respuesta a las siguientes preguntas con respecto a esta problemática:
- ¿Qué reglamento nos rige a los docentes y estudiantes de la UPN que estamos fuera de las instalaciones de nuestra Universidad?
- ¿Quién toma las decisiones de ingreso o no ingreso a los salones que fueron arrendados para las clases de la UPN?
- ¿Por qué un policía puede entrar a una clase de la UPN, sin ningún tipo de orden? ¿Esto hace parte del convenio entre IDEAS y la UPN?
- ¿De qué se trata el convenio que firma la UPN y las instituciones que “prestan” espacios físicos?
Obviamente, los hechos que se han presentado no son un tema aislado de la problemática que vive la educación pública en Colombia y del tema de seguridad que viene recrudeciéndose desde hace algunos años. Pero esta situación particular está afectando directamente la labor docente y la formación de nuestros licenciados. Por eso también quiero preguntar al Consejo Superior ¿Cuál es su posición frente a ello?, ¿hace parte de las políticas de la Universidad? ¿Qué se está haciendo para darle salida real a la falta de espacios, al hacinamiento y al consumo?
Sin más por el momento, me despido de ustedes, agradeciendo la atención prestada y en espera de una pronta respuesta a mis inquietudes.
Cordialmente,
María Isabel González
Docente Universidad Pedagógica Nacional
Departamento de Psicopedagogía
Abril 26 de 2012
0 comentarios:
Publicar un comentario