ASOPRUDEA
Intervenciones
Antonio Márquez
ASPU Seccional Universidad Nacional
Proponer una fecha para rendir un homenaje a los profesores universitarios que por su compromiso y su actividad han sido señalados como críticos, al punto que la decisión tomada contra ellos es el asesinato ha sido muy complicado. Tuvimos que tomar en consideración quien como docente, podría dar el significado deseado por la asociación sindical de profesores universitarios sin reducirse al simple deseo de reivindicar la postura particular.
Desde ASPU reivindicamos permanentemente el libre pensamiento sobre la base de una postura sustentada. Sabemos la diversidad de posturas académicas, políticas y científicas que se presentan al interior de una universidad, esta fue la razón de seleccionar la fecha del asesinato del profesor universitario HECTOR ABAD GÓMEZ que además de ser defensor de derechos humanos, promotor de la organización de los profesores universitarios también era un convencido y defensor de la salud pública.
Hoy, luego de haber propuesto esta fecha hemos sentido eco en la Universidad de Antioquia quienes en este mismo momento están rindiendo un homenaje a los profesores universitarios que por defender el libre pensamiento, la libertad de cátedra han sido asesinados con la complicidad y el silencio del estado.
Desde ASPU hemos adquirido el compromiso de leer las palabras que ahora se están pronunciando en la casa del profesor Héctor Abad Gómez:
UNO MUERE CUANDO LO OLVIDAN, por eso no callamos
“Como programa, la desesperanza nos inmoviliza y nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir las fuerzas indispensables para el embate recreador del mundo. No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico”
Paulo Freire, Pedagogía de la Esperanza, 2009, p8
La Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia recibe con especial ánimo la iniciativa de la Asociación Sindical de Profesores Universitarios de lanzar a nivel nacional la fecha del 25 de Agosto para conmemorar a los compañeros docentes universitarios asesinados en el país, como un derecho que nos asiste como ciudadanos y ciudadanas; no solo por el convencimiento de lo justo de la causa sino también para visibilizar y denunciar conductas como el asesinato selectivo, la amenaza, el allanamiento, la detención, la tortura, el secuestro, los atentados, la intimidación, las listas negras, las llamadas amenazantes, la criminalización del movimiento universitario, de las manifestaciones pacíficas y de la protesta.
Muchos de los asesinatos no se han esclarecido, permanecen impunes, no hay explicaciones, no hay razones, solo su contundente ausencia. Hoy se cumplen 24 años de la fecha en que nuestros dos compañeros fueron asesinados, los conmemoramos porque no queremos olvidarlos, porque su ejemplo sigue vivo en nosotros, en una facultad que lleva su nombre como varias escuelas de la ciudad, en un auditorio que lleva el nombre de otro como testigo permanente del debate universitario, del saber, del argumento que diariamente tiene lugar allí.
De manera particular, el profesor Héctor Abad Gómez no solo fue el fundador de la Asociación de Profesores de la UdeA próxima a cumplir cincuenta años de existencia, primera en su género en el país y en la región latinoamericana; también fue un ejemplo de docente universitario en varios aspectos que hoy, en el marco de la discusión de las propuestas de reforma de la Ley de educación superior, tiene mucho sentido recordar, volverlas a pasar por el corazón, para hacerlas presentes hoy más que nunca, hoy más que siempre. Fueron los principios de la tolerancia, la convivencia, la convicción vehemente sobre la importancia de los derechos humanos y por la paz, los que constituyeron la base del camino que el profesor Abad Gómez nos marca como ruta, y nos hace extrañar a los estamentos en su conjunto, la figura de los Comités de Derechos Humanos como espacio de realización de todos ellos, esa impronta debe recuperarse como una reivindicación justa de las y los universitarios.
Lastimosamente recordamos que 1987 fue un año fatal para la Universidad de Antioquia, lo fue de hecho para toda la universidad pública, un año en el cual desaparecieron siete profesores universitarios y una veintena de estudiantes, de manera cruel, aleve, donde perdimos intelectuales, líderes estudiantiles, expertos en temas novedosos y promisorios para el país y para la Universidad. Su desaparición temprana fue un asalto al patrimonio más valioso del país, su saber y su conocimiento y también su potencial de cambio y de posibilidad en términos académicos, en investigación, en docencia y en extensión de haber seguido con nosotros. La Facultad Nacional de Salud Pública hoy llamada Héctor Abad Gómez perdió en un corto período de tiempo no solo a seis profesores vinculados a ella: Héctor Abad Gómez, Leonardo Betancur, Pedro Luis Valencia, Emiro Trujillo, Leonardo Lindarte, Fabio Ramírez, también salieron del país profesores como Alberto Vasco ¿Qué facultad, qué universidad y qué sociedad puede recuperarse de semejante pérdida? Cuál es el costo y hasta cuando seguiremos asumiendo el efecto de perder un docente comprometido y con él una línea de pensamiento, una postura temática original, única, la posibilidad de haber seguido formando generaciones de estudiantes, de profesionales integrales para la ciudad, la región y el país. Quienes fueron sus alumnos nos dirán cómo conservan y recrean sus enseñanzas, como actualizan y remozan sus aportes, alrededor por ejemplo de la salud pública, de la atención primaria, de la planeación en salud, la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud.
Efectivamente con su partida, se amenaza el desarrollo humano, técnico y científico del país, se ha hecho, se sigue haciendo. Por eso estamos aquí, porque ni el olvido, ni el silencio son alternativa para el alma universitaria, la memoria presente, la memoria viva se renueva cada año con sus ejemplos, con sus vidas, sus enseñanzas, sus mismas luchas que ahora heredamos y que son nuestras, que son de todas y todos.
Ayer como hoy, la violencia y la barbarie siguen amenazando el accionar de intelectuales, líderes sociales y personas que representan un riego para el deseo de impunidad de quienes quieren mantener un orden basado en la injusticia, la obediencia ciega y la impunidad, este es el reto que como universitarios debemos asumir, reivindicar otros valores y otras prácticas, basados en la defensa de los derechos humanos, el pensamiento crítico y la transformación social.
Aunque la lista no está completa, Luis Fernando Vélez, Darío Garrido, Jorge Alberto Morales Cardona, Jesús María Valle, Hernán Henao, PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE
Hasta Siempre
Sara Fernández Moreno. Presidenta ASOPRUDEA
25 de Agosto Conmemoración Día del Docente Universitario Caído
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