¿Cómo se está pensando la universidad?
Este documento es el resultado del análisis del modelo de educación superior actual, sumado a lo que vivimos día a día.
Entendemos que a este Simposio asisten personas que no están directamente relacionadas a la Universidad Estatal y por eso no centraremos nuestra exposición en el papel que debe jugar la educación pública en la sociedad sino la academia misma como un agente capaz de pensarse y responder a las necesidades del país.
Iniciaremos exponiendo el direccionamiento que se le da al modelo educativo actual.
El termino insignia de las políticas educativas es CALIDAD, termino propio del mercado, que es la clara muestra de que fines se tiene con el conocimiento. Estas medidas han llevado a que los centros educativos entren en una competencia feroz por la búsqueda de certificaciones de instituciones tanto nacionales como internacionales, que manejan enfoques de educación guiados por las grandes organizaciones internacionales como F.M.I, B.M, O.M.C., que responden a las necesidades de las grandes transnacionales.
Ellos saben, que lo que hacen parecer como nuestras necesidades, es lo que la inversión de sus capitales necesita. Muestra de ello es el aumento de la educación técnica y tecnológica que propende por la creación de sujetos con conocimientos aplicados y destinados a un papel especifico, este tipo de educación forma seres acríticos respecto a la situación política, económica y social, que no permite formar seres investigativos, y que por el contrario busca crear mano de obra barata para las transnacionales, que se han adentrado en el país con sus políticas neoliberales y el juego de un mercado globalizado, plan que el estado colombiano ha seguido al pie de la letra, prueba fehaciente de esto son las reformas continuas que desde hace varios años se le realiza al modelo de educación para adecuarlo a las demandas que el sistema político-económico actual exige, que se demuestra en la relevancia que ha adquirido la confianza inversionista y el enfoque de la educación al servicio del sector productivo, como se plantea en el plan visión Colombia 2019.
Porque en un mundo donde las grandes investigaciones las realizan quienes ostentan los grandes capitales, y obedeciendo las lógicas del modelo neoliberal, se debe buscar: Quien maneje las maquinas pero que no represente un alto costo de mano de obra y tenga los conocimientos necesarios para la labor especifica. Son estos los motivos por los cuales el gobierno busca invertir en los planes de educación técnica y tecnológica mientras ignora el problema estructural y presupuestal de la universidad estatal. Todo esto da cuenta de las razones de que la forma en la que se está organizando el modelo de educación no es casualidad, al contrario se hace de manera cautelosa y sistemática para beneficiar las elites económicas más poderosas.
El ser universitario en nuestro país sigue siendo un privilegio con el cuentan quienes: tiene la solvencia económica para educarse, la oportunidad de pasar a la universidades estatales o acceder a empréstitos de entidades financieras para ingresar a universidades privadas, pero para hacernos creer lo contrario el gobierno nacional hace uso de las estadísticas y mezcla las cifras de la cobertura educativa del SENA con las de las Instituciones de Educación Superior (IES) .
No solamente la balanza se está inclinando hacia las técnicas por simples razones de inversión de capital extranjero que genera una demanda de este tipo de mano de obra, sino también por la equiparación de los salarios que se están asignando a los tecnólogos frente a los profesionales , que hace ver que a una menor inversión de tiempo y dinero, en la educación personal, se puede obtener una ganancia igual o muy cercana a quienes todavía creen en la educación profesional.
Porque en una sociedad inmersa en un modelo capitalista donde, según los datos del DANE, el 51,7% recurre al trabajo informal como método de subsistencia, exista una búsqueda de menos tiempo y menos dinero para salir a volverse la fuente de ingresos de una familia. Lo que nos muestra la concepción que se ha generado de ver la educación como una inversión y no como la posibilidad de una formación integral.
A esto se suma el alto costo de las matriculas en las universidades privadas, factor que genera una exclusión, y la disminución de los programas de bienestar en las públicas, debido al déficit presupuestal que cada día va en aumento. Y es que en Colombia existe una visión, que consideramos, herrada sobre la Universidad; al concebirla como una gran fábrica que está destinada a la producción de profesionales que al final de un tiempo determinado obtienen su código de barras o lo que ellos llaman diploma. No se permite ni se vislumbra la Universidad como un centro académico dispuesto a romper paradigmas, ni revolucionar esquemas; al contrario vemos un campus rendido ante las exigencias del mercado globalizado, las cuales no necesaria pero si notoriamente no responden a las propias y donde un subsidio estatal no permite la competencia en el mercado que se genera alrededor de la educación.
Quienes defienden esa universidad dormida aparecen celebrando la unión que se está fortaleciendo entre Universidad, Empresa, Estado - tanto así que ya le sacaron revista , pero poco hablan de la pérdida de calidad en la educación escolar de las clases bajas colombianas, no se sabe si por ignorancia o conveniencia. Lo que sí sabemos es que la exigencia de cobertura a las instituciones de educación superior ha llevado a un hacinamiento que no puede ser saldado con las infraestructuras actuales y para su solución tampoco se entregan recursos. Como tampoco se habla del congelamiento a las plantas docentes en las universidades Estatales.
Este problema no afecta a los sectores privados de la educación porque ellos se rigen por las leyes de la oferta y la demanda, pero a diferencia de lo que muchos piensan si afecta a Colombia que es la principal perdedora de esta concepción de universidad, ¿qué transnacional va a financiar proyectos serios de investigación que demuestre los verdaderos resultados sociales, económicos y ecológicos de la explotación de nuestros recursos por agentes externos?
A raíz de esta orientación que se le da al modelo educativo, que se evidencian en políticas como la revolución educativa propuesta por el anterior gobierno y que claramente muestran un descuido en el servicio educativo que el Estado debe brindar a las clases bajas que son las directamente afectadas , y pidiendo disculpas al auditorio por el título que le damos a nuestro proyecto, proponemos una CONTRAREVOLUCIÓN EDUCATIVA, con y para toda la sociedad y no solo para algunas de sus capas, que avance hacia la cobertura universal de educación que sea pensada de manera integral y que no solo influya sobre las universidades estatales, sino que sea un aporte para las universidades privadas que se encuentren comprometidas con la academia y la resolución de los conflictos sociales.
¿Cómo nos pensamos la Universidad?
Primero debemos recuperar la base misma de la Universidad, los colegios, es hora que la educación básica y media reciba atención por parte del Estado, darle vida (es aquí donde se inician los jóvenes del futuro) a este sector es darle vida y futuro a la educación superior de nuestro país.
La parte del gobierno universitario debe ser replanteado, debemos darle el reconocimiento a los sectores que son la esencia misma de las universidades. Los profesores y los estudiantes deben tomar las riendas de los claustros, ya varios procesos latinoamericanos nos han demostrado que es posible y eficiente que los que viven la universidad sean los que la piensen y la transformen.
La práctica de vender nuestras investigaciones a cambio de un préstamo debe frenar, no podemos seguir permitiendo ataduras a las posibilidades de generar conocimiento propio que construya un nuevo mundo.
Sin presupuesto no hay universidad, si la universidad no maneja sus ingresos no hay autonomía. Es momento de que el Estado asuma el financiamiento de la educación pública, no a través del subsidio a la demanda mediante préstamos sino, reconociendo que la manera de financiamiento actual asfixia la universidad pública y la obliga a dejarse a los saberes de la economía.
El nuevo modelo universitario debe estar a la altura de las necesidades de nuestro país, generar carreras propias que como nos muestra el profesor Carlos Medina Gallego en su discurso La Universidad y el sabedor moderno sean creadas para el avance de nuestro pueblo, precisamente esos profesionales que ninguna universidad genera y que le hace falta a nuestro pueblo.
Aportar a la búsqueda de un modelo educativo, social y normativo, que sea alternativo al vigente.
Es pertinente una vez dicho lo anterior dirigirnos a los sectores que directamente influyen en la educación superior a lo cual vamos a entregar esta última parte de nuestra ponencia.
A los estudiantes:
Llamamos a rechazar que en Colombia sea un privilegio ser estudiante universitario y tampoco debemos permitir que se nos entregue un modelo que, antes de llevar al progreso, nos lleva a las concepciones del estudiante como un interlocutor no válido.
Debemos empezar a generar un cambio nosotros mismos, dejar en claro que somos la parte esencial de la universidad y que también somos parte de la solución a los problemas de su decadencia actual, los cuales no pueden seguir siendo ocultados con falsas cifras, enemigos útiles, ni la caridad de empresarios.
El estudiante debe tomar un papel investigador, pero no de ese personaje que vende su conocimiento al empresario e ignora el impacto que estas medidas traen sobre la sociedad, lo que debe buscar es como generar el progreso dentro de nuestro país. No llamamos a la concepción que se tenía de que la persona entregada era la que dejaba sus comodidades y su vida personal para unirse a las luchas, lo que buscamos es que cada quien esté dispuesto a usar su conocimiento de una manera comprometida con la sociedad, que no ignore las necesidades propias ni las de su entorno, que entienda los impactos sociales a futuro que puede traer lo que él realiza.
Es momento que reconozcamos el papel que como sujetos políticos debemos jugar en la sociedad, es hora que la Universidad vuelva a pensarse el país para terminar con el dominio de las familias que durante 200 años nos han gobernado. La universidad ha sido históricamente la caja de resonancia del país, necesitamos dejar de ser eso y empezar a construir país a partir de nuestra diversidad y conocimiento.
A las organizaciones estudiantiles:
Primero les extendemos nuestro respeto, a las que históricamente han estado dispuestas a levantar su voz, por perdurar a través de los tiempos en un país donde ser disidente puede ser una sentencia a muerte. A quienes no se han atrevido a oponerse las exhortamos a que si dicen defender la universidad lo hagan o sino mejor declárense como organizaciones de empresarios.
De la misma manera fraternal recurrimos a cuestionarlas, ¿sigue siendo la universidad un fortín político nuestro? ¿Qué papel estamos jugando en la universidad? ¿Por qué nos ha constado tanto adaptarnos a los nuevos momentos? ¿Nos pensamos el empoderamiento de la universidad?
Todo este tiempo se ha buscado generar la revolución desde la universidad, pero no hemos generado revolución en la universidad, hemos buscado salvar el mundo y hemos descuidado ayudar al compañero que por escasos recursos al día siguiente no nos acompaña en el aula. Nos hemos unido a las luchas a las cuales se nos ha llamado, lo cual es importante, pero hemos caído en el descuido de la Universidad lo cual ha dado como resultado que cada día sea más difícil volver a las luchas reivindicativas propias, lo que ha generado perdida de acompañamiento del estudiantado.
Seguimos usando métodos que heredamos de nuestros padres sin buscar la innovación lo que nos lleva nos seguimos pensando universidades de la mitad de población y la mitad de problemas. En esencia el sector estudiantil está compuesto de jóvenes y se nos ha olvidado la característica misma de innovar.
A veces vivimos más luchas contra otras organizaciones que contra el aparato opresor, nos enfrascamos en nuestras diferencias y demostramos la cantidad de juventud que nos invade con nuestra inmadurez.
Se hace urgente hacer un alto en el camino y buscar un replanteamiento, sino, estamos destinados a seguir como estructuras inflexibles que no están acorde con el momento político.
Reconocemos los valores propios de cada organización y la posibilidad de generar acuerdos mínimos de unidad que nos ayuden a construir ese modelo de educación que hemos buscado. Convocamos a la creación de una Coordinadora Nacional Universitaria creada desde la base y que responda a las necesidades de nuestros universitarios.
Profesores:
Son ustedes los que a diario tienen contacto permanente con el conocimiento, y a su vez con una juventud que lo intenta buscar pero no encuentra los caminos, es desde la cotidianidad del aula de clase donde construimos sujetos pensantes y transformadores, y es aquí donde su papel debe ser mas protagónico, con el objetivo de ayudarlos a los estudiantes a pensarnos e imaginarnos un nuevo mundo.
Ustedes ya han cursado varios de los escenarios que nosotros estamos viviendo, por lo tanto esperamos aporten a nuestra construcción de un nuevo modelo universitario que responda a las necesidades propias de nuestro país y permita un verdadero ejercicio de la libertad de cátedra.
A las universidades privadas:
No depender del Estado no hace que escapen del país, ni las exonera de la responsabilidad que tienen hacia la sociedad como centros académicos que representan, es hora de pensarnos el futuro de este país y cómo cada uno de nosotros aporta para que el cambio que queremos se materialice. En una sociedad donde las capas más excluidas se ven aisladas de este modelo educativo, el cual responde a políticas económicas, se hace necesario pensarnos la manera de que desde nuestros claustros se incentive un compromiso con el país.
Colectivo de Estudio y Trabajo (C.E.T)
colectivodeestudioytrabajo@gmail.com
"Porque no pretendemos que todos piensen igual sino que nos dejen pensar". Anónimo
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