El 2015
fue un relevante para comprender el rumbo de la Universidad de Antioquia en los
próximos años; iniciamos el año con las elecciones de rector, éstas produjeron
un descontento generalizado en la comunidad universitaria ya que evidenciaron
la profunda crisis de democracia que se vive en el claustro. El debate se llevó
a todos los escenarios posibles de la Universidad, se discutió entre los
diferentes estamentos y lo único que era un consenso era que la forma de
elección del rector no era para nada democrática y que los postulados no
representaban los intereses de quienes convivían y habitaban a diario el Alma
Mater. No obstante, la elección se llevó a cabo y una vez se posesionó Mauricio Alviar en la
rectoría, comenzó un conflicto aún mayor gracias a la imposición del “Acuerdo
480” que regulaba el examen de admisión de la UdeA. Ese hecho concreto llevaría
a la Asamblea General de Estudiantes se pronunciara y comenzara un importante
proceso de difusión y discusión en torno a las reformas que se desarrollarían
en la universidad, teniendo como punto de partida el cambio del examen de
admisión.
En repetidas ocasiones la Asamblea General de
Estudiantes de la UdeA, sugirió sentarse a discutir en conjunto con el resto de
estamentos universitarios y con la rectoría para construir un modelo de
admisión acorde a la realidad de la universidad de Antioquia y a las
necesidades sociales presentes en el momento, argumentando que los cambios
propuestos eran apresurados, no tenían estudios suficientes que los respaldaran
y lo más importante que estaban en contravía del espíritu democrático que
supuestamente tiene la universidad, al realizarse de manera autoritaria y sin
tener en cuenta la opinión de estudiantes y profesores de la Alma Mater.
Luego
de 2 meses de paro y arduas movilizaciones de parte del estudiantado con apoyo
de profesores y profesoras de la institución, además de la inconformidad de
decanos y decanas de algunas facultades, por fin vemos los frutos del trabajo
mancomunado, con la derogación del acuerdo 480, el cual se desarrolló con el
concepto de una comisión técnica avalada por el Consejo Académico, que demostró
los grandes errores que tenía el nuevo examen de admisión, basado en una
política que no garantizaba la disminución de la deserción, el ingreso mayoritario
de estratos 1, 2 y 3, ni la elección de una carrera acorde con la vocación de
cada persona.
Es
pertinente resaltar el papel de la lucha estudiantil, la agitación y
movilización que se llevó a cabo en la Universidad para derogar el acuerdo,
puesto que esta fue la que sentó tal problemática ante la comunidad
universitaria y se encargó de darle la importancia meritoria ante la sociedad.
Es nuestro deber reconocer el papel de la Asamblea General de Estudiantes, el
trabajo realizado en facultades, escuelas e institutos, y la labor desarrollada
por las mesas de trabajo de las distintas facultades en esta victoria, al ser
protagonistas y dedicar sus esfuerzos a construir una universidad democrática
donde cuenten las voces de quienes la construyen a diario.
Tenemos ahora la gran labor de continuar
aportando desde la academia y los espacios de deliberación a las políticas que
orienten el rumbo de nuestra universidad, además de entender que la pelea no
termina, hay un camino largo que transitar por construir una universidad que
responda a los intereses sociales, antes que a la empresa privada, una
educación que proyecte un nuevo modelo de nación y sujetos que aporten a la
liberación del pueblo colombiano.
¡A Estudiar y Luchar por la Liberación Nacional!
Proceso Nacional Identidad Estudiantil
0 comentarios:
Publicar un comentario