En
Contagio Radio hablamos con Sergio Segura, uno de los jóvenes líderes sociales
a quien se le devolvió la libertad, luego de permanecer más de 2 meses en
prisión. Él habló su experiencia en la cárcel, los maltratos a los que fue
sometido, y el peligro en el que están sus vidas, las de sus familias y el
movimiento social, tras las acusaciones realizadas en los medios hegemónicos.
Contagio Radio ¿Quién es Sergio Segura?
Sergio:
Hasta antes de la captura yo me dedicaba a escribir artículos para la Agencia
de Comunicación de los Pueblos Colombia Informa, era el editor encargado para
la sección de Conflicto y Paz. Principalmente me dedicaba a cubrir este tipo de
situaciones sobre todo lo que tiene que ver con los Diálogos de Paz.
Antes de la captura había sido invitado en la
Universidad Nacional para hablar en una conferencia sobre todo lo que tiene que
ver con medios, conflicto social, armado, y todo lo que tiene que ver con
libertad de prensa y manipulación mediática de la información frente a la paz. También
hacia otro tipo de cuestiones más académicas como investigación social sobre
temas que tienen que ver con movimientos sociales, estaba a punto de terminar
un posgrado de esta misma materia, pues también soy profesional en Comunicación
Social, me dedicaba también a tocar algo de música, entre otras cosas que
siempre han procurado ser una
herramienta de comunicación y difusión de distintas problemáticas sociales que
vive el país.
CR ¿Qué estaba haciendo en el momento en que
lo capturan?
Sergio:
En ese momento me encontraba durmiendo, pues eran las 6:00 de la mañana.
Llegaron golpeando, todo era una cantidad de policías armados, había
francotiradores al frente del peatonal, había personal de antiexplosivos, pero
principalmente agentes de la SIJIN.
Yo salí a la ventana y les dije que no rompieran la
puerta que yo bajaba a abrirles, todo era cuestión de vestirme. No esperaron a
eso y como me asomé por el balcón creyeron que me iba a volar, por lo que
agilizaron todo el procedimiento, yo mismo abrí la puerta del apartamento de un
segundo piso, ni siquiera sabían que iba a ser la persona que iban a capturar.
Me
dijeron el nombre y yo les dije “si soy yo”, les dije donde era mi habitación,
cuando se cercioraron que yo era la persona que estaban buscando me dijeron los
cargos que era rebelión, concierto heterogéneo para delinquir y terrorismo,
pero esos no son los cargos por los cuales me investigaron y tampoco fueron los cargos que se nombraron
durante todo el procedimiento. Me los cambiaron dos otras veces de cargos.
CR ¿Que sintió con la forma como usted fue allanado y además por esos cargos
como terrorismo que suenan tan fuerte?
Sergio:
Primero fue una sorpresa, ni siquiera pensé que se dirigían a mi apartamento.
Luego de eso lo que hice fue reflexionar un poco y pensar el por qué me estaban
buscando, si era por mi activismo social y porque he vendido haciendo
comunicación social. Cuando veo que esto fue una captura masiva, y nos damos
cuenta que la mayoría de personas fueron capturadas a la misma hora y también
eran pertenecientes a organizaciones del Congreso de los Pueblos, entonces ya
todo empezó a tener un poco más de sentido y empezamos a conocer todo este entramado falaz que se venía
planeando, no solo de las fuerzas de seguridad del Estado, sino también por
parte de los medios de comunicación.
CR: ¿Cómo se sintió usted y cómo vio también
que se sintieron los demás jóvenes capturados por la forma como se realizó el
cubrimiento de los diversos medios empresariales tildándolos muchas veces de
guerrilleros y que hacían parte de una célula urbana del ELN?
Sergio:
solo hasta la primera audiencia que fue casi a la media noche del día que nos
capturaron pudimos darnos cuenta que no tenía nada que ver con lo que se estaba
diciendo en los medios al momento de la captura. Darío Arizmendi, noticieros
como CMI, Cityty, noticias RCN, Caracol,
El Tiempo y Semana, sobretodo dijeron que habían capturado a los terroristas
que habían atentado contra las sedes de Pensiones y Cesantías Porvenir,
entonces es una gran sorpresa porque hemos visto que ninguna de las trece personas
capturadas que ahora estamos en libertad tuvimos que ver en algo con esa
situación, además en ninguna audiencia nos mencionaron ese caso, aunque si estaban
buscando a esas personas.
Lo que
sentimos es que estaban buscando una excusa o un chivo expiatorio para darle
contentillo a la ultraderecha que estaba presionando al gobierno por
resultados. Lo primero que hizo el General Palomino fue decir que habían
capturado a estos “bandidos” que habían sacado de sus “madrigueras” pero como
nos pudimos dar cuenta esas “madrigueras” quedaban en casas común y
corriente en localidades como Ciudad
Bolívar, Suba, particularmente a mi me capturaron en Galerías, otras personas
en otros sectores de Teusaquillo. Barrios común y corriente ningunos escondites
y mucho menos “madrigueras” como lo dijo el General Palomino.
Todo el
país estaba felicitando a la Policía y a la Fiscalía por estas capturas. En
Twitter el Presidente Santos solo tardó unos minutos después de la captura para
felicitar personalmente al General Palomino y a la Fiscalía por estas capturas,
y dijo algo así muy descaradamente “pagarán por lo que hicieron”.
Entonces, si fue un cubrimiento bastante problemático
para nosotros, poniendo no solo en riesgo nuestra reputación sino la seguridad
de las organizaciones que nos rodean, de
nuestras familias y principalmente nuestra labor que tiene que ver con Derechos
Humanos, en otros casos derechos de las mujeres
y en mi caso la labor comunicativa.
Sentimos
bastante preocupación y zozobra por todo lo que estaba sucediendo y todo lo que
sigue sucediendo en los medios masivos. Esto no ha cambiado mucho diciendo,
pues cuestionan la decisión del Juez de conocimiento que nos dejó en libertad,
y siguen diciendo que tenemos que ver con los atentados en las sedes de Porvenir,
pese a que quedó bastante claro que ninguna de las trece personas tiene que ver
con esto.
CR: ¿Cómo se viven estos meses en la prisión,
mientas los medios de comunicación sigue reiterando que ustedes hacía parte de
estructuras guerrilleras y ese tipo de cosas, que como usted lo dice atentan
contra su vida, la de sus familias y en general ponen en peligro el movimiento
social en Colombia?
Sergio:
Luego de la captura nos llevaron a Medicina Legal a hacer un chequeo que
supongo, es protocolo después de hacer estas capturas. Luego fuimos a la URI,
allí ninguna de las personas que estábamos sabíamos qué hacer, pues nunca
habíamos estado en un lugar de estos.
En una
situación de estas, lo primero que hicimos fue tener un poco de precaución,
porque estaban pasando cosas bastante irregulares como que el todo el tiempo
estaban entrando perros antiexplosivos, el ESMAD estaba alrededor de la URI.
Siempre estuvimos bastante custodiados, salíamos todos los días en la prensa,
incluso exponían ante la opinión pública situaciones que nada tenía que ver con
esto, como por ejemplo llamadas en donde había cuestiones meramente personales,
esto lo que hacía principalmente era dañar toda la investigación que estaban
haciendo, quitándole la seriedad y generando que la sociedad en general
empezara a darse cuenta que eso se trataba de un montaje, de una ataque del
gobierno hacia el Movimiento social y persecución política, por lo que
realizamos, lo que nos agravaba la situación y nos ponía en peligro en los
lugares en donde estuviéramos.
Luego
del 28 de Julio, cuando la Juez municipal 72 de garantías dicta la medida de
aseguramiento nos llevaron a la Cárcel
Modelo, nos llevaron a escondidas y no le avisaron a nadie.
Fue un
viernes casi a la media noche después de una audiencia, lo que sucedió el 31 de
julio el día que nos llevaron fue bastante sorprendente, no esperábamos que nos
llevara a media noche porque lo que
teníamos entendido es que a esas horas o los fines de semana no se llevan a las
personas a la cárcel, pudimos ver casi
como una pelea entre el Sargento encargado de la URI y El INPEC para que nos
recibieran, ya que ellos decían prácticamente que querían salir de ese
“chicharrón” y que no querían seguir haciendo custodia de nosotros.
Algunas
familias no se enteraron donde nos encontrábamos, sino hasta el tercer día de
haber estado allá, nos dijeron que cuando iban a la URI decían que no estábamos, otros decían que
nuestras cosas si estaban pero que nosotros no, para no decir que ya nos habían
llevado a la cárcel, pues estaban rompiendo con todo un procedimiento legal.
En la
cárcel también vivimos situaciones difíciles. Primero por los supuestos
hechos por los que nos llevaban pues
hacía que todo mundo en la cárcel supiera quiénes éramos, había personas por
todo tipo de delito, temíamos por nuestra vida pues la dinámica de la
cárcel y todo en la dinámica del INPEC
es una cuestión bastante complicada, insegura
y corrupta.
Desde
ese momento ya hacíamos parte de los más de 9.500 presos políticos que hay en
el país y se acrecentaban los peligros que podía haber en nuestra contra.
CR: ¿Cómo se vivió y sintió el apoyo con los
plantones que se realizaron afuera de Paloquemao, cuando estaban en las
audiencias?
Sergio:
Para nosotros fue bastante importante el
apoyo porque nos dio mucha fortaleza, principalmente los primeros días o quizá
todo el tiempo que estuvimos encerrados pues no dimensionábamos la magnitud de
lo que estaba pasando afuera.
Teníamos
una comunicación limitada, a veces ni siquiera permitían que nos dieran cartas
u otro tipo de comunicación entonces lo que pasaba y sentíamos es que nos
tenían al margen de los medios para que se siguiera reproduciendo lo que se
decía en los medios masivos, entonces nunca pasaban lo que realmente estábamos
viviendo allí, que nos llevaban al baño esposados, que muchos policías nos
seguían hostigando, que a veces nos quitaran la comida al llegar a la URI,
muchos de nosotros fuimos maltratados en los trayectos. No obstante, lo que
nosotros pudimos observar es de qué están hechos estos aparatos estatales de
seguridad, pudimos conocer la rigurosidad del conflicto, pudimos ver que hay
varios policías que son nobles y buenas personas pero que les prohibían que
hablaran con nosotros, pero siempre algunos oficiales eran los que les daban
las ordenes y ellos no tenían más opción.
Algunos
policías nos contaban que su vida no era lo que ellos quería, se sentían presos
también mientras nos custodiaban, incluso una vez uno de los policías nos dijo
que estaba pidiendo que lo retiraran porque ya llevaba 11 años en la SIJIN. Es
bastante complicado ellos también se sentían de uno u otro modo presos, unos se
ponían contentos porque nos llevaban a
audiencias porque salían del encierro de la cárcel.
Supongo
que esta es la dinámica de estos aparatos que hacen parte de la seguridad del
Estado, sin embargo escuchar las cosas de afuera nos llenaba de muchos motivos
para salir adelante para no desfallecer, para no caer en la tristeza y la
preocupación, escuchábamos desde las audiencias los tambores, nuestros nombres
afuera, nos llegaban fotos, cartas, entonces eso fue bastante importante. Si no
hubiera sido por esta presión social y también por todo lo que hicieron los
medios alternativos, quizá nunca se le hubiera puesto la atención que esto
merecía para que se desmintiera los hechos de Porvenir principalmente, que era
algo que nos causaba bastante preocupación porque fueron unos atentados muy
graves, aunque cada persona tenía pruebas de que no tenía nada que ver con esos
hechos. Sin embargo una cosa era lo que pasaba en las audiencias, otra era lo
que decía la Fiscalía y otra cosa era lo que decían los medios masivos, vivimos bastantes mentiras y acusaciones,
pero el apoyo social logró controvertir esto y logró tanto que nacional e
internacionalmente se brindara el apoyo que nosotros necesitábamos.
Este
tipo de cosas suceden todo el tiempo, por esos días también habían detenido a
personas de Marcha Patriótica, personas que habían participado en el paro
agrario de manera que esto fue lo que develó la complejidad de lo que
sucede en la justicia colombiana, hay un
índice bastante clave, como por ejemplo del 2009 al 2011 más de 8000 personas
fueron detenidas por delitos como rebelión terrorismo y más del 75% salieron en
libertad, de manera que las demandas que tiene el Estado por esto son
infinitas.
Hay que
ponerle mucha atención a esto, de todas maneras nunca va cambiar el sistema
judicial ya sabemos a quién sirve este
sistema de justicia que no es para nada justo, nuestro caso llamó la atención
porque fue en Bogotá, pero esto pasa todo el tiempo en la región a los
campesinos, a los indígenas a muchos estudiantes, a muchas mujeres y a muchos
jóvenes. Deben realizarse reformas y los ajustes para que no se sigan
cometiendo este tipo de actos injustos, sobretodo en este momento que se está
hablando de paz.
CR: ¿Podría especificar más sobre esos
maltratos a los que usted se refiere cuando estuvo en prisión?
Sergio:
Bueno, voy a poner un ejemplo. Por lo general no tuvimos complicaciones muy
graves por lo que había tantos ojos encima, pero una de las cosas que
sucedieron fue que le estaban diciendo a personas detenidas en la URI que el
domingo no iban a ver visitas de los niños porque las personas que estaban
“capturadas por la bombas” podrían coger a los niños de rehenes, lo que ponía a
los todos los reclusos en contra nuestra, asegurando que nosotros
representábamos un peligro para todas las personas que estaban allí.
A veces
nos apretaban más fuerte las esposas, los insultos eran todo el tiempo pero
como les digo no es una cuestión tan general, hay matices, como les dije
existen policías con lo que uno podía hablar de su vida.
CR: ¿Qué viene para usted, que viene para su
familia, también centrándonos en los tema de la seguridad?
Sergio:
Situaciones como los seguimientos, como los hostigamientos, las amenazas se han
convertido casi que normales en el movimiento social, se denuncian
internacionalmente y en ocasiones es muy poco lo que pasa entonces tenemos que
cuidarnos bastante porque no es cualquier cosa que salgan nuestros rostros en
televisión y la prensa diciendo que somos terroristas con todo lo que implica
un calificativo de esta magnitud. Queremos garantías por lo que se viene, para
poder asumir una postura correcta con esta investigación porque hasta el
momento no hemos tenido garantía ni el proceso judicial, ni en la calle, antes
de nuestra captura eran conocidas las amenazas, los hostigamientos ilegales
bastantes cuestiones que ponen en riesgo nuestra seguridad.
Hacemos
un llamado a la comunidad nacional e internacional para que sigamos pendientes
de estos casos, esto no ha terminado y no terminará hasta que haya una
transformación radical de este tipo de
imposiciones estatales.
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