domingo, 17 de mayo de 2015

Sobre el pasado paro magisterial: una visión desde educadoras en formación de la UPN

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“Ser maestro y no luchar es una contradicción pedagógica”
La coyuntura nacional educativa protagonizada por el magisterio durante las últimas tres semanas, en las que FECODE llevó a cabo un paro con el fin de garantizar el cumplimiento de sus reivindicaciones laborales consignadas en un pliego de peticiones; haciendo de este un escenario fuerte de movilización y protesta que contó con una amplia participación y apoyo por parte de la sociedad colombiana. Lo que nos pone a pensar como estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional y futuras educadoras, en eso que llaman “la cuestión docente”, la situación de la educación y de los y las educadoras en el país, entendiéndonos y asumiéndonos como parte de esta.
En primera medida es importante señalar las condiciones en las que se encuentra la educación en el país,  y es allí donde  se refleja  que “el modelo de educación responde al modelo de país”. A pesar de ser la educación uno de los pilares de desarrollo y progreso del país  según el PND del gobierno de Santos, este modelo educativo responde a las exigencias de órganos internacionales como la OCDE, el FMI y el BM, para quienes la educación es un ámbito más para el fortalecimiento de la economía capitalista; en resumidas cuentas la educación es una mercancía más en la que se fabrica fuerza de trabajo.  En esta misma idea, los postulados neoliberales han transformado los fines, los medios y la estructura de la educación, así como las condiciones laborales de quienes allí se desempeñan, como lo afirma el profesor Renán Vega “la flexibilización laboral llego al sector docente generando un proceso de proletarización del profesorado que se expresa en el desmejoramiento en sus condiciones laborales y vitales”.
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Desde el 2013, para no irnos tan lejos, el magisterio encabezado por FECODE ha manifestado su inconformidad con el gobierno en cuanto a la existencia de dos estatutos docentes el 2277 y el  1278,  los bajos  salarios, la evaluación docente, la cuestión de salud ocupacional y los procesos de privatización de la educación, tomado como medida entrar a cese de actividades laborales, hasta que se llegaran a acuerdos con el MEN y el gobierno,  que año tras año  han venido incumpliendo.  En el presente año, el 22 de Abril FECODE decide entrar en un paro que dura alrededor de tres semanas, llegando a su levantamiento el 7 de mayo. El acuerdo entre el gobierno y la junta directiva de FECODE se realizó en base al  pliego de peticiones  con  cinco puntos:
1) Nivelación salarial: referida al cumplimiento de acuerdo que con anterioridad se había llegado con el presidente Santos de un proceso de nivelación en los salarios para que el magisterio quede en el mismo nivel que todos los demás empleados del sector público. Se empezó exigiendo el 28%  para por ultimo acordarse el aumento de salario de 12% en cuatro años. Con los paros anteriores FECODE había logrado negociar 2 puntos porcentuales en el 2014 y 2015, así que los próximos cuatro años ese aumento será nada más del 10 % en donde  en el 2016 y 2017 se recibirán 2% anuales y en el 2018 y 2019 el 3% anual.  Este punto representa la debilidad de la junta directiva de FECODE  a la hora que sustentar sus exigencias con decisión, pues el paro contaba con la fuerza suficiente para que el aumento fuese mayor, lo que sucede por falta de una lectura clara frente a los alcances de la movilización.
2) Carrera docent: la existencia de dos estatutos, dos normas jurídicas que regulan la función del maestro y su quehacer profesional, ha generado una gran fragmentación dentro del gremio magisterial. Por un lado se encuentra el Estatuto Docente 2277 de 1979 que se logró gracias a la lucha conjunta del magisterio durante la presidencia de Julio Cesar Turbay. En este estatuto el escalafón se contempla en una escala del 1 al 14 siendo el 14 el nivel más alto y en donde se llega a obtener un sueldo de no más de $2.700.000. La primera exigencia en este punto es una bonificación por títulos y tiempo a los docentes que se encuentra en el escalafón 14, lo acordado es un aumento del 10% del salario para el 2016  que equivaldría a un aumento de $270.000 y del 15% para el 2017 que sería de $405.000,  lo que no es mucho, si tenemos en cuenta que estamos hablando de maestros y maestras que llevan 36 años al servicio de la educación, y que han tenido que sacar de su bolsillo para poder acceder a mas niveles educativos en su deber de mantenerse actualizado y en constante formación, lo que en Colombia no es nada barato.
Por otra parte encontramos el Estatuto de Profesionalización Docente 1278 de 2002 instaurado bajo en gobierno de Uribe. Entre sus cambios más significativos se resalta el  escalafón docente y la  evaluación como requisito para el ascenso. A diferencia del anterior estatuto, el escalafón  se compone de tres grados correspondientes al título, siendo el primero de normalistas y tecnólogos, el segundo de licenciados y profesionales, y el tercero de licenciados y profesionales con maestría, al interior de cada uno de esos tres grados se encuentran 4 niveles que responden a la asignación salarial. Para lograr ascender en esta escala ya sea de nivel o de grado era necesario presentar la evaluación de competencias docente, aprobando 80 puntos de 100, lo difícil de esta prueba es que está diseñada para que de la totalidad de personas que lo presenten tan solo el 20% puedan aprobarlo. Aquí la exigencia de FECODE era la creación de un nuevo sistema de ascenso y reubicación  del nivel salarial. Lo que se logra en el acuerdo es que el MEN tendrá 10 días desde la fecha pactada para presentar un proyecto de decreto que devele el mecanismo jurídico para lograr el ascenso y reubicación que docentes que no han logrado superar la evaluación por competencias; ojo con eso lo hará el MEN no FECODE quien se supone debería tener ya una propuesta frente a como seria este nuevo sistema. Este decreto deberá contemplar tres criterios claves: i) Se basara en una evaluación diagnostico formativa hecha por pares, que se realizara a partir de la observación de vídeos que entregaran los profesores y profesoras candidatas – ¿Serán los vídeos el más idóneo método de evaluación? -, para definir los criterios se conformara una comisión con el MEN, FECODE y facultades de educación de reconocida idoneidad – ¿Será la Universidad Pedagógica Nacional parte de esta comisión? -. ii) Quienes no aprueben esta evaluación tomaran cursos de capacitación para el mejoramiento de sus falencias, estos cursos serán diseñados por las facultades de educación y aprobados por el MEN. iii) Se aplicara primordialmente a quienes no aprobaron con anterioridad, se llevara a cabo la primera evaluación diagnostico formativa en septiembre del presente año.
Es claro que la política nacional en materia de educación ha convertido la evaluación en un instrumento de gestión, preocupado por mejorar los índices de rendimiento expresados en cifras, teniendo un efecto negativo en el fin y la pertinencia de la educación ¿Qué garantiza que este nuevo modelo de evaluación no siga con esta misma lógica? Ha nuestro modo de ver la evaluación por videos no demuestra ningún avance significativo, pues ahora además de niñeras – actrices.  En los videos no se evidenciaría los aspectos importantes para reflexionar frente al rol docente, no se resaltaría su relación con la comunidad, su desempeño, ni su compromiso. Representaría eso si varios riesgos: la entrada de sistemas de vigilancia y camas por salón en las instituciones educativas, la manipulación y alteración de los videos, la libertad de cátedra, la pérdida de autonomía en el aula etc. La evaluación en el ejercicio pedagógico tiene como objetivo identificar las fortalezas y debilidades del acto educativo para reflexionar sobre este y tomar medidas en la práctica, construyendo la praxis del maestro comprometido con el mejoramiento de las condiciones de la sociedad, por lo tanto pensar en la evaluación como estímulo para el ascenso y la remuneración salarial va en contravía con el objetivo de mejorar la calidad, que como sabemos no está relacionada con los resultados de las pruebas PISA. La Universidad Pedagógica Nacional  debe jugar un papel protagónico en la elaboración de la evaluación docente, pues su condición de formadora de formadores y profesionales en la educación tiene la idoneidad y el conocimiento para la elaboración de estas evaluaciones, así como para la participación en la construcción de políticas públicas en educación, y para que esto pase la comunidad de la UPN debe juntar esfuerzos y exigir al MEN el papel que nos corresponde dentro del ámbito educativo.
3) Política Educativa: vista desde la implementación de la jornada única que para FECODE debe hacerse según la Ley General de Educación 115 del 94, en el que se contemple la infraestructura y la dotación de las instituciones educativas, las relaciones técnicas de estudiantes por grupo, el  número de estudiantes por docentes, que como sabemos en la educación pública, en el afán de cobertura, se ha sometido  a un hacinamiento que afecta la labor docente;  además de pedir la implementación de mínimo tres grados de preescolar. Una jornada única en la que se desmonte la modalidad de titulares del SENA, Bienestar Familiar y entidades privadas; que no promueva la tercerización en el trabajo docente y genere garantías laborales. Exigen también el incremento porcentual  del 7.5% del PIB para la educación.  Siendo este un punto importante  en el acta de los acuerdos no hay ningún ítem que haga referencia a este, pues no se discutió.
Es necesario resaltar nuevamente la relevancia de este punto que logra transcender  de las reivindicaciones propias del magisterio y pensarse un sistema educativo colombiano que responda a las necesidades de la sociedad, pero aun así muy limitado puesto que no tiene en cuenta aspectos como la educación superior que también atraviesa por una gran crisis y procesos de privatización aún más profundos. Esto muestra la falta de dialogo y desarticulación del sector educativo para construir  exigencias conjuntas y fortalecer la base, y su incapacidad de generar espacios de interlocución y encuentro, ocasionando  que las luchas se den de manera fragmentada, basta con preguntarnos ¿Cuál fue el papel de los docentes universitarios al interior del paro? ¿Acaso ellos y ellas no se enfrentan a una situación similar? ¿El papel de los estudiantes, de los docentes en formación, de los padres de familia qué? ¿Solo era brindar apoyo? Todo eso para que lo llevemos a la reflexión.
4) Salud: Un sistema de salud digno para los y las educadoras del país que garantice vigencia, permanencia y un sistema de calidad. Para esto, en los acuerdos se plantea la creación de una figura de defensoría del usuario para los maestros, integrada por una comisión técnica de expertos encargados en realizar un manual de seguimiento y evaluación permanente de la oportunidad y calidad de servicio de salud para adjuntarlo en los contratos que se realizaran con entidades idóneas para prestar el servicio de salud.
La lucha por la salud digna como derecho es tarea de la sociedad en su conjunto, tenemos muy claro que con figuras burócratas no se soluciona el problema de salud ocupacional, que no solo tiene que ver con el acceso, sino que está relacionado con los causas, o es que ¿acaso no  será causante de locura tener 40 estudiantes en un solo salón?
5) Bienestar: FECODE exigía en este punto recursos para la construcción de la sede de la federación, continuidad a los juegos del magisterio, cultura y folclore, y garantías sindicales. El  MEN se comprometió a darle un monto para la realización de los juegos y el encuentro cultural. Este, a nuestro parecer, es un punto que se quedó muy corto  ya que no contempla el bienestar en su complejidad, como por ejemplo la exigencia de vacaciones remuneradas, de garantías laborales, subsidios de alimentos y transporte, planes recreativos y de aprovechamiento del libre, exigir garantías de participación política y el derecho a la libre expresión  y al desarrollo del pensamiento crítico, siendo el magisterio uno de los gremios con el mayor número de víctimas de la violencia política y terrorismo de estado. Por ultimo creemos podrán darse todas las garantías sindicales que quieran, pero mientras no asumamos un pensamiento histórico y no corrijamos la prácticas burócratas y el direccionamiento del  sindicato este alejado del  sentir de las bases, no se puede garantizar una organización compacta que incida en las decisiones y rumbos del trabajo en Colombia y se verá limitado su accionar político.
2Y ante este panorama compañeros y compañeras educadoras lo que nos queda es unidad, organización y lucha. La invitación es a la comunidad de la UPN a pelear en el presente por nuestro futuro y el de la educación. Si bien por una parte en preciso apoyar las justas luchas del magisterio, de las cuales nos apropiamos y  las sentimos nuestras, porque somos conscientes que será nuestro futuro más próximo; a la par es necesario que nos pensemos en nuestra realidad más inmediata como estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional y trabajemos en pro de construir nuestras banderas de lucha locales que de ninguna manera se desligan de la situación nacional de la educación, y empezar a fortalecer los escenarios de discusión y movilización que nos permita preparar nuestro propio paro. La terea es ahora engendrar los consejos estudiantiles como propuesta de organización estudiantil y empoderarnos de nuestra universidad como territorio de lucha. Porque una educación para la paz con justicia social ¡SI ES POSIBLE!

¡A estudiar y a luchar por la liberación nacional!
“Estudiantes, somos pueblo construyendo alternativas de poder popular”

PROYECTO DIGNIDAD DOCENTE- RED ESTUDIANTIL DISTRITAL REVUELTA


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