domingo, 10 de mayo de 2015

Campesinos construyendo otra educación… una universidad para el campo!

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Los pequeños productores de la Cooperativa del Sur del Cauca (COSURCA) lo tienen claro. Sin una educación popular, solidaria y campesina, los jóvenes seguirán dejando las tierras de sus padres, ampliando los cordones de pobreza y favoreciendo, indirectamente, la concentración de tierras en las zonas rurales. “Lo que necesitamos”, afirma su gerente, René Ausecha, “es volver a valorar las potencialidades del campo, de manera solidaria y sostenible, y defender cotidianamente el arraigo a nuestras comunidades”. Además, para responder a esta necesidad, los pequeños productores de Cosurca entienden que no hay que esperar a nadie. El proceso educativo debe construirse desde abajo y es urgente empezar ya.
Es por estos motivos, entre otros, que todas las asociaciones de base que constituyen la cooperativa se comprometieron con la fundación de una corporación universitaria, de propiedad de los mismos productores, que responda concretamente a sus necesidades y las prioridades de las comunidades rurales y sus jóvenes. La misión de esta universidad será fortalecer el acceso a la educación, investigación y extensión alternativa en el Macizo y Sur Occidente del país, formando sujetos en armonía con la naturaleza y profesionales solidarios, con pensamiento autónomo y crítico.
Desde hace algunos años, Cosurca empezó varios estudios para conocer, en detalles, las tendencias educativas mundiales y varias experiencias de educación solidaria y popular en América Latina; además, comenzó a investigar los deseos y los desafíos de los jóvenes que viven y trabajan en las veredas y municipios rurales donde se encuentran sus organizaciones de productores.
Al entrevistar centenares de jóvenes, la cooperativa entendió claramente dos aspectos: 1) los jóvenes sí quieren estudiar, a pesar de no tener las posibilidades y los espacios adecuados en la educación provista por el Estado o por el mercado; 2) los jóvenes quieren educación de calidad pero, sobre todo, educación acorde con sus realidades y que se construya desde las comunidades. Es la educación que tiene que moverse hacia las zonas rurales y no los jóvenes hacia las ciudades.
Demasiadas veces esta cultura urbana obliga los jóvenes a dejar el campo en busca de una “vida mejor”; demasiadas veces resulta que esa “vida mejor” es una vida hecha de consumo y deudas, que aleja de la naturaleza y de una relación armoniosa con ella. Es por eso que el arraigo a la tierra y su defensa están al centro del proyecto educativo que está en plena construcción en Cosurca.
Cosurca está conformada por 12 asociaciones de base en los municipios caucano de: La Sierra, Almaguer, La Vega, Balboa, Bolívar, Argelia, Florencia, Patía, Cajibío y Sucre. La sede de Cosurca, se encuentra en el municipio de Timbío. La universidad, según los planes previsto, tendría inicialmente 3 sedes, que aprovecharán espacios no utilizados en tres municipios. Ya se está avanzando en las negociaciones y acuerdos con los actores locales disponibles a ceder los espacios. “Hay muchos espacios públicos y privados sin utilizar que en ningún momento pensamos en construir nuevos edificios para la universidad. Usamos los que ya existen, limitamos la construcción de nuevos y fomentamos la cooperación entre distintas entidades”, nos comenta Lupercio Velasco, Coordinador del Departamento de Gestión y Cooperación de Cosurca.
Los cursos serán semi-presenciales, con un énfasis marcado en el desarrollo de actividades en terreno. En la actualidad se está pensando arrancar con tres cursos principales: 1) Agroeconomía, carrera que se caracterizaría por evidenciar y fomentar todas las potencialidades del sector agropecuario pero desde las prácticas de la economía solidaria y el comercio justo, y desde la gestión cooperativa, social y asamblearia de las actividades económicas; 2) Administración de servicios ecoturísticos, para diversificar las posibilidades de empleo para los jóvenes; y 3) Gestión sostenible de los recursos naturales, con énfasis en la relación de reciprocidad entre los seres humanos y la madre naturaleza.
Todas las carreras deben estar acompañadas por un trabajo muy intenso en extensión social y en el acompañamiento constante a los jóvenes para que pongan en práctica lo aprendido en la construcción de nuevos tejidos sociales, productivos y económicos en las zonas rurales. Construir territorios y robustecer las dinámicas comunitarias serán objetivos fundamentales del quehacer cotidiano de la nueva institución académica. En este aspecto, estamos seguros de que la propuesta de los productores de Cosurca tendrá que aprender muchísimo de las redes de Incubadoras Universitarias de Emprendimientos Solidarios, muy presentes sobre todo en el Cono Sur del Continente: Brasil, Argentina, Uruguay.
Las relaciones que la cooperativa logre establecer con académicos y universidades de todo el mundo ayudarán a fortalecer las experiencias locales. Cosurca espera recibir el apoyo de otros países, universidades y movimientos sociales que estén desarrollando en profundidad aspectos como la economía solidaria, el comercio justo, las finanzas solidarias y monedas sociales, la agroecología, la soberanía alimentaria y nutricional, la gestión comunitaria de emprendimientos económicos sostenibles, entre otros. Con estos actores se podrán construir convenios institucionales para intercambiar experiencias, recibir de manera virtual o presencial cursos de profesores extranjeros, permitir a los jóvenes del campo hacer investigaciones, periodos de estudios, intercambio o prácticas en el extranjero; para conocer las realidades de otros procesos similares en el continente y volver a las comunidades más animados y con la esperanza de que otra educación sí es posible y otros caminos hacia el “convivir bien” sí son posible… también en y desde el sur occidente colombiano.

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