Para
describir el cielo, no es necesario transportar hasta él los materiales de la
tierra. Es necesario dejar la tierra, sus materiales, allí donde están, a fin
de embellecer la vida con su ideal” -Isidore Ducasse-
Con la
rabia en los dientes y la impotencia en el pecho recordamos a Nicolás David
Neira Álvarez, un joven de 15 años con una temprana afinidad por el anarquismo,
golpeado por el Escuadron Móvil Anti Disturbios (ESMAD) al punto de provocarle
una contusión cerebral en el inclemente choque de su cabeza contra la acera,
-en la incursión de los cuerpos represivos al bloque anarquista en las
manifestaciones del primero de mayo de 2005 en la ciudad de Bogotá-, que
decretaría su muerte el día 6 del mismo mes.
Hoy, 10
años después, no nos victimizamos, no olvidamos, nos negamos a perdonar. Hoy,
seguimos enfrentando la misma represión, el discurso de la paz no nos basta
cuando los feminicidios son una constante, las comunidades de paz son
perseguidas, cuando personas trans son asesinadas, cuando quienes han sufrido el
desplazamiento dejan su último aliento en la frívola calle a solo pasos de la
inanición, cuando escuadrones de la muerte como antaño, amenazan y atacan sin
mesura cualquier muestra de pensamiento disidente, cuando en camiones militares
se sube a la fuerza a jóvenes de todo el país para conducirlos con rumbos
inciertos, y cuando nuestrxs compas presxs llenan y llenan esas bodegas humanas
a las que el sistema optó por denominar penitenciarías. 10 años después nos
llena de alegría decir que somos una comunidad internacional, sobre la que no
han sabido ejercer un peso significante las fronteras, las banderas, ni las
lenguas mismas. Hemos sido Chile, Bolivia, Argentina, Iberia, Estados Unidos,
Ecuador, Venezuela, Indonesia, Palestina, Kurdistán, Grecia, Turquía, Italia,
Australia, Bielorusia, Egipto, México. Cada vez que decidimos alzar la voz en
solidaridad, que en espacios abiertos o cerrados discutimos sobre problemáticas
que quizá marquen distancia en las geografías pero no en los corazones, cada
vez que actuamos con la ansiedad de destruir-construir acorde a nuestros
deseos, cuando con nombre propio o bajo el anonimato firmamos no por un hecho,
sino por una idea que alberga las pasiones de millones; por breves instantes
como breve es la existencia hemos sido el mundo entero, toda la galaxia.
Es por
esto que hoy desde aquí queremos invitarles a que este 6 de mayo, lleven a cabo
la acción que consideren mejor mostrando su solidaridad con Nico desde el sitio
donde estén. Sabemos que la rabia y la impotencia también lxs habita, así que
nos emocionará saber de diferentes actos, donde en diferentes idiomas y con
diversos acentos resuene al unísono “Nico Vive!”
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