Medellín
26 de abril de 2015
Carta a
la comunidad Universitaria
Universidad
Nacional de Colombia, sede Medellín.
El
jueves 23 de abril se llevó a cabo por parte de distintos colectivos y
organizaciones de estudiantes una jornada de expresión artística y política en
el campus del volador de nuestra alma mater, en dicha jornada de manera
distinta se expresaron ideas por medio de la pintura en los muros de nuestra
universidad, murales que recordaban la memoria histórica de nuestro país así
como de Latinoamérica. Pasado el día sábado fueron borrados algunos de dichos
murales (en este momento no sé cuántos por el día en que escribo) sin razón
alguna para quienes participamos de la jornada.
Esta
situación ha creado algunas posturas, la primera de ellas ha sido la
inconformidad ante las acciones de la administración al borrar los murales y
una segunda postura se ha presentado de acuerdo con las acciones de la
administración al borrar los murales. Y sí, la universidad es para que se den
todo tipo de opiniones, sea para expresarse por medio de murales o para
rechazar ese tipo de acciones. Lo que sí es importante frente a este hecho se
resume en la siguiente pregunta ¿es justo hacer uso de los muros o paredes para
expresar ideas o ha de ser el campus un espacio donde el pensamiento se quede
al interior de cada quién? Y yo creo firmemente que en un país donde los medios
tradicionales están a la mano de quienes han ostentado el poder durante décadas
es justo que quienes no tienen acceso a ellos busquen los medios necesarios
para comunicar sus ideas.
Se
escuchan posiciones que expresan que para expresarse están las redes sociales
que son libres para mostrar las ideas, que hay que buscar otros medios más
“modernos” ya que eso de rayar las paredes es del paleolítico y son maneras del
pasado. No voy a entrar a decir lo errados que pueden estar con este tipo de
ideas, más bien quiero invitar a hacer un debate franco y abierto ante la
comunidad universitaria sobre este tipo de acciones. Si somos universitarios
que creemos en la libre lucha de ideas y que así se construye la democracia
como un paso para alcanzar nuevas sociedades, es necesario que esos escenarios
para el debate sean realidad, de la manera en que las personas se sienten más
cultas si es necesario, bajos las reglas de lo aceptado socialmente con el fin
de que quienes defienden los paradigmas del orden actual se sientan cómodos.
Esta propuesta no es en ningún caso una manera de deslegitimar las posiciones
que promueven esa idea de “campus limpio y sin rayones”, es más, es la
oportunidad de que expresen sus ideas ya que siempre manifiestan que los
espacios de discusión de la universidad han sido cooptados por los “dirigentes
mamertos” del movimiento estudiantil y que en dichos espacios solo son válidas
sus ideas. Creo firmemente que si de parte de quienes se oponen a dichas formas
de expresión no están dispuestos a aceptar un diálogo y un debate abierto es porque
no son capaces de defender sus ideas, o simplemente están conscientes de que
carecen de argumentos para sostenerlas. No quiero atacar, es más, creo
igualmente que quien hace un mural o una pinta y no es capaz de abiertamente
defender este tipo de expresiones está igualmente en la misma situación (temor,
incapacidad, falta de argumentos).
Así entonces
dejo abierta esta
invitación a comportarnos
como miembros de
la academia, personas dispuestas
a argumentar nuestras
posiciones frente a
quienes piensan distinto
a nosotros, a darle sentido a los hechos ocurridos en estos días
anteriores, porque creo que si después de realizar murales y luego borrados por
la administración nace la oportunidad de abrir un debate frente a la libre
expresión o vandalismo como lo llaman algunos, valió la pena hacerlos y no
habría sido un día perdido al ser borrados.
Para
terminar si deseo cuestionar la doble moral de la administración de la
universidad, y esto tiene que ver con lo siguiente: desde hace algunos años se
han venido borrando todos los murales de la universidad, murales que eran hechos
históricos para la comunidad con más de 30 años de haber sido pintados. Esta
política de limpieza de los muros tendría coherencia bajo el pensamiento (sin
estar de acuerdo) de paredes blancas y campus limpios, si así lo hiciera la
administración, pero bajo esta lógica de borrar también han adelantado jornadas
de murales convocadas por parte de bienestar hasta patrocinadas por la
administración, eso sí, siempre hay que pasar por un filtro de un comité de la
administración que decide que se pinta y que no. Esto simplemente es una
muestra de que la universidad no borra murales, borra ideas expresadas en
murales que no hacen parte de sus intereses. Según esto creo que aún es más
necesario abrir la discusión con participación de miembros de la comunidad universitaria,
estudiantes, docentes, trabajadores y miembros de la administración.
Espero
sea bien recibida la propuesta y que sea de participación masiva, como
representante estudiantil haré viable este espacio y me comprometo públicamente
a hacer lo posible para que la universidad sea un espacio para la discusión y
la lucha de ideas.
Simón
Rivera Londoño
Representante
estudiantil ante el consejo de Facultad de Arquitectura. Activista
FUN-Comisiones MODEP
Copia
vía correo electrónico:
Ana
María Pérez, Secretaria de sede Medellín.
Sara Lopera,
Representante estudiantil ante el consejo de Sede. Carlos Alfredo Salazar,
Vicerrector de sede Medellín.
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