Mauricio
Torres-Tovar
Profesor
Asistente Universidad Nacional de Colombia
“Esta Universidad es
estatal, por Constitución y por ley. Eso quiere decir que el Estado colombiano
debe financiarla, no podemos estar sometidos al mejor postor vendiendo
servicios…”.
Mario Hernández
Álvarez
Profesor Asociado de
la Universidad Nacional de Colombia
El
próximo 18 de marzo se llevará a cabo la consulta con la comunidad académica de
la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) para escuchar su opinión sobre quién
debe ser el rector de la Universidad para el periodo 2015 – 2018. Consulta que
se da en un contexto de propuestas gubernamentales que vienen incorporando a la
educación pública superior en las lógicas del mercado, impulsando entre otras
iniciativas los subsidios para los sectores marginales (programa Ser pilo
paga), como se ha hecho en materia de salud, que ha mostrado que por esta vía
no se superan las inequidades estructurales.
Este
hecho, que puede verse solo de interés para la comunidad académica de este
claustro universitario, debe considerarse de interés nacional, en tanto la UNAL
es la principal universidad pública de Colombia y lo que le ocurra en gran
medida compromete las posibilidades de la educación pública superior del país;
la vez, que las posibilidades de su desarrollo y consolidación son claves en la
construcción de nación, especialmente ahora cuando se habla de posconflicto.
Lo
deseable es que en un proceso electoral las personas definamos a quién dar el
voto por el compromiso del candidato/a, por la pertinencia y calidad de la
propuesta que hace, por el conocimiento y experiencia que tenga para ejercer
cargos de dirección, razones que no siempre son las que pesan para definir el
voto.
En esta
vía se dan mis argumentos por los cuales doy mi respaldo a la candidatura del
profesor Mario Hernández. Conozco a Mario hace 25 años, primero en calidad de
estudiante de él, luego como compañero de las iniciativas de la Asociación
Latinoamericana de Medicina Social – ALAMES y del Movimiento Nacional por la
Salud y la Seguridad Social, posteriormente compartiendo su experiencia en los
cargos de dirección que tuvo en la Secretaria Distrital de Salud y actualmente
como colega docente en el Departamento de Salud Pública de la Facultad de
Medicina. Adicionalmente conozco de su labor comprometida como representante
profesoral al Consejo Superior Universitario de la UNAL.
Del
conocimiento de esta trayectoria de Mario, lo puedo decir con contundencia, sé
de su convicción férrea por reconocer la educación y la salud como derechos
humanos, lo que se ha traducido todo el tiempo en su absoluto compromiso en
espacios y multitud de tareas para colocar estos temas en el debate público, en
influir en las decisiones y en elaborar propuestas para concretar su
realización como derechos. El carisma de Mario es el de un hombre con alta
capacidad intelectual, académica, organizativa y de liderazgo, y un enorme
compromiso y generosidad para disponerse siempre en contribuir a la
construcción de proyectos colectivos por la defensa y realización de los derechos
a la salud y a la educación.
En
relación a la propuesta con que Mario presenta su candidatura, resalto el
elemento nodal de reconocer el carácter público, nacional y estatal de la UNAL,
el papel clave que cumple en la garantía del derecho a la educación superior y
en la construcción del proyecto de nación, aspectos que son necesarios
reconocer como elementos de su identidad y que se deben potenciar, ideas que se
expresan claramente en su programa de gobierno: “Hoy, la Universidad Nacional
se ve abocada a un profundo dilema: o continúa el camino de la adaptación
institucional a las exigencias de la mercantilización global de la educación,
la ciencia y la tecnología, para competir en un mercado abierto en el que no
hay diferenciación alguna; o se concentra en la exploración profunda de su
naturaleza, para reformular una identidad que le permita acopiar su acumulado y
reorientar su trayectoria, de manera democrática y de cara a la sociedad
colombiana”.
El
carácter público, nacional y estatal de la UNAL implica entonces, en términos
de la propuesta a la rectoría del Profesor Hernández, un reconocimiento de la
comunidad universitaria para reconstruir la UNAL; un nuevo trato del Estado
para la UNAL que entre otros debe llevar a un financiamiento público directo
para ampliar el acceso y permitir generar condiciones materiales para el
trabajo académico autónomo y de calidad; democracia para reconstruir lo público
desde la UNAL y como laboratorio de paz; un compromiso con los problemas
diversos de las regiones colombianas, que en el actual contexto aporte a una
sociedad en paz, que se concreta en el goce efectivo de todos los derechos, en
particular, el de la educación y la salud.
Se
destaca como elemento de la propuesta del profesor Mario, y que contrastada con
las propuestas de los otros candidatos y la hace más relevante, la realización
de un Congreso Nacional Universitario que permita colectivamente concertar el
rumbo de largo plazo de la UNAL y recomponer democráticamente su gobierno
universitario, recuperando de esta manera el carácter público, construyendo una
democracia desde el quehacer cotidiano académico, profundizando los principios
de la cultura universitaria del respeto mutuo, del reconocimiento de las
diferencias y de la superación de las inequidades.
Estas
son entonces las razones que me permiten decir que doy un voto de confianza y
optimismo para que Mario Hernández sea el próximo rector de la UNAL: su
capacidad académica, propositiva, organizativa y de liderazgo, su conocimiento
de la UNAL, su perspectiva progresista y democrática, su compromiso y su propuesta
de refundación de la Universidad a través de un proceso ampliamente colectivo
que proyecte a la UNAL en el contexto nacional e internacional, fortalezca su
producción científica, la formación de ciudadanas/os y que la mantenga como el
baluarte de la educación pública superior, escenario fundamental para aportar
en la construcción de la paz en Colombia, para reconstruir una nación que tiene
la capacidad de respetar la diversidad, enfrentar democráticamente las
diferencias y garantizar los derechos a su población en una perspectiva de
justicia social.
Colombia
requiere reconstruir una UNAL a la altura que lo demanda la reconfiguración de
la nación, desde la comunidad académica sí podemos construirla!
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