domingo, 8 de marzo de 2015

Porqué doy mi voto a Mario Hernández para la rectoría de la UNAL

Mauricio Torres-Tovar       
Profesor Asistente Universidad Nacional de Colombia        
                       
“Esta Universidad es estatal, por Constitución y por ley. Eso quiere decir que el Estado colombiano debe financiarla, no podemos estar sometidos al mejor postor vendiendo servicios…”.
Mario Hernández Álvarez
Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia
El próximo 18 de marzo se llevará a cabo la consulta con la comunidad académica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) para escuchar su opinión sobre quién debe ser el rector de la Universidad para el periodo 2015 – 2018. Consulta que se da en un contexto de propuestas gubernamentales que vienen incorporando a la educación pública superior en las lógicas del mercado, impulsando entre otras iniciativas los subsidios para los sectores marginales (programa Ser pilo paga), como se ha hecho en materia de salud, que ha mostrado que por esta vía no se superan las inequidades estructurales.
Este hecho, que puede verse solo de interés para la comunidad académica de este claustro universitario, debe considerarse de interés nacional, en tanto la UNAL es la principal universidad pública de Colombia y lo que le ocurra en gran medida compromete las posibilidades de la educación pública superior del país; la vez, que las posibilidades de su desarrollo y consolidación son claves en la construcción de nación, especialmente ahora cuando se habla de posconflicto.
Lo deseable es que en un proceso electoral las personas definamos a quién dar el voto por el compromiso del candidato/a, por la pertinencia y calidad de la propuesta que hace, por el conocimiento y experiencia que tenga para ejercer cargos de dirección, razones que no siempre son las que pesan para definir el voto.
En esta vía se dan mis argumentos por los cuales doy mi respaldo a la candidatura del profesor Mario Hernández. Conozco a Mario hace 25 años, primero en calidad de estudiante de él, luego como compañero de las iniciativas de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social – ALAMES y del Movimiento Nacional por la Salud y la Seguridad Social, posteriormente compartiendo su experiencia en los cargos de dirección que tuvo en la Secretaria Distrital de Salud y actualmente como colega docente en el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina. Adicionalmente conozco de su labor comprometida como representante profesoral al Consejo Superior Universitario de la UNAL.
Del conocimiento de esta trayectoria de Mario, lo puedo decir con contundencia, sé de su convicción férrea por reconocer la educación y la salud como derechos humanos, lo que se ha traducido todo el tiempo en su absoluto compromiso en espacios y multitud de tareas para colocar estos temas en el debate público, en influir en las decisiones y en elaborar propuestas para concretar su realización como derechos. El carisma de Mario es el de un hombre con alta capacidad intelectual, académica, organizativa y de liderazgo, y un enorme compromiso y generosidad para disponerse siempre en contribuir a la construcción de proyectos colectivos por la defensa y realización de los derechos a la salud y a la educación.
En relación a la propuesta con que Mario presenta su candidatura, resalto el elemento nodal de reconocer el carácter público, nacional y estatal de la UNAL, el papel clave que cumple en la garantía del derecho a la educación superior y en la construcción del proyecto de nación, aspectos que son necesarios reconocer como elementos de su identidad y que se deben potenciar, ideas que se expresan claramente en su programa de gobierno: “Hoy, la Universidad Nacional se ve abocada a un profundo dilema: o continúa el camino de la adaptación institucional a las exigencias de la mercantilización global de la educación, la ciencia y la tecnología, para competir en un mercado abierto en el que no hay diferenciación alguna; o se concentra en la exploración profunda de su naturaleza, para reformular una identidad que le permita acopiar su acumulado y reorientar su trayectoria, de manera democrática y de cara a la sociedad colombiana”.
El carácter público, nacional y estatal de la UNAL implica entonces, en términos de la propuesta a la rectoría del Profesor Hernández, un reconocimiento de la comunidad universitaria para reconstruir la UNAL; un nuevo trato del Estado para la UNAL que entre otros debe llevar a un financiamiento público directo para ampliar el acceso y permitir generar condiciones materiales para el trabajo académico autónomo y de calidad; democracia para reconstruir lo público desde la UNAL y como laboratorio de paz; un compromiso con los problemas diversos de las regiones colombianas, que en el actual contexto aporte a una sociedad en paz, que se concreta en el goce efectivo de todos los derechos, en particular, el de la educación y la salud.
Se destaca como elemento de la propuesta del profesor Mario, y que contrastada con las propuestas de los otros candidatos y la hace más relevante, la realización de un Congreso Nacional Universitario que permita colectivamente concertar el rumbo de largo plazo de la UNAL y recomponer democráticamente su gobierno universitario, recuperando de esta manera el carácter público, construyendo una democracia desde el quehacer cotidiano académico, profundizando los principios de la cultura universitaria del respeto mutuo, del reconocimiento de las diferencias y de la superación de las inequidades.
Estas son entonces las razones que me permiten decir que doy un voto de confianza y optimismo para que Mario Hernández sea el próximo rector de la UNAL: su capacidad académica, propositiva, organizativa y de liderazgo, su conocimiento de la UNAL, su perspectiva progresista y democrática, su compromiso y su propuesta de refundación de la Universidad a través de un proceso ampliamente colectivo que proyecte a la UNAL en el contexto nacional e internacional, fortalezca su producción científica, la formación de ciudadanas/os y que la mantenga como el baluarte de la educación pública superior, escenario fundamental para aportar en la construcción de la paz en Colombia, para reconstruir una nación que tiene la capacidad de respetar la diversidad, enfrentar democráticamente las diferencias y garantizar los derechos a su población en una perspectiva de justicia social.

Colombia requiere reconstruir una UNAL a la altura que lo demanda la reconfiguración de la nación, desde la comunidad académica sí podemos construirla!


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