martes, 30 de diciembre de 2014

Jóvenes y militarización: retos para la movilización por la paz

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El pasado 20 de diciembre entró en vigencia la modificación del artículo 13 de la Ley 418 de 1997. Esta reforma compromete a las Instituciones de Educación Superior a no exigir como requisito para obtener el título de pregrado la libreta militar. Opinan los jóvenes.
Por Alekos Muñoz*. Este acto de los Representantes a la Cámara con la juventud estudiantil colombiana es de celebrar.  No obstante, como jóvenes debemos reconocer que la mayoría de nosotros no estudiamos en Instituciones de Educación Superior. Es más, muchos no podemos acceder a la educación a causa de las múltiples problemáticas socio económicas que afrontamos en el país.
No olvidemos que el conflicto social sin resolver provocó el actual conflicto armado y por lo tanto solucionarlo es vital para garantizar que la guerra finalice. Es evidente que la clase dominante promueve la necesidad de la militarización, del control y de la guerra como únicas soluciones posibles a los problemas sociales. Argumenta que primero está la seguridad y el orden público, es decir el silencio de la sociedad. A la par, convierte a los jóvenes, sin preguntar, en parte activa de la guerra.
Si interpretamos la militarización como una estrategia de los poderosos del país para mantener sus intereses, esta reforma a la ley del servicio militar sería un primer paso de los muchos que debemos dar en dirección al desmonte el modelo militarista instalado en nuestro territorio. Sin duda, no sirve para solucionar el conflicto social y ni siquiera el conflicto armado.
Aún exigen la libreta militar para obtener empleo. El servicio militar es obligatorio todavía. Tenemos el reto, como juventud, de oponernos a esas tácticas de control que nos perturban la vida. No somos botín de guerra, no somos títeres para que nos obliguen a participar de una guerra que defiende los intereses de las élites nacionales e internacionales. Como dijo Fidel Castro Ruz en su famoso discurso ante la Organización de las Naciones Unidas: ‘‘basta ya de pensar que los problemas del mundo se pueden resolver con armas (…) las bombas podrán acabar con los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia… no pueden matar tampoco la justa rebeldía de los pueblos’’.
Tenemos un compromiso con la historia. Somos nosotros los que debemos determinar el rumbo de nuestro país así que no esperemos más, ahora es cuando. Es momento el de movilizarnos, salir a las calles, todos articulados, construyendo un gran movimiento de la juventud en la lucha contra el servicio militar obligatorio, por el desmonte del ESMAD, de las UPJ, por el derecho a la protesta, contra la militarización de nuestras vidas, de nuestras ciudades, de nuestro territorio. Las leyes deben ser la expresión de algo más grande, el grito real del pueblo demandando cambios concretos en nuestra vida.

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