
En la
ciudad de Bogotá, los días 21, 22 y 23 de Junio del año 2014, nos reunimos un
grupo de jóvenes militantes y simpatizantes de UNES-PST (Unidad Estudiantil –
Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia), oriundos de las varias
ciudades y sus respectivos claustros universitarios, y analizando la situación
actual de la educación y el movimiento estudiantil concluimos:
Al
histórico movimiento estudiantil del año 2011, que logró derrotar parcialmente,
mediante la movilización, organización y huelga estudiantil, junto al apoyo de
trabajadores y familias populares, el proyecto de reforma a la ley 30 de 1992,
diseñado por el gobierno neoliberal de Juan Manuel Santos y las instituciones
imperialistas (BM, OCDE, etc), con precedente del gobierno de Álvaro Uribe
Vélez, le han seguido una serie de luchas aisladas por reivindicaciones
locales, tentativas de movilizaciones nacionales, tanto de estudiantes
universitarios como de secundarios a lo largo y ancho del país, con poca
repercusión.
En
medio de derrotas y conquistas parciales, durante estos tres años de lucha, el
derecho universal a la educación sigue estando al borde del abismo por el
déficit presupuestal, la violación a la autonomía universitaria y la
disminución de las libertades democráticas. Las dos caras de esta situación han
sido, por ejemplo, la prolongación del déficit histórico de 11.3 billones de
pesos y las luchas victoriosas de los estudiantes de la Universidad Distrital
de Bogotá y de los estudiantes de la Salud en todo el país. A todo esto, el
recientemente reelegido gobierno de “la paz” promete billón y medio para las
universidades, como paños de agua fría a un enfermo terminal, dentro de la
lógica de asistencialismo público, de la Tercera Vía, propugnada por Santos, es
decir, de desentendimiento del Estado burgués por los derechos sociales, tales
como la educación pública, hacía las amplias masas populares colombianas, a
cambio de inversión pública deficitaria en recursos junto a promoción y
permisibilidad de inversión y oferta privada, en el negocio de la educación.
El
espacio de articulación política y organizativa, MANE –Mesa Amplia Nacional
Estudiantil–, embrión progresivo e importante de la organización estudiantil,
que emergió con fuerza e ilusiones para importantes sectores de estudiantes y
de la población en el 2011, al enfrentarse a esta situación, es ahora un
episodio importante de un pasado que pocos recuerdan, una organización
desestructurada y alejada de los estudiantes o, en el mejor de los casos, un
fantasma que aun menos reconocen: a su inexistencia organizativa y operativa en
las regiones y las universidades, en los más recientes conflictos, se suma su
desconocimiento y espíritu de lucha por las generaciones nuevas de
estudiantes[1] y el estancamiento de la conciencia política de los mismos, el
desprestigio de sus voceros que utilizaron el movimiento para posicionar
intereses electorales y burocráticos por encima de los intereses gremiales
estudiantiles, el ostensible fracaso del desarrollo de las tareas de su Octavo
y más reciente plenario nacional en octubre de 2013, que proliferó en la
autocrítica a las prácticas burocráticas de la MANE, sumadas al error político
general de desmovilización, al priorizar y darse en la tarea de redactar la
“Ley Alternativa”, en la “fase de construcción de la propuesta de educación” en
el callejón sin salida de su aprobación y el desarrollo del movimiento,
política incorrecta, que se expresó de modo crucial en el fallido intento de
Paro Nacional Universitario decretado desde arriba y sin ninguna concreción
real.
Es un
hecho que el espacio político que reunió al grueso de las masas estudiantiles
en el 2011, es lamentablemente un espacio que hoy se orienta como objeto de
“negociación” política entre aparatos partidistas en el 2014 y, a todas creces,
está alejado del espíritu democrático, gremial, luchador, que contagió a los
estudiantes en sus comienzos; aunque no se pueda predecir el desenlace de la
MANE si se recupera y si se reorienta o no, cumpliendo el rol progresivo que
tenía inicialmente y en las próximos episodios de la lucha de clases, lo cierto
es la crisis objetiva de la MANE en el conjunto del estudiantado colombiano y
la proliferación de conflictos aislados de las universidades de Colombia.
Los
honestos dirigentes de la MANE, a su vez, dirigentes juveniles de sus propios
aparatos políticos, al parecer confundieron el verbo “derrotar” con el verbo
“redactar”. Dieron la espalda al espaldarazo que les dio la movilización y
aspectos de simpatía, decisorios y consultivos de los miles de estudiantes,
trabajadores y sectores populares, con las que derrocaron el Proyecto de
Reforma a la ley 30 de 1992 y redactaron, una nueva reforma de ley de
septiembre de 2012[3] que el conjunto de los estudiantes no se apropió y por lo
demás, desconoce actualmente. El Gobierno Nacional se reacomodó audazmente para
dar una nueva ofensiva legislativa, y viene implementándola conscientemente e
inicialmente en Foros con las directivas empresariales, gerenciales e
intelectuales mercenarias, para su reforma a la educación, combinada con la
política de indiferencia y de desgaste frente a la MANE y el grueso de los
estudiantes, para culminar con un relanzamiento, convencimiento ideológico de
la magnagminidad de la Nueva Reforma a la Educación, chantaje desmovilizador y
de contención, y posterior aprobación por los partidos de la burguesía en el
Congreso de la República.
Frente
a esta exacerbación de la crisis de la educación, anclada a la crisis del
capitalismo mundial, de la falta de dirección del movimiento estudiantil,
desorientación general del estudiantado en sus luchas por la educación en este
2014 y avance gradual e inteligente del gobierno relecto de Santos, los jóvenes
y estudiantes socialistas de la UNES – Unidad Estudiantil, proponemos al
conjunto de los estudiantes colombianos:
1) La necesidad de dar salida a los Conflictos
Locales y la reorganización regional de los estudiantes mediante pliegos de
exigencias locales y geograficamente situados, fortaleciendo las instancias de
participación de cada universidad y/o institución.
2) La necesidad de articular los conflictos
locales con los conflictos nacionales mediante un Pliego Nacional de Exigencias
de los estudiantes, la clase obrera colombiana y los sectores populares. Que
este se enmarque dentro de las verdaderas necesidades de la educación
colombiana, en sincronía con el descontento y las necesidades del pueblo
colombiano.
3) El desarrollo de un Encuentro Nacional
Estudiantil de Emergencia. Que éste sea preparado desde cada localidad, donde
se expresen las distintas necesidades y propuestas del estudiantado. un
Encuentro que permita poner de manifiesto la posibilidad de legitimar la lucha
y la organización social, para enfrentar al nuevo gobierno y sus planes
privatizadores en materia educativa, con una hoja de ruta de acción colectiva.
4) A ir preparando con diligencia en las
Instituciones de Educación Superior (públicas, privadas, tecnológicas), desde
la organización, el trabajo de base y la lucha estudiantil, bajo la más amplia
solidaridad y unidad estudiantil, el debate político asambleario y la discusión
académica, la movilización democrática y la construcción del Pliego de lucha,
en síntesis, de una resistencia triestamentaria y popular a la Nueva Reforma a
la Educación neoliberal que regirá por 20 años y que viene planeando el
reelecto presidente desde el 2012, Juan Manuel Santos, para implementarlo en el
Congreso en el siguiente cuatrienio (2014-2018) junto al Ministerio de
Educación Nacional y el CESU, luego de la primera derrota parcial que el
Movimiento Estudiantil le propinó a este en el 2011 al retirar el Proyecto de
Reforma a la Ley 30.
UNES – UNIDAD
ESTUDIANTIL, 30 Junio de 2014.
______________________________________________
[1] Si
bien es cierto, en las Jornadas de Inducción del I semestre de 2014, en las
Universidades como la Nacional, Sede Bogotá, se realizaron proyecciones
audiovisuales sobre la luchas de los estudiantes colombianos a los estudiantes
nuevos, al igual que charlas ocasionales sobre lo que fue la MANE en otras
Universidades del país, pareciera existir una “ruptura generacional”, de 4
tipos de estudiantes: los continuistas (estudiantes que vivieron y participaron
en la Marcha contra la Ref. ley 30, y tienen una tradición combativa de lucha
organizada), los no continuistas (estudiantes que vivieron el proceso de lucha
de 2011, pero que ahora son egresados o simplemente están al margen de las
luchas estudiantiles, debido a los errores de la MANE), los apáticos nuevos
(estudiantes nuevos, que no tuvieron dicha experiencia política de movilización
y son indiferentes a la coyuntura actual del mov. espontaneo estudiantil),
finalmente, los más importantes, los potenciales nuevos (un grueso de
estudiantes nuevos que entran al mundo universitario después del 2011 y que
pueden ser ganados para las luchas por la educación pública o en su defecto
negativo, al ambiente de apatía general, en las próximas luchas).
[2]
Véase comunicado UNES: “VIII Plenario de la MANE. Un plenario sin plenario”
(2/11/2013), en el sitio web:
http://unidadestudiantilunes.wordpress.com/2013/11/02/viii-plenario-de-la-mane-un-plenario-sin-plenario/.
er
[3]
Adelantada por la Comisión Académica de la MANE, esta “ley alternativa”, es
conocida como: “EXPOSICIÓN DE MOTIVOS DE UNA NUEVA LEY DE EDUCACIÓN SUPERIOR
PARA UN PAÍS CON SOBERANÍA, DEMOCRACIA Y PAZ”.
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