Héctor
José Valencia Beltrán, directivo sindical de la Asociación de Trabajadores de
la Educación del Caquetá (AICA) da un vistazo a las condiciones de los docentes
de secundaria en ese departamento
–¿Cómo
es la situación de la educación en el departamento del Caquetá?
–Prácticamente
el 50% de la educación rural está privatizada porque la han entregado en
administración a la Diócesis, quienes asumen como oferentes privados. Esto
genera una precarización en las condiciones laborales de los maestros; no se
contratan los maestros con el debido título, es decir, mínimo normalistas
superiores, licenciados. Entonces a las dificultades con que cuentan los niños
en el campo se agrega que los docentes sean los menos capacitados.
–¿Han
hablado con alguien del Estado para que responda por eso?
–Hace
poco hablamos con el secretario de Educación acerca de que a los estudiantes no
se les están entregando los recursos de gratuidad y él manifestó que la
Diócesis o el vicariato de San Vicente del Caguán tenía que entregarlos.
Pero
los maestros argumentan que, en el caso de la institución educativa rural La
Inmaculada en Guacamayas -zona rural de San Vicente-, no llegan. Entonces, los
profesores tienen que asumir los costos: debe comprar el marcador, todo el
material didáctico, pagar los boletines. Esa es la realidad de las zonas
rurales. Además, hay un buen número de profesores que han sido amenazados y han
tenido que desplazarse.
–Eso en
lo rural y ¿qué pasa con la educación en las cabeceras municipales?
–No es
muy distinta. Se carece de laboratorios dotados para física, química y
biología. Los que hay son obsoletos. Allí no hay cómo hacer una relación entre
teoría y práctica; la praxis pedagógica que planteamos.
También
hay hacinamiento lo que es muy grave por las condiciones climáticas; se dan
clases con más de 36 grados centígrados. La incomodidad que causa el calor en
46 o 48 estudiantes en un salón no permite resultados positivos. Los estándares
internacionales dicen que para que se optimicen resultados en la educación la
relación es un docente por 15 estudiantes máximo.
–¿Qué
otras problemáticas presentan los docentes caqueteños?
–Llevamos
siete dotaciones que no han sido entregadas a los maestros. Estas se dan a
quienes devengan menos de dos salarios mínimos, que por lo general laboran en
las zonas rurales. Desde la última de 2011 -que la desviaron-, desapareció, se
cometió un delito pero no aparecen los responsables. Luego, esta administración
amparada en que le dejaron una situación engorrosa desde la pasada, no agiliza
el proceso.
–¿Qué
propone el sindicato para solucionar eso?
–Solicita
que se cancele, que se haga un reconocimiento en efectivo porque ya para qué
esas dotaciones cuando el maestro ha tenido que asumir los gastos de su
vestido, calzado, etc. Son tres dotaciones por año.
–Qué
pasa con la educación superior en la región?
–En el
campo de la educación superior está la UNAD pero con matrículas muy altas.
Nuestro patrimonio es la Universidad de la Amazonia que se ha convertido en
patrimonio de la región. En los últimos periodos se han incrementado las
matrículas. Por ejemplo, un joven se presenta y para cobrarle le tienen en
cuenta los ingresos de cada uno de sus padres, y eso es mucho. Hemos hecho
estudios comparativos con otras universidades y vemos que esta tiene las
matrículas más caras de las universidades públicas de Colombia. Eso deja a la
población pobre del Caquetá sin acceso a la educación.
Semanario Voz
0 comentarios:
Publicar un comentario