martes, 8 de octubre de 2013

UPN en pie de lucha. Apuntes sobre la asamblea permanente llevada a cabo por el estudiantado.


Fueron horas  de discusiones, propuestas, consensos y disensos. Fueron días de risa, cansancio, angustia y estrés. Fue una semana donde olvidamos las diferencias ideológicas y nos pensamos la UPN no como una empresa privada sino como una trinchera de lucha. La unidad rebelde estudiantil creó un pliego de exigencias [1] y salió a la calle con cantos, banderas y carteles.
Al iniciar la semana veíamos poco probable una asamblea permanente. Parecía que al estudiantado no le importaba lo que estaba sucediendo pues estaba preocupado más de los parciales, trabajos y horarios de clase que de la crisis de la universidad reflejada en: los salones, los pasillos, los baños,  la planta docente, el Bienestar Universitario, la biblioteca, las salidas de campo, la seguridad privada, el “SIGAN”, los proyectos de investigación, la violación a Derechos Humanos, la destrucción de las oficinas estudiantiles, la persecución a las compañeras “chazeras”, los cursos para profesionales no licenciados, las deudas con entidades financieras y el cierre de la sede Valmaria por condiciones de salubridad.
Sin embargo, las estudiantes organizadas e independientes que reflexionan sobre la grave situación de la UPN y actúan frente a las medidas represivas del señor Orozco y sus secuaces, se atrevieron a bloquear los edificios de la sede de la calle 72 y a confrontar discursivamente a las profesoras reaccionarias[2] que habitan el campus. No se hicieron clases durante cuatro días  en muchas facultades pero se trabajó arduamente para presentar unas banderas de lucha puntuales que evidencian el anhelo que poseen profesoras y estudiantes de seguir combatiendo por una Universidad digna, pública y gratuita.

Esa pelea por otro modelo de universidad se reflejó en la realización de dos asambleas por facultad, tres asambleas generales y una asamblea por mesas temáticas donde se  evidenció,  una vez más, que el estudiantado de las diferentes sedes de la Pedagógica es un estudiantado desobediente e inconformista que no deja que se vulnere su libre derecho a una educación de “calidad” ni su deseo de seguir viendo una universidad crítica, rebelde y al servicio de las oprimidas.
Por otra parte, hubo dos momentos que fueron cruciales, emotivos e inolvidables en este proceso asambleario de lucha permanente contra la administración: la asamblea general en el edificio P y la marcha hacia el edificio administrativo.

En el primer momento, el bunker y escondite de la administración se convirtió en el lugar donde un grupo de estudiantes y profesoras, que se piensan críticamente la universidad, realizaron una asamblea biestamentaria. Pasamos de tener un sitio vacío durante más de 30 años a tener un sitio lleno de gente opinando, discutiendo y proponiendo por tres horas.  Fue poco tiempo, pero logramos apropiarnos de ese espacio para conspirar contra la administración. Algo poco probable e imposible de hacer años atrás pero realizable durante estos días de reflexión y movilización.
En el segundo momento, se percibió un ambiente de alegría y rebeldía reflejado en el mitin que hicimos por casi tres horas en el actual refugio de Orozco donde las arengas de las estudiantes y el pito de los carros se hicieron escuchar.
A pesar del solazo,  de las discusiones con algunas personas del sector  y del hostigamiento de los cuerpos represivos del Estado, la actividad fue un total éxito pues presentamos el pliego de exigencias y logramos, posteriormente, tomarnos la Avenida Caracas y el carril de transmilenio.

Finalmente, estas acciones y actividades llevadas a cabo por el estudiantado junto con las profesoras, demuestran que la protesta estudiantil tiene plena vigencia pues de no haber sido por la asamblea permanente, por la marcha y el mitin en el DAR posiblemente el señor Orozco, fiel borrego del Estado colombiano y amante de las políticas privatizadoras y mercantiles, hubiera hecho caso omiso al pliego de exigencias y hubiera seguido pensando que las estudiantes que salimos a las calles y que alzamos nuestra voz somos una inmensa minoría.
De la misma manera, este proceso de resistencia estudiantil ha demostrado tanto a estudiantes independientes como a organizadas que la unidad es posible y que es en la lucha, el debate y la acción como construimos una universidad libre y combativa.
Grupo Estudiantil Anarquista GeA  
[1] Entre los puntos más importantes del pliego de exigencias se encuentran: la reforma al Bienestar Universitario, el respeto a los Derechos Humanos, la realización de un Consejo Superior Ampliado con participación de estudiantes, profesoras y trabajadoras, el aumento de proyectos de investigación, el mejoramiento de la infraestructura física y virtual, y la ampliación de profesoras de planta.

[2] El edificio B se ha convertido en un lugar donde las profesoras de la Facultad de Ciencias y Tecnología impiden al estudiantado bloquear las puertas principales a la vez que se atreven a colocar falla o realizar parciales durante el desarrollo de las asambleas.  

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