Han
llenado la universidad de cámaras como esa, por eso las cadenas en la puerta,
para que entremos de uno en uno y que todos quedemos registrados. Se ha
preguntado cuantas hay en los salones, en los baños, en las cafeterías?, qué
hacen los señores de vigilancia con los videos de las compañeras y compañeros
en los baños, rincones y esquinas de la U?, La perspectiva es aterradora.
Este es
el modelo de universidad que proponen Mantilla y Hernández, su compromiso por
entregar la universidad a la empresa privada, libre de cualquier
cuestionamiento o postura crítica los lleva a asumir el manejo de la
universidad como una zona de orden público o más al estilo de una cárcel. Y
meten el cuento que es por la inseguridad y los jibaros. ¡Hay que ser muy descarado!
Porque siguen robándose los bienes de la universidad, las bicicletas, la
maletas y los paraco-jibaros siguen trabajando tranquilos incluidos los viernes
por la tarde.
Lo que
quieren los gerentillos que actualmente dirigen la universidad es generar un
ambiente de inseguridad que justifique medidas autoritarias, represivas que se
acercan a una línea aberrada y enferma, vigilando, persiguiendo, de ellos es
que hay que cuidarnos.Porque la securitización de la universidad sirve a la
militarización y al control paramilitar del campus y esa es la garantía de los
negocios que las directivas ya tienen proyectados, mientras están de espaldas a
un país que clama por una universidad que se ocupe de sus problemas.
¿Por
qué no se gastan esa plata en libros, en laboratorios, en nivelación salarial
para los trabajadores, en profesores de planta o en reparar los edificios que
están dejando caer de manera deliberada?¿quién define la política de
“seguridad” de la universidad y para qué? Ahí si como preguntan ante cualquier
manifestación de inconformidad ¿Quién está detrás de eso?
Eso no
es convivencia, eso no es democracia, eso es la universidad como un campo de
concentración para que la empresa privada invierta sin problemas en la U, eso
es un ejemplo del talante autoritario y policivo de Mantilla y Hernández y de
los gobiernistas en el CSU.
Invitamos
a todos a organizarse por parches, combos, grupos de amigos para buscar y
denunciar las cámaras ocultas,quitarlas, taparlas destruirlas y generar un
ambiente de ejercicio de nuestro derecho y manejo del campus que es nuestro.
Como comunidad no necesitamos directores de prisión, gerentillos de manual de
superación personal, lacayitos de los grandes empresarios que quieren manejar
la universidad a su antojo,policías de la cultura que quieren una universidad
acrítica y escéptica.
Vamos
por las “camaritas”, vamos contra el autoritarismo, vamos por una universidad
para la paz impulsando la constituyente universitaria. ¡Hagámoslo real!
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