Por: Universidad Pública Resiste
Las distintas manifestaciones de
extrema violencia, explotación y dominación que aquejan a los pueblos
colombianos, más que amedrentarlos en su lucha por una vida digna y en paz, los
han llevado a aunar esfuerzos en construir procesos donde a partir del diálogo
se construye unidad y reconoce a la diversidad como una parte importante en la
construcción de un nuevo país. Es así como en el violento contexto colombiano, nace
el Congreso para la Paz de los Pueblos como una propuesta de construcción
popular. Buscando impulsar propuestas que mejoren las condiciones de vida y que
contribuyan a la solución de las causas estructurales del conflicto, como la
inequidad en la distribución de la riqueza, la concentración de la tierra y los
medios de producción, la imposibilidad de ejercer una oposición política
efectiva, entre muchos otros factores que hacen que nuestro país se siga
llenando de sangre y muerte.
Las élites dominantes que
históricamente no padecen la guerra, la incentivan con las terribles
consecuencias que ella genera en el pueblo empobrecido, facilitando las lógicas
de reproducción del capital bajo modelos estatales y paraestatales. Esta prelación
del interés de unas élites a la necesidad de todo un pueblo, deja en el olvido
la memoria histórica de las comunidades, en especial de las víctimas de diferentes
orígenes. Es por esto que se debe construir la paz haciendo memoria desde las
comunidades, con miras a la búsqueda de la verdad, que sirva como punto de
partida para la justicia que como pueblo vamos construyendo, y como pilar
fundamental de una paz construida desde abajo.
Sin embargo, todo esto en conjunto, es
solo una pequeña parte del camino que se debe edificar, ya que es necesario
generar escenarios participativos de transformación donde se incluyan las
problemáticas sociales y estructurales del país, para impulsar condiciones de
vida digna y reconstruir el tejido social. Esto se subraya ya que las soluciones que se piensan al conflicto suelen
excluir a las víctimas, dejando el asunto en manos de las partes enfrentadas
(los actores armados). Esta tendencia puede evidenciarse en tres puntos,
primero que se reduce la solución a la guerra en la dejación de las
armas por parte de los diversos actores que se encuentran en la conflagración
bélica. Segundo, como se enuncia al inicio, las victimas no tienen poder
decisorio o propositivo en las discusiones entre el gobierno y la
insurgencia. Tercero el incremento día a
día de la crisis de humanitaria, debido a las lógicas represivas, excluyentes y
discriminadoras que se han establecido en los territorios y, que se reflejan en
la sistemática violación a los Derechos
Humanos y la militarización.
El congreso de los pueblos al ser una
iniciativa de construcción de legislación popular, permite que los pueblos se auto determinen posibilitando
enfocarse en la materialización de los diferentes mandatos. Por lo cual se
planteó una agenda social para la paz, que tiene como objetivo mejorar las
condiciones tanto individuales como colectivas de las comunidades contando con
tierra, agua, trabajo, educación, salud,
justicia y verdad, en sí mismo
con vida digna.
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