Los
agentes dicen que los jóvenes chocaron con ellos y embistieron a otro elemento;
niegan haber disparado
Desde el viernes
pasado seis policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal se
encuentran detenidos en la prisión de Barrientos y se espera que en unas horas
sean vinculados a proceso penal porque ese día balearon a dos estudiantes de la
Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), uno de los cuales murió.
La noche del
martes, después de una sesión de control de detención que duró casi nueve
horas, la juez dictó orden de detención contra los seis agentes federales y
amplió el plazo para decidir este viernes si serán procesados por homicidio
agraviado y homicidio en grado de tentativa.
Tres agentes
adscritos a la Fiscalía de Delitos de los Servidores Públicos de la
Procuraduría General de Justicia del Estado de México leyeron el testimonio del
joven sobreviviente. En el área de retenidos, los seis policías, entre ellos
una mujer, escucharon la narración de lo ocurrido el 5 de abril.
Según esta
versión, cerca de las 20 horas de ese viernes los dos estudiantes circulaban en
un automóvil Dodge Neón por carriles centrales de Periférico norte, cerca de
Valle Dorado, cuando dos autos con logotipos de Teléfonos de México (Telmex)
les cerraron el paso y de uno bajó un hombre empuñando un arma, quien les
ordenó descender.
Por temor a un
secuestro, los jóvenes aceleraron y en su huida embistieron a un agente
federal. En respuesta recibieron una ráfaga de balazos. El auto tiene 23
impactos de armas de fuego calibre nueve milímetros.
En el asiento del
copiloto fue rescatado vivo Alejandro Reyes Díaz, de 23 años de edad, pero
falleció en urgencias del hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales
de los trabajadores del Estado de Tultitlán. Cursaba el octavo semestre de la
licenciatura en derecho, al igual que el sobreviviente.
En atención al
protocolo del mando único, al menos 100 elementos de la Secretaría de Seguridad
Ciudadana estatal y de la dirección de seguridad pública municipal de
Tlalnepantla detuvieron a los seis agresores, incluida una mujer, quienes son
policías federales.
Les fueron
confiscadas cinco armas de uso oficial con logotipos de la Secretaría de la
Defensa Nacional, calibre nueve milímetros, y 200 cartuchos útiles, así como
dos autos Chevy con logotipos de Telmex. Un mando de los federales huyó a bordo
de un Malibú.
Los federales
declararon que se dirigían a una operación encubierta en el municipio de
Tultepec, por lo que circulaban en autos con logotipos de Telmex. El vehículo
Neón (el de los estudiantes) golpeó por la parte trasera uno de los vehículos
de los agentes, y cuando uno de éstos bajó para averiguar lo sucedido fue
embestido por el auto de los universitarios.
Cuando llegaron
los policías estatales y municipales, explicaron, se identificaron como
federales, pero sus colegas
estaban muy agresivosy los desarmaron. Negaron haber disparado a los jóvenes, pidieron revisar los resultados de la necropsia y confirmar que las armas usadas en el crimen no eran suyas.
La agente federal
detenida, identificada como Aline, dijo que hace un año no ha disparado un
arma, como confirmaron estudios de balística. Dijo que ella permaneció dentro
de un auto, pero un policía forzó la chapa y la obligó a descender. Aseguró que
grabó lo ocurrido.
El sobreviviente
también fue detenido, pero obtuvo su libertad bajo caución y demandó a los
policías municipales y estatales debido a que fue sometido y golpeado, además
de que le robaron documentos personales y un teléfono.
El alcalde de
Tlalnepantla, Pablo Basáñez, declaró que los agentes federales rompieron el
protocolo del mando único y que nunca le informaron de su presencia en el
municipio.
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