Los
rectores, jefes de programa y docentes de las universidades públicas del país
han declarado su indignación y rechazo a las modificaciones salariales que se
vendrían con la aprobación de la reforma tributaria que se discute en el
Senado.
Los
maestros de la Universidad de Antioquia, la Industrial de Santander (UIS) y la
de Caldas se mantienen en asamblea permanente. “Debemos expresar con toda
fuerza, contundencia y respeto la defensa del salario de los servidores
públicos de las universidades”, dijo en días pasados Alberto Uribe Correa,
rector de la Universidad de Antioquia.
Y es
que los voceros de los docentes, como Elena Stashenko (de la UIS), aseguran que
de aprobarse el artículo que les elimina la exención del pago de los impuestos
del 50% de su salario (a la que tienen derecho hace 20 años, como vía para
compensar sus bajos sueldos), va a ser imposible retener profesores altamente
capacitados en las universidades.
Según
la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia, con la reforma los
salarios se reducirían entre un 15 y un 20 por ciento. “Es lógico que muchos
preferirán irse a trabajar al sector privado, al exterior o renunciar a su
vocación docente. No es sólo un atentado hacia nosotros, sino hacia la calidad
de la educación superior”, expresó Elena Stashenko.
El
presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), Luis Enrique Arango,
consideró inconcebible el hecho de que las universidades públicas lleven más de
dos años pidiéndole al Gobierno más recursos para mantenerse en pie (pues según
los rectores les faltan $240 mil millones adicionales) y ahora se vayan a ver
disminuidos los ingresos de los docentes. “No nos perjudiquen más”, dijo
Arango.
En
comunicación con El Espectador, fuentes cercanas al senador Juan Mario Laserna,
uno de los principales ponentes de la reforma, aseguraron que el planteamiento
del texto frente a la disminución de los salarios a los maestros es “un total
despropósito, teniendo en cuenta que estaríamos igualando a los profesores con
el resto de la población y sabiendo que ellos reciben sueldos bajos. Si ese
punto se acepta estaríamos afectando su capacidad de consumo. Es desacertado
golpear a esta clase social que es en su mayoría media baja o baja” dijo una
fuente que prefirió no ser identificada.
A
manera de ejemplo la misma Asociación de Profesores de la U. de Antioquia
expuso a través de un comunicado, que en caso de que un profesor que se gane
$2.900.000 (tarifa promedio de un salario de enganche a la universidad) tendrá
que pagarle al Estado alrededor de $762.000. “El docente preferirá el sector
privado con salarios más altos, aun cuando pague más impuestos, ya que su
salario también será mayor”.
Por su
parte, el fiscal de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), Pedro
Arango, agregó a la discusión otras implicaciones personales que traería esta
disminución de salarios: “el texto que contiene el proyecto de reforma no tiene
en cuenta que los profesores universitarios incluyen dentro de su canasta
familiar todos los gastos de su formación académica constante. Los posgrados,
la inversión cultura y otros espacios de enriquecimiento intelectual tienen un
rol importantísimo en la vida de los maestros. Esta disminución va en total
contravía con las exigencias de su canasta familiar”.
Por lo
pronto la Universidad Industrial de Santander citará el próximo lunes a los
representantes a la Cámara y Senadores de la región para debatir cómo
impulsarán (en conjunto con el Sistema Universitario Estatal y los líderes de
las otras instituciones) la eliminación de los artículos del proyecto que los
afectan para que se les puedan mantener sus condiciones actuales de
tributación.
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