De
suma gravedad resulta la política de vinculación y contratación de docentes
ocasionales y catedráticos, aprobada por parte de las mayorías del Consejo
Superior de la Universidad de Caldas el día de ayer. Sin propuestas reales para solucionar las
necesidades actuales de la planta docente, desconociendo los derechos que han
adquirido los docentes ocasionales a través de su labor en los últimos años y subestimando
sus aportes a la institución, se impuso
una visión errática que mermará aun más la cuestionada calidad académica y
conducirá inevitablemente a la catedratización de la universidad.
Yendo
en contravía de lo que ha significado la figura de los docentes ocasionales en
la institución, una vez sea reglamentado este acuerdo, estos solo podrán ser
contratados bajo dicha modalidad solo por dos razones: para satisfacer las
necesidades derivadas de las situaciones académicas y administrativas de los docentes
de planta y/o para suplir definitivamente las vacantes de la planta global.
Esto significa una prohibición manifiesta en la contratación de docentes
ocasionales para cubrir las necesidades de las unidades académicas, como
docencia, investigación y proyección. Se dan varios pasos atrás en términos de
desarrollo académico e investigativo y contrario a solucionarse los problemas
de fondo que posee la planta docente actual, se profundizarán en alto grado.
Con
esta restricción a la vinculación de docentes ocasionales, se allana el camino
para que la administración modifique el número de docentes ocasionales del 35%
actual a un porcentaje entre el 14% y 25%, incrementando por esta vía la
contratación de docentes catedráticos del 11% actual a un porcentaje entre el
20% y el 28%, tal y como fue propuesto por los funcionarios de la oficina de
planeación y sistemas, basados en un estudio de planta realizado este año.
En
plata blanca, la nueva política establece que de los 248 docentes ocasionales
que actualmente están vinculados a la institución, se requerirán solo 141, es
decir, 107 docentes tendrán que definir si continúan en la universidad como
catedráticos o si no desean seguir bajo las nuevas condiciones y se retiran. A
decidir entre la precarización laboral y el desempleo, se verán obligados más
de 100 profesores de nuestra alma mater.
Como
representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario desde hace más
de un año, considero que esta es una de las decisiones más retardatarias que se
han tomado en esta corporación en los últimos años, determinación solo comparable con medidas
como el alza de matriculas impuesta en 2011 o con el continuo e incesante
proceso de autofinanciación emprendido con mayor vigor desde la elección de
Ricardo Gómez como rector de esta institución.
Hago
un llamado a los estudiantes y a toda la comunidad de la Universidad de Caldas
para que acompañen activamente este proceso y para que juntos prepararemos
escenarios que nos permitan hacerle frente a la nefasta política de vinculación
de docentes ocasionales y catedráticos que se pretende implementar.
Darío
Arenas Villegas.
Representante
Estudiantil Consejo Superior.
Universidad
de Caldas.
Manizales,
27 de noviembre de 2012
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