Quienes
sentimos a la Universidad como nuestro hogar, como el lugar en donde
construimos un país del tamaño de nuestros sueños, hemos denunciado en
repetidas ocasiones la política de estigmatización y persecución que se ha dado
al interior del campus universitario por parte de la empresa de seguridad
privada VISE, con la aquiescencia de las administrativas y directivas
universitarias. Dicha política se ha evidenciado en los altos costos invertidos
en la securitización de las instalaciones de la universidad, como en la
implementación de cámaras a las que tiene acceso exclusivamente la VISE, y que
cuentan cada vez con una mayor tecnología como las instaladas recientemente con
IP, de igual manera se han llevado a cabo seguimientos y hostigamientos a
líderes de la comunidad universitaria, y agresiones constantes que han puesto
en riesgo la integridad física y sicológica de estudiantes, trabajadores y
profesores.
Las
administrativas y directivas han justificado de manera descarada las políticas
de seguridad argumentando las problemáticas de jibarización que en este momento
sufre la Universidad,creando escenarios de violación a la autonomía
universitaria al solicitar el ingreso de la fuerza pública con la intensión de
llevar a cabo allanamientos, dejando como resultados daños a la planta física
de la Universidad, y poniendo en riesgo la vida de las personas que se
encuentran al interior de ella, lo cual evidencia el superficial análisis que
dichos entes tienen sobre las posibles soluciones que puede tener un problema
de tráfico de estupefacientes, desconociendo los profundos resultados
académicos que dentro de la misma universidad se realizan en torno a la
problemática.
Así
como se dio el pasado jueves 1ro de Noviembre, donde se dio el ingreso, por
solicitud de la vicerrectoría de Sede, a menos de un mes del ultimo ingreso, de
220 efectivos entre los cuales había ESMAD, Fuerza Disponible y GOES (Grupo de
Operaciones Especiales), quienes hicieron el allanamiento al campus, dotados de
diversas armas, perros anti explosivos y anti narcóticos, ingresaron a los
edificios y tras el daño de unos casilleros, se encontraron, tan sólo tres
botellas de cervezas, probando completamente inútil el uso de la fuerza para la
solución de las problemáticas de la universidad, y eliminando la posibilidad
para las directivas de escudarse en esta situación para permitir en el futuro
la violación a la autonomía universitaria y al principio de
extraterritorialidad del campus.
Exigimos
a las directivas generar escenarios de discusión amplia y democrática respecto
a estas problemáticas, teniendo en cuenta que responden a deficiencias de apoyo
integral a estudiantes a través de programas reales de bienestar, y escenarios
de reapropiación del campus de cara a las dinámicas de la vida universitaria,
por ende las exhortamos a llevar a cabo las iniciativas de la comunidad
universitaria para este propósito y negar por completo la posibilidad de la
solución de los escenarios de conflicto a través de la fuerza, la persecución y
la represión.
Así
mismo, convocamos a la sociedad colombiana en general, y a las comunidades de
las universidades en todo el país a denunciar y pronunciarse en contra de la
sistemática persecución contra estudiantes, profesores y trabajadores
evidenciada en situaciones similares a las aquí expuestas, para lo cual
exigimos a sus directivas no ser cómplices y manifestar de manera vehemente un
rechazo a la represión estatal contra quienes construimos país desde la
organización, la movilización y la academia. Expresamos nuestra solidaridad con
la Universidad Pedagógica Nacional, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca,
Universidad de la Amazonia, Universidad del Atlántico, Universidad de
Cundinamarca, Universidad Tecnológica del Choco y Universidad de Córdoba,
quienes en este momento presentan una crítica situación de violación a los
Derechos Humanos y las Libertades Democráticas.
Mesa
Amplia de la Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá,
7 de noviembre de 2012.
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