La
policía colombiana, desde julio, tiene autorización legal para torturar a la
población civil con nuevas armas sumadas a las ya tradicionales que tienen como
objetivo atentar contra los ciudadanos que se manifiestan o son contrarios a
las políticas gubernamentales.
Por
medio de la resolución 02686 del 31 de julio de 2012, firmada por el comandante
máximo de la policía, se reglamenta el uso de armas denominadas de “letalidad
reducida”, es decir que de todas formas pueden llegar a asesinar (y han
asesinado) personas. La caracterización que hace dicho documento sobre esas
armas es la siguiente:
Mecánicas
cinéticas: fusiles lanza gases o perdigones de goma, lanzadores de redes o
nylon, proyectiles de goma y lanzadores de tinta o agentes irritantes.
Químicas:
disparador de spray pimienta, gas pimienta, gases irritantes, cartuchos de gas
irritantes.
Acústicas:
granadas de aturdimiento, granadas de luz y sonido, dispositivos acústicos para
largas distancias.
Dispositivos
de control eléctrico y auxiliares: tonfa, pistolas de disparo eléctrico o
dispositivos de control eléctrico, dispositivos de shock eléctrico, lanzador
flash, granadas de múltiple impacto CS/OC, granadas lumínicas y de sonido,
animales entrenados.
Las
armas de tortura eléctrica ya están siendo usadas por la policía de Santander
en contra de ciudadanos indefensos con el argumento de “reducirlos”. Teniendo
en cuenta que estos cuerpos policiales son formados bajo politicas de odio,
preocupa que esos artefactos se activen de forma indiscriminada por ese tipo de
sujetos.
Adicional
a la dicha resolución, el ESMAD ya está usando caballos acorazados en las
manifestaciones los cuales, además de constituirse como maltrato animal, pueden
llegar a causar una tragedia ya que se asustan con las explosiones de las
mismas granadas aturdidoras por lo que pueden embestir a las personas que se
encuentren cerca. El maltrato animal se manifiesta en el estrés que se puede
generar en los animales y en las lesiones que se pueden presentar sobre todo en
las extremidades de estos animales.
Es
común en las manifestaciones que el ESMAD agreda a la población de manera
indiscriminada en desalojos y movilizaciones contra manifestantes y transeúntes
con gases lacrimógenos, golpes, balas de goma, aturdidoras, papas explosivas y
cartuchos rellenos de pedazos de metal, entre otros métodos represivos dejando
ya varios muertos, centenares de heridos, varias personas con pérdida de ojos e
incluso abortos inducidos por el uso de gases, con todos los casos hasta el
momento en la absoluta impunidad puesto que no hay herramientas efectivas que
protejan a la población del uso desmedido de la fuerza pública que realmente
sólo protegen al poder y al capital.
El
Estado colombiano ha firmado varios tratados internacionales de derechos
humanos que sólo quedan en el papel porque la brutalidad policial es pan de
cada día, el derecho a la vida no se respeta ni siquiera desde el mismo
gobierno nacional que ordena asesinar incluso en países vecinos, en contravía
de la constitución nacional.
Con
estas nuevas armas las violaciones de derechos humanos se incrementarán y
sumado al fuero militar que está a punto de aprobarse en el Congreso la
impunidad será mayor al 97% actual que hay sobre los delitos en Colombia y que
es aun mayor en los crímenes de estado. Además hay que recordar que la Ley de
Seguridad Ciudadana estipula como delitos de cárcel el hecho de bloquear una
calle o protestar sin permiso con penas hasta de 8 años siendo que la mayoría
de manifestaciones se dan de manera espontánea sin una programación previa.
Este
tipo de medidas se dan cuando el nivel de ilegitimidad del gobierno es tal que
ve al pueblo como el enemigo interno que hay que acallar sabiendo que las
políticas gubernamentales son para una clase privilegiada en contra de la
inmensa mayoría.
Entre
los esclavos, el más cobarde es el que protege al amo.
Leonardo
León
@ingcritica
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las aulas hacia Colombia
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