El 1 de noviembre del 2012 siendo las 9pm la
Policía nacional ingresó al campus de la Universidad Nacional. Desde las 6 p.m.
las directivas de la Universidad habían dado orden de desalojo dado que para el
día viernes 2 de Noviembre estaba convocado el Aquelarre, evento que se realiza en la Universidad cada 31 de
Octubre.
Debido a que la última vez que la policía
hizo ingreso al campus no había ningún veedor ni de la comunidad universitaria,
ni de la Personería de Bogotá que supervisara el accionar de la Policía al
interior del campus, la Vicerrectoría de Sede decidió convocar esta vez tanto a
la Personería como a estudiantes para ser veedores del proceso. Por ello,
además de las directivas de la Universidad, estaba presente la Personería de
Bogotá y tres estudiantes: Oscar Aponte (Vocero de la MANE), Diana Vargas y
Lucía Ramírez.
Antes del ingreso se realizó una reunión
preparatoria a la que fuimos invitados las compañeras antes mencionadas y yo.
En dicha reunión la Vicerrectoría y la Personería explican el procedimiento
policial que se realizaría en la Universidad y el porqué de nuestra presencia
allí. En este sentido, argumentan que el ingreso de la Policía en el campus se
da debido a que no se encuentra otra forma de controlar el tráfico de drogas y
bebidas alcohólicas en la Universidad, especialmente en el día del Aquelarre.
El operativo se dio de la siguiente manera en
primer lugar la policía hizo presencia en los alrededores de la Universidad
realizando fuertes requisas y supervisión de los establecimientos de expendio
de bebidas alcohólicas que se ubican en las inmediaciones del campus, y en
segundo lugar la policía haría ingreso al campus para hacer una inspección en
busca de drogas, alcohol y explosivos.
Ante esta situación, los tres estudiantes que
nos encontrábamos ahí pusimos nuestra voz en contra del ingreso de la Policía
al campus y las soluciones militaristas a las problemáticas de la Universidad.
Si bien reconocemos el problema de la jibarización del campus y se denunció la
relación de este fenómeno con el paramilitarismo y la complicidad de la empresa
de Seguridad Privada VISE al respecto; sí fuimos explícitos en que dicho
accionar no era efectivo y lo único que iba a generar era el rechazo de la
comunidad universitaria a dicha acción.
Sin embargo, la acción ya estaba coordinada y
no se echó atrás por nuestra reticencia al respecto. Es por ello que los tres estudiantes que nos encontrábamos allí
decidimos participar para poder supervisar el accionar de la Policía y
denunciar cualquier abuso al interior del campus; para ello exigimos poder
portar cámaras fotográficas y registrar todo el procedimiento.
Cerca de las 9 p.m. ingresaron más de 400
agentes de Policía al campus, entre el Grupo de Operaciones Especiales GOES
(que iba fuertemente armado y que es tristemente célebre por servir de aparato
policial al servicio del terrorismo de Estado), la Fuerza Disponible, la SIJIN,
el Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD y caninos antinarcóticos y
antiexplosivos. Al mando de la operación estuvo Javier Botero, Comandante
Operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá. La orden de éste fue clara: se
trataba de una operación rastrillo en búsqueda de estupefacientes y de
artefactos explosivos.
Una vez instruidas las órdenes, los agentes
se distribuyen en tres grupos y proceden al allanamiento de la Universidad. A
pesar de que la Vicerrectoría de Sede aseguró que no se ingresaría a los
edificios, la Policía hizo ingreso en los edificios e inclusive exigían entrar
a salones, oficinas, laboratorios, etc. Es de resaltar la actitud agresiva y
pretenciosa de la Policía en el campus que quería resultados así tuviera que
inventarlos. Tras más de 3 horas de operativo, todos los agentes de la Policía
fueron reagrupados en la Plaza Che donde hicieron presentación del gran
hallazgo de la noche: 3 “peligrosísimas” botellas de cerveza.
Finalmente es necesario anotar que no sólo
fue evidente la inefectividad de dichas acciones policiales en el campus sino
que además fue evidente la estrecha relación entre la empresa de Seguridad
Privada VISE y algunas agencias de la Policía como la SIJIN. Muchos vigilantes
de VISE no sólo saludaban con familiaridad a los agentes de la SIJIN y los
tenientes y coroneles al mando de la operación; sino que además le seguían las
órdenes a la policía y estaban claramente dispuestos a permitir la entrada de
la Policía hasta donde ellos lo solicitaran. Además de ello, había una fuerte
presencia de “tiras” o policías encubiertos y de civil, que hicieron ingreso al
campus de civil y sólo después hacían uso de los distintivos de la SIJIN. Fue
evidente la presencia de personal de inteligencia de la policía en el campus,
presencia que es claramente permanente.
Frente
a esta situación hacemos un fuerte llamado a la comunidad universitaria a
manifestarse al respecto. No sólo fue clara la gravísima violación de la
Autonomía Universitaria, sino que además se demostró la inefectividad de dichas
medidas, la complicidad de la VISE con los jíbaros y la Policía, y la fuerte
infiltración que los organismos de inteligencia de la Policía ejercen en la
Universidad Nacional.
Sea esta la oportunidad para que demostremos
que es la comunidad universitaria la que debe encargarse de la regulación y
control del campus y no el paramilitarismo, la Seguridad Privada y la policía.
Oscar
Aponte
Vocero
Nacional MANE
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