Pese a las mediaciones de algunos compañeros, docentes y hasta la iglesia, no ha sido posible que cese en su empeño, mientras que el rector Leonidas Rico no aparece y, tristemente, parece como si al resto de comunidad universitaria, Gobierno y Ministerio de Educación, no les importara el esfuerzo de Albeiro por hacer públicas situaciones que hace reto demandan un análisis riguroso, académico y administrativo de lo que pasa en la institución.
Mientras tanto, la pugna de poderes se mantiene en la institución, los directivos académicos mantienen su respaldo a Rico, pues la mayoría de estos no son profesores de carrera sino de directo nombramiento del rector, el Consejo Superior no escucha y la dignidad de la Universidad de la Amazonía depende de la fragilidad de un cuerpo que se derrumba con el hambre.
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