Debido a la profundización de la política de privatización de la educación promovida por organismos multilaterales de crédito y acatadas dócilmente por el Gobierno de Juan Manuel Santos, entrar a una universidad pública en Colombia es un privilegio: solo 15 de cada 100 bachilleres puede obtener un cupo [1]. Esta oportunidad acarrea una gran responsabilidad que implica luchar en contra de la privatización y defender universidad pública, y claro está, defender nuestra alma mater, la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, que también ha sido sometida a una fuerte privatización: según un informe de Rectoría, la mitad de los recursos con los que funciona la universidad provienen del Gobierno y la otra mitad, los pone la misma universidad, en gran medida gracias al mayor cobro de matrículas, que hoy representan 64,56% de los ingresos propios de la universidad [2].
Si bien en el tercer país más desigual del mundo, defender el carácter público de la universidad implica defender garantías de acceso equitativas para todos los ciudadanos, también implica luchar para que Colombia, una nación pobre y sometida, tenga centros de creación y desarrollo de conocimiento científico avanzados, que contribuyan a la solución de los problemas del país y a su desarrollo soberano. Pero para lograr estos objetivos, debe existir educación de calidad y por eso, debemos oponernos a la asfixia presupuestal, que ha deteriorado la calidad nuestras instituciones: en la UCMC pasamos de tener el 26% de los docentes de planta en 2002 (cifra en si misma escandalosa ya que el porcentaje a nivel nacional en 1993 era del 75%), a tener en 2011 el 13% de los docentes de planta, mientras la universidad aumentó en un 32% la cobertura, es decir, ¡que por cada 54 estudiantes nuevos, se retiraba un docente de planta![3]
Lamentablemente esto no es lo peor, por un lado se pretende reubicar la sede central de la UCMC hacia otro predio, usando un crédito que llevaría a la quiebra a la universidad, y por otro lado, entró en vigencia en el Gobierno de Santos, el TLC con los Estados Unidos, que pone la educación superior al servicio del ánimo de lucro de las mayores trasnacionales educativas del mundo. Este panorama, más que desalentarnos, debe servir como aliciente para seguir luchando, movilizándonos masiva y culturalmente, educándonos y trabajando duro en la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) el máximo referente de unidad estudiantil, para construir nuestra nueva ley de educación superior alternativa, por un modelo de educación democrático, científico, y al servicio de la gente que ponga como eje la educación pública, este es el mayor y mas importante reto que los estudiantes han asumido en toda su historia.
[1] Ministerio de Educación Nacional (2011) ABC del proyecto de reforma a la educación superior en Colombia. Pág. 2
[2] Universidad Colegio Mayor (2011) Informe de gestión 2010. Págs. 82 y 83. Disponible en www.unicolmayor.edu.co
[3] Cálculos hechos con Base en informes de gestión de la universidad y Derechos de Petición. Informes disponibles en: www.unicolmayor.edu.co
0 comentarios:
Publicar un comentario