¡SOMOS UN. SOMOS UN GRITO DE LIBERTAD!
L@S ESTUDIANTES APOYAMOS LA LUCHA POR UN SALARIO JUSTO DE L@S TRABAJDOR@S DE LA UN
Históricamente nos hemos reconocido como una comunidad universitaria; como un sujeto colectivo con un contenido diverso. Llenos de perspectivas, aspiraciones y apuestas que pese a sus divergencias avanzan en encontrarse y constituirse en un sueño colectivo, el sueño de ese sujeto al que llamamos la nacho. Es por ello que no escatimamos esfuerzos en trazar caminos que nos lleven con certeza a la realidad de nuestro sueño, de nuestra esperanza, de un futuro construido en un presente de luchas, obstáculos y esperanzas. Por eso reivindicamos a la Universidad como fuerza viva, transformadora, dinámica, digna y rebelde que siempre esta presta a asumir su papel en la construcción de una sociedad diferente.
Apostamos por la democracia universitaria entendida como práctica inherente a nuestros campus, basada en el diálogo, en la sana controversia y en la insistencia en acercarnos a puntos comunes que nos permitan construir, pues es esa además la base histórica sobre la que se ha construido el conocimiento, esencia de la Universidad. Ese ejercicio, esa idea de democracia pasa por entender a la Universidad como espacio social, político, cultural y constructor de hombres y mujeres nuevos, y necesariamente alude al reconocer los actores que la habitan. Por ello, hemos dicho que nuestra idea de comunidad está incompleta sin l@s compañer@s trabajadores.
Desde la MANE hemos avanzado en construir democráticamente una nueva propuesta de educación superior, y en esa idea la voz de los compañeros trabajadores es fundamental. Ahora, que en la UN los compañeros avanzan en construir un nuevo capítulo de lucha por un salario justo, es momento de expresar nuestro entusiasta saludo, a la lucha que ahora emprenden los compañeros, y de solidarizarnos, apoyarlos y acompañarlos en este momento.
Porque no es comprensible una idea de autonomía reducida a la contratación o gestión de recursos propios, idea servil al lineamiento mercantil del MEN para las universidades públicas. Idea que implica la precarización laboral y la caricaturización del deber ser de la UN. Porque la lucha por financiación no se puede reducir a exigir más recursos, sino insistir en que es necesaria la democracia para definir, y controlar, las prioridades en materia de gastos y contratación de las directivas. De otro modo, adefesios como la sala de informática que se inunda, o la biblioteca cuyos sótanos están llenos de aguas negras, afectando la salud de los trabajadores, se seguirán repitiendo; o los recursos despilfarrados en sillas de $13 millones o carros de $150 millones, sin justificación alguna, seguirán siendo pan de cada día en la UN. Eso por no mencionar las políticas de “bienestar” que vinculan estudiantes a trabajar en la UN a cambio de un almuerzo, reviviendo formas atrasadas de trabajo, sin ninguna garantía laboral, apoyados en la necesidad de la comunidad universitaria, constituyendo del estudiantado en un ejército de reserva que permite a las directivas reducir aún más la contratación de trabajadores, ya afectada por la igualmente indigna, cuando no clientelar, política de contratistas con figuras ya conocidas como la seguridad privada .
Las banderas de los trabajadores no son solamente justas. Interpelan de parte de parte del estudiantado la necesidad de profundizar las nuestras, de entender que sus luchas se enmarcan en el caudal de transformación del que somos parte, que responden a las mismas problemáticas que día a día cuestionamos y luchamos por transformar. Nos llaman a entender la unidad como el reconocimiento solidario, el apoyo fraterno y el construir caminos comunes. La unidad con los compañeros trabajadores de la UN es el primer paso en la construcción de esa idea de Universidad que contribuye al bienestar del país, de esa Nueva Educación para Un País con Soberanía, Democracia y Paz.
MESA AMPLIA UNIVERSIDAD NACIONAL MAUN
BOGOTÁ, AGOSTO DE 2012
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