domingo, 8 de julio de 2012

Desdramatizar la educación


ENTREVISTA a René Schérer - MANUEL ASENSI PÉREZ
"La educación libre no significa que el estudiante pueda hacer lo que le venga en gana"
A finales del año pasado se publicó la reedición de su libro ¿L'Emile Perverti¿ que escribió en 1974 y que en español se tradujo en 1984 como 'La pedagogía pervertida'. ¿Podría contarnos la tesis principal de ese libro?
Desde finales del siglo XVIII, y de una manera muy especial con el Emilio o de la educación de Rousseau, surge lo que he llamado la ideología pedagógica,una forma de pensar el niño como alguien que no puede educarse a sí mismo, una especie de proyecto de hombre, cuyas carencias han de ser suplidas por el educador o pedagogo. Este educador ha de vigilar, además, que en el momento en que empiece a despertar la sexualidad del niño, ésta pueda ser domesticada evitando, en especial, la masturbación por lo que supone de desviación respecto a la razón principal de la sexualidad humana: la reproducción. Para lograr esos objetivos se hace necesario vigilar al niño las veinticuatro horas del día, pues sólo de esa manera se podrá evitar las desviaciones que, según el propio Rousseau, corren el riesgo de subvertir el orden social. De este modo, el niño queda convertido en un ser incapaz carente de sexualidad. Lo más llamativo es que esas tesis de Rousseau, en especial la necesidad de la vigilancia, han pasado sin mása las pedagogías aparentemente liberales. Hasta los pedagogos libertarios viven con la obsesión de vigilar al niño y negarle su autonomía por miedo a lo que esa libertad pueda suponer.
¿Quiere decir que un niño o una niña no son lo que creemos que son?
En efecto, porque nuestro concepto de niño es una invención de esa misma ideología pedagógica, cómplice del capitalismo clásico y del neoliberal. Freud ya demostró que el niño tiene una fuerte sexualidad caracterizada por su polimorfismo, por su multiplicidad y, con ello, abrió las puertas para pensar al niño de otro modo. Lo que ocurre es que, de repente, el psicoanálisis se revolvió contra sí mismo, introdujo la idea de que la sexualidad infantil representa un estadio de inmadurez que sólo se resuelve con el Edipo, el cual acaba con el polimorfismo mencionado. Sin embargo, mi planteamiento, como el de Deleuze, es que el Edipo sólo sirve para reprimir lo que es lo propio del ser humano, la sexualidad polimorfa.

¿Por qué la pedagogía está pervertida?
Porque se ha separado la enseñanza del afecto, se ha borrado cualquier huella de sexualidad en la relación pedagógica. La pedagogía dejará de estar pervertida el día en que el maestro favorezca el florecimiento de la sexualidad del niño y del joven.
De su libro se desprende que, al igual que defendía Fourier, al niño se le debería conceder una mayor libertad y autonomía, que no deberíamos estar tan pendientes de él.
Al niño hay que cuidarlo porque él no puede cuidar de sí mismo, porque hay que protegerle contra los peligros del exterior, por ejemplo contra la intención criminal de otra persona. Esa primera educación es un deber. No digo que la transmisión de un saber, de los contenidos tradicionales de una familia, sea algo en sí malo. Lo que ocurre es que ahí se produce un desplazamiento que da la impresión de ser natural, pero no lo es en absoluto. ¿Qué desplazamiento es ese? De ese primer cuidado del niño se pasa a encerrarlo en un sistema de vigilancia y castigo (lo que Bentham llamaba panóptico)que lo reprime en función de la exigencia de devenir adulto, le arranca su sexualidad censurando una manifestación tan natural vigilancia es, además, una manera de convertirlo en un ser incapaz de aprender por sí mismo. La idea de la inocencia del niño se maneja muchas veces como forma de borrar la amenaza potencial que representa su sexualidad.
Hay mucha gente que piensa que los males que estamos viviendo hoy en la enseñanza se deben a la excesiva permisividad con los alumnos, y que deberíamos volver al autoritarismo.
La educación libre no significa que el estudiante pueda hacer lo que le venga en gana, eso es una desublimación represiva, es decir, una represión disfrazada de liberación, los jóvenes pueden llegar a ser muy conformistas y conservadores cuando hacen propios los dictados y pautas de la ideología liberal y exhiben distintas formas de violencia. Por supuesto a ello contribuyen los medios de comunicación que, en sí mismos, son ya una pedagogía pervertida. Una educación libre es aquella que permite al niño y al joven desarrollar sin reticencias sus sentimientos, sus deseos, su sexualidad múltiple, que no lo considera un simple proyecto de adulto, que le otorga una entidad jurídica equivalente a la de cualquier persona, que es capaz de verlo como un sujeto que tiene un saber o puede tenerlo por sí mismo. Proponer el autoritarismo es volver a una visión triste y dramática, trágica, de la infancia en la que el ejercicio de la violencia, la frustración y la represión se justifican por el bien del niño. Es necesario desdramatizar la educación, introducir en ella la literatura, lo divertido, lo cómico, la luz, el optimismo. Para ello es necesario apartarla de la medicina, lo judicial, la seriedad en fin. No es por azar que mis referencias sean Gombrowicz, Fourier, Deleuze...
Pero hoy en día la representación de la sexualidad nos aborda por todos los sitios, ha llegado a convertirse en Zizek a decir que lo verdaderamente revolucionario ahora es el celibato.
No cabe duda de que ha habido una inflación de los problemas de la sexualidad, pero en tanto problema, en tanto exigencia de los modelos que has de seguir y que si no sigues quedas excluido de la normalidad. Eso no tiene nada que ver con lo que yo digo, una cosa es seguir imponiendo normas restrictivas y otra muy diferente dejar que la sexualidad se exprese como es, libre, infinita y multiforme. Comprendo lo que dice Zizek, pero es un camino equivocado, por ahí nos encontramos de nuevo con el autoritarismo. Frente a eso deberíamos potenciar, por ejemplo, la pasión de la amistad, no en el sentido edulcorado y ñoño del término, sino la filia griega, medio amoroso que permite la multiplicidad de las relaciones.
¿Cree que hoy en día estamos viviendo una involución en las ideas y en el terreno de la acción? Hace poco leí que según Glucksmann, Sarkozy va a sacar a Francia de todos los males.
Desde la derecha, y también desde parte de la izquierda, estamos viviendo un momento terrible de anti-ilustración. Algunas declaraciones recientes de Sarkozy han consistido en un ataque virulento contra mayo del 68, planteaba en ellas la necesidad de pasar la página de ese movimiento. Qué pena, pues la gente debería tener presente que mayo del 68 abrió grandes posibilidades de emancipación y liberación, abrió el camino para la reivindicación de grupos minoritarios, homosexuales, mujeres, niños. Los jóvenes de hoy deberían saberlo y que no se les ocultara esa información. Sin lo que se hizo en ese momento histórico irrepetible no se habrían conseguido muchos derechos de los que hoy gozamos.
Sería necesario mantener vivo el espíritu de mayo del 68, su gran texto, ese espíritu de la gracia a la que aludía Simone Weil, la utopía y esperanza de las que hablaba Bloch, el espíritu de la revuelta y del inconformismo. Esa es también mi opinión respecto a las escuelas y la enseñanza como manera de evitar la pedagogización integral del niño y del adulto.
Esos filósofos que mencionas engañan a la gente porque les hacen creer que viven en el mejor de los mundos posibles y eso está lejos, muy lejos, de ser verdad.

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