jueves, 17 de mayo de 2012

Recordando el 16 de mayo de 1984



Jesús León  Patiño, (Chucho León), quien fué estudiante de odontología en la Universidad Nacional, representante estudiantil y figura destacada entre los estudiantes por su constate interés en los temas que referían al bienestar universitario, emprendió con ayuda de varios estudiantes, una fuerte crítica a las directivas de la universidad y en especial al sistema de bienestar, siendo asesinado y encontrado con varias señas de tortura, en la ciudad de Cali, en los primeros días del mes de Mayo de 1984.
Partiendo de este suceso, el 16 de Mayo de 1984 se prepara una protesta al interior de la Universidad,  reclamando sus derechos y denunciando la brutalidad de la represión que recae sobre los estudiantes, motivo por el cual la policía y GOES (Grupo de Operaciones Especiales) se hizo presente para irrumpir brutal y desmedidamente en el campus universitario, ingresando y disparando sin precaución alguna a cualquier estudiante que estuviera en la protesta, no obstante, aprovechando  la oportunidad para ingresar a las residencias estudiantiles y emprender una masacre a lo largo y ancho de la universidad, donde además de estudiantes muertos, otros tantos fueron desaparecidos, unos encontrados luego con señales de tortura, otros en las cárceles de Bogotá y otros, que sencillamente hasta hoy día se desconoce su paradero. La universidad fue cerrada alrededor de un año, que bastó para limpiar algunos recuerdos, dejarlos en el olvido, e ingresar de nuevo con una serie de reformas que perjudicarían gravemente la comunidad universitaria y la educación pública como tal.
A partir de la apertura de la universidad en 1985, bajo el control del, en ese entonces, rector de la universidad, Marco Palacios, se emprende ya la implementación de un modelo neo-liberal en la educación y una privatización que no dejaba más que una mercantilización de la academia, las mentes y las ideas; de esta manera, los estudiantes al regresar se encuentran con la destrucción del bienestar universitario, donde ya no contaban ni con las residencias estudiantiles, ni restaurante, ni transporte, entre otros, dándose un cambio en el discurso, en términos de eficiencia y “derechos estudiantiles” desde el punto de vista egoísta, mercantilista, y opresor. Es entonces, cuando podemos ubicarnos, y pensar como este cambio que comienza en esa época, se ve aun más claro y reflejado en la actualidad de las condiciones de la educación pública, donde a partir de las reformas y medidas implantadas por el gobierno colombiano, cada vez peores y degradantes para una educación de calidad, se ha seguido arrollando la educación y las pocas ventajas, si se pueden llamar así, con que alguna vez contaron tanto los estudiantes como el pueblo colombiano.
Hoy, 16 de Mayo de 2011, en muchos de los corredores de la universidad Nacional se respira el silencio provocado por aquellos acallamientos a la movilización estudiantil, silencio que también otorga la simple ignorancia y olvido de momentos que marcaron nuestra historia, y que sencillamente para muchos, hoy en día ni siquiera figuran en sus mentes. Bastó echar un recorrido por el campus y hablar con varios estudiantes, para darse cuenta de que es una pequeñísima parte de la comunidad universitaria quienes conocen algo acerca de esta fecha tan importante, generando un olvido que es parte si se quiere, de una política Estatal y hegemónica, con dominio en los medios de comunicación y que dan un silenciamiento a la opinión pública.
No es de sobra, mencionar la importancia absoluta de recordar hechos como éste, y alimentar la memoria, para que así como han quedado actos similares en la impunidad, en nuestra mente y corazones siempre estén al rojo vivo, viviendo para una fuerte y conjunta construcción de una mejor sociedad, reclamando por nuestros derechos y eliminando el constante arrebato de lo que es nuestro, de los estudiantes y del pueblo.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Powered by Blogger