domingo, 18 de marzo de 2012

Contribuciones a la Ley de Educación Superior

Estamos próximos al inicio del proceso de consulta para elaborar una nueva Ley de Educación Superior; es pertinente señalar que hay principios, criterios y realidades de las cuales se debe partir para tener un marco normativo que permita avanzar hacia el aumento de cobertura de la educación superior, con calidad y que fortalezca la educación pública, sin que signifique menoscabo para las Universidades privadas de calidad.
Democracia: que se debe expresar no sólo cómo se conforma su gobierno universitario –consultando a las comunidades de profesores, estudiantes y egresados-,sino en el ejercicio de ese gobierno que debe respetar la diferencia dentro de los miembros de la Universidad y especialmente resguardar el principio de ‘libertad de cátedra’ que es la defensa fundamental contra todo tipo de dogmatismo y exclusiones que castran el desarrollo del pensamiento y la formación de nuevas generaciones de profesionales.
Autonomía: no sólo frente a los gobiernos en ejercicio –la Universidad no es la caja de resonancia de los intereses gubernamentales-, lo cual no excluye la necesaria colaboración que debe darse frente a problemas o requerimientos, en los cuales la Universidad como espacio de producción social de conocimiento está llamada a cooperar; pero esa autonomía es real en la medida en que haya por parte del Estado garantía de una financiación adecuada de la Universidad, teniendo  como contrapartida un manejo escrupulosos de los recursos y una rendición de cuentas a la sociedad. Igualmente es una autonomía para el manejo de sus programas de investigación, educación y extensión y por supuesto para darse su propio gobierno interno.
Respeto a la diversidad: una característica fundamental de la Universidad es la coexistencia de diversas corrientes del pensamiento y diferentes posiciones frente a los problemas nacionales. Por eso la Universidad como institución no tiene posiciones únicas frente a problemas o debates nacionales, puede haber una posición de las directivas de la Universidad, que es la ‘oficial’, pero no es ni puede ser la única, pretenderlo sería regresar a los peores tiempos del confesionalismo o el  estalinismo, en los cuales no podía haber sino un ‘pensamiento único’
Educación de calidad: la Universidad –especialmente la pública, pero no sólo ella- debe estar comprometida con una educación de calidad, buscando suministrar a sus estudiantes, de pregrado y posgrado, niveles óptimos de formación profesional o disciplinaria, para que una vez egresen sean profesionales preparados para aportar al desarrollo nacional.
La relación de la Universidad con la Sociedad es un principio fundamental, la Universidad no es una ‘torre de marfil’, aislada de la sociedad, por el contrario debe tener vasos comunicantes fundamentales. La Universidad debe contribuir a la equidad social y al análisis y búsqueda de solución de los problemas nacionales, desde la diversidad de pensamientos que coexisten en el mundo académico, pero además debe proyectarse para suministrarle a diversos sectores sociales sus avances científicos.
La coexistencia de educación privada y pública, en Colombia se ha construido a lo largo de su historia; una convivencia de un sector público universitario, que debe seguirse consolidando, junto con un sector de universidades privadas, que debe seguir jugando su papel, pero al cual hay que exigirle compromisos claros, no sólo con la calidad, sino con la equidad.
Alejo Vargas Velásquez
Profesor Universidad Nacional

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