lunes, 27 de febrero de 2012

El voto en blanco en la consulta hacia la rectoría: un camino de lucidez democrática (UdeA)


El espectáculo de la actual campaña hacia la elección de Rector en la Universidad de Antioquia, no podía ser más deplorable. Candidatos sin fuerza y con propuestas teñidas de lugares comunes; dos ilustres desconocidos que solo aportan sus ansias de figuración en la coyuntura; el candidato reeleccionista y aspirante a un ejercicio vitalicio de la rectoría, pues, considera que el tiempo no le ha alcanzado para reducir a la Universidad en un estado de postración aún mayor. Su aspiración es la de ser coronado como Alberto Uribe I y más allá de ello tocará esperar que sus válidos, aquellos intereses de grupo que lo necesitan como Rector UdeA, continúen eternizándolo en el gobierno del Alma Máter.
Pobreza de las propuestas. El debate público organizado por la Secretaría General, el 22 de febrero, mostró a las claras no solo la impudicia del aspirante reeleccionista, sino, además, la incapacidad de sus opositores para ensayar siquiera las líneas de un debate digno y con altura. Nada se escuchó sobre el tema más importante para las universidades públicas durante el presente año. La apuesta por la reforma de la Ley 30 de Educación Superior, cuyo debate y propuestas ya han iniciado los estudiantes de la MANE y los colectivos de profesores organizados. Ninguna consideración sobre fórmulas de financiación más allá del lugar común de una financiación adecuada. Nada sobre autonomía universitaria y menos sobre una propuesta de reforma de la obsoleta y antidemocrática estructura de poder de las universidades públicas.
El candidato reeleccionista y uno de los aspirantes que ya lo había desafiado en la anterior reelección –¿la tercera? Ya la gestión del actual Rector y sus inicios se pierden en las brumas del tiempo–, se trenzaron en una estéril disputa sobre el número de profesores vinculados, cuya diferencia en cantidad era tan nimia, que pareciera que ambos discutían no sobre el problema de fondo de la vinculación de nuevos docentes de planta sino más bien sobre un ejercicio matemático pueril que buscaba dejar las cosas como hoy están. Es decir, con la abrumadora cifra –que es lo que hay que poner en el eje del debate–, de 4000 contratos hora cátedra. Contratos basura de una universidad cuyas aspiraciones en los ránquines internacionales buscan superar el magro resultado de estar en el lote de las mil hacia atrás.
Es perentorio asumir hoy, que ante la antidemocracia del procedimiento de elección de Rector, en manos de un Consejo Superior politizado y politiquero –aun a pesar de las supuestas “buenas intenciones” del Gobernador, quien lo preside– y que responde a los intereses de las denominadas “fuerzas vivas” de la región, la actitud enhiesta de los universitarios debe ser la de reclamar la modificación de la forma de elección del Rector de la Universidad de Antioquia, la cual debe transformarse en la elección directa por votación vinculante de los estamentos. No otra fórmula es aceptable en un contexto de democracia universitaria y ello se debe extender a la elección de los Decanos y Jefes de Escuela e Instituto. Ello llama a modificar la resolución rectoral 1098 que recorta las opciones de participación de la comunidad universitaria en la elección de sus directivas. Asumiendo como imperativo democratizador la ampliación de la representación de los estamentos en el Consejo Superior Universitario, propuesta central en el actual debate sobre reforma de la Ley 30. Pero, mientras estas exigencias transitan y se debaten entre los estamentos universitarios frente a la consulta espurea del 6 de marzo, un ejercicio elemental de lucidez universitaria consiste en VOTAR EN BLANCO. En tanto acto de protesta y resistencia frente a la antidemocracia. Un verdadero y contundente ejercicio saramagiano de lucidez. Un acto de dignidad que se contrapone al reeleccionismo autoritario y a la poca capacidad de movilización de opinión por las otras alternativas en lisa. No es cuestión de oponerse sólo a una reelección, es cuestión de oponerse y resistir a la reedición de un procedimiento en sí mismo antidemocrático.
Sabemos que el resultado de la consulta a los estamentos no obliga al Consejo Superior Universitario. Es bastante probable que si el candidato reeleccionista obtiene una minoría de votos, sus áulicos en el CSU buscarán imponerlo pasando por encima de la voluntad mayoritaria. Pero se trata precisamente de eso: de confirmar los abismales desencuentros entre la voluntad colectiva universitaria y quienes se abrogan antidemocráticamente la representación universitaria. Por lo demás, no debe olvidarse el antecedente de la Facultad de Odontología en el año 2010, cuando un candidato minoritario fue depuesto pese a la voluntad de los miembros del Consejo Superior de insistir en su designación. ¿Se repetirá la historia? ¿Qué pasará con unas mayorías que a través, por ejemplo, del voto en blanco, no sólo rechacen el reeleccionismo y la mediocridad de las alternativas, sino también la caricatura de democracia del procedimiento de designación de Rector? Las apuestas están abiertas. Y el camino de la dignidad espera ser recorrido tanto como el ensayo de la lucidez.

Marco Antonio Vélez Vélez
Profesor Departamento de Sociología U de A.

Jaime Rafael Nieto López
Profesor Departamento de Sociología U de A.

John Mario Muñoz Lopera
Profesor Departamento de Trabajo Social U de A.

Luis Javier Robledo Ruiz
Profesor Departamento de Sociología U de A.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

aspu un estudiante viaja a paro de universidades llega a bogota a la universidad nacional atareado por su esquizofrenia paranoide y utiliza esta manifestación para desestresarse un poco de eso pero descuadre que el tigre no es como lo pintan y se se dedica solo a marchar en protesta por la ley 30.

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