Docente – Investigador
Universidad Nacional de Colombia
La declaración política de la MESA AMPLIA NACIONAL ESTUDIANTIL (Mane), es mucho más que la respuesta a la política educativa del gobierno, es el ACTA FUNDACIONAL de una nueva era de las luchas estudiantiles y de una nueva generación de estudiantes que ha encontrado, por fin, sus propias dinámicas y se perfila como un ejemplo para las luchas sociales en los escenarios de la democracia constituyente que define sus logros en las movilizaciones amplias y en la construcción responsable de apoyos, respetos, solidaridades y legitimidades colectivas.
Este es un gran momento de las luchas de los estudiantes y sin duda, el éxito más importante alcanzado en algo más de medio siglo de movilizaciones. Un logro sin triunfalismos de ninguna naturaleza, alcanzado con prudencia.
El espíritu del documento es inteligente, prospectivo, esta cargado de grandes retos y responsabilidades, así como de profundos compromisos en la urgencia de la construcción de un movimiento nacional universitario, UNIDO y capaz de pensarse en términos de las necesidades presentes y futuras de la educación y la sociedad colombiana. Ese documento esta precedido de una absoluta innovación en el desarrollo de las luchas de los estudiantes, de un potencial de imaginación sin precedentes, del desfogue de la energía juvenil y de la alegría que se siente estar llevando en materia de derechos, la sociedad colombiana de un lugar de negación a un espacio de demanda democrática del ejercicio pleno de un derecho fundamental: La educación.
Nunca antes en la historia de las movilizaciones estudiantiles se habían conjugado tantas circunstancias favorables para que la juventud se convirtiera en ejemplo de entereza y compromiso con los destinos de la educación del país, lo que se ha visto favorecido, sin duda alguna, por la ola de indignación que recorre el mundo y por la fortaleza, juventud, inteligencia, constancia y ejemplo de los jóvenes chilenos. La marcha continental por la defensa de la educación publica, debe ser de respaldo incondicional a las luchas de los estudiantes chilenos y una demanda de los jóvenes de América Latina al gobierno de Sebastián Piñera para que disponga su voluntad política y encuentre junto al movimiento estudiantil chileno una salida digna y de futuro para el problema de la educación de su país.
Grandes enseñanzas ha dejado este PARO NACIONAL UNIVERSITARIO que ha contado con la conducción de jóvenes inteligentes y prudentes que han reinventado las formas del liderazgo estudiantil, con el acompañamiento y el compromiso de la comunidad universitaria, con su decidido apoyo y su creativa movilización. En ella se conjugaron la fiesta, el carnaval, el teatro, los performances, la música, la danza, las comparsas, los desnudos, la consigna nueva e ingeniosa, el abrazatón y el besatón, las prácticas de protección a la policía y el abrazatón con ella que fue sin duda el acto mas “violento y radical” que se haya visto en la historia del movimiento estudiantil, por su contenido simbólico.
Es necesario reconocer que la ciudad estuvo abierta a las marchas, que la policía asumió con respeto la movilización y que prácticamente desapareció de las calles por donde transitaron las mismas. Y que todavía hay grupos que no logran entender lo que significa la movilización social contundente y democrática como acto transformador.
Estas semanas de movilización estudiantil convocaron a toda la comunidad universitaria a una cátedra única y con un único tema: El proyecto de reforma a la Ley 30. En los salones de clase, en las asambleas, en las comisiones creadas para los asuntos académicos, políticos, financieros…, en los medios, en las conferencias multitudinarias, en las audiencias públicas, en el parlamento, los estudiantes desmintieron el argumento de la Ministra de que no habían leído la Ley y le dieron muestra del juicio de sus interpretaciones y del rigor de sus argumentos para cuestionar su política educativa. Se ganaron palmo a palmo el reconocimiento de la justeza de su lucha y la más amplia solidaridad ciudadana.
Los padres de familia, salieron a marchar con sus hijos e hicieron del paro universitario un propósito familiar. A esta movilización en crecimiento se fueron sumando de manera espléndida los estudiantes de las universidades privadas de mayor tradición y prestigio, y otras frecuentemente estigmatizadas por su origen para llenar al lado de los estudiantes de la universidades estatales calles y plazas. Ellos también luchando contra la privatización de la educación pública que igualmente los afecta.
Fue muy importante la posición de los rectores de las universidades públicas y privadas que se opusieron a la conversión de las universidades en instituciones mixtas y con ánimo de lucro y cuestionaron a fondo el proyecto de reforma. Como también muy triste la actitud de algunos rectores que cerraron sus universidades y amenazaron con cancelar semestres y los contratos de sus maestros.
El movimiento pudo contar con la participación de destacados maestros que elaboraron argumentados y sólidos documentos que sirvieron de apoyo a la formación del criterio y el conocimiento de los estudiantes, igualmente hicieron conferencias y contribuyeron de manera eficaz a la creación de la conciencia nacional de resistencia al trámite de la Ley. Muchos estudiantes elaboraron documentos y documentales, videos, páginas web, colocaron las redes sociales al servicio de los propósitos del paro y de su programa mínimo.
El acompañamiento del movimiento social, de los sindicatos, de la Marcha Patriótica, del Congreso de los Pueblos, de la Minga indígena, de la Federación Colombiana de Educadores y sus sindicatos filiales, de los estudiantes desde el preescolar hasta secundaria, del SENA y de institutos tecnológicos, que hicieron causa común favorecieron el éxito de esta movilización.
Fue significativo el apoyo de las fuerzas políticas de izquierda y democráticas con presencia en el Congreso de la República, incluso la solicitud del Movimiento de Unidad Nacional hecho al presidente de retirar el proyecto.
Los medios que suelen ser absolutamente incondicionales con el establecimiento fueron relativamente benévolos con la causa del movimiento, sin que esto implique que no hicieron su papel erosivo.
Las ciudades del país y la ciudadanía en general constituyeron parte fundamental de los apoyos de la causa estudiantil y del logro de su propósito central.
Hoy se presentan nuevos y urgentes retos para la juventud universitaria nacional:
Primero, consolidar la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, como un instrumento de la movilización, el encuentro democrático y la deliberación inteligente para la toma de decisiones acertadas;
Segundo, avanzar en la creación de una Federación Universitaria Nacional Democrática que recoja a todos los estudiantes universitarios del país, establezca la defensa de una plataforma de luchas reivindicativas y asuma un programa mínimo de reivindicaciones inmediatas, que ayuden a resolver los conflictos que tienen las distintas universidades del país;
Tercero, comenzar a impulsar un escenario nacional de reflexión sobre el problema de la educación pública en general y de la educación superior en particular a través de distintos mecanismos, entre ellos la Constituyente Educativa y Universitaria;
Cuarta, potenciar el florecimiento de esta nueva generación de líderes estudiantiles en escuelas nacionales de formación política en el marco de un espíritu unitario y democrático que supere sectas y dogmas de todo tipo;
Quinto comenzar a pensar desde ahora en la necesidad de llevar esos líderes a los cargos de elección popular en el parlamento colombiano - Senado y Cámara - para que ocupen allí el lugar que tienen hoy los cuestionados;
Sexto, trabajar por la autonomía y la democratización de la vida universitaria y reclamar para cada institución rectores y gobiernos democráticos que coadyuven en el mejoramiento del desempeño universitarios y en el fortalecimiento de las agendas de transformación académica y de mejoramiento significativo del bienestar estudiantil y universitario;
Séptimo persistir en la financiación de la educación pública por parte del Estado de manera suficiente y oportuna, en la ampliación de sus plantas de personal docente en condiciones de dignidad y de sus logísticas académicas para la excelencia.
Este es un momento político especial que los jóvenes no pueden dejar escapar de sus manos, en su vitalidad e inteligencia comienza a construirse el país con que soñamos todos. Es necesario que cambien las viejas costumbres políticas y que con imaginación marquen para su generación una historia de logros significativos sin triunfalismos de ninguna clase. Todo esta por hacerse.
Noviembre 14 de 2011.
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