Francisco Santos, quien fuera vicepresidente de Colombia y también responsable de derechos humanos del gobierno Uribe, ha propuesto que las protestas estudiantiles, que buscan reversar la reforma a la educación superior sean neutralizadas mediante el uso de descargas eléctricas.
El ex vicepresidente, primo hermano del actual presidente Juan Manuel Santos, recomendó la peculiar medida de represión eléctrica al asegurar que al Presidente Santos "no le gusta confrontar los problemas y prefiere ceder para no meterse en líos".
El ex vicepresidente, experto en derechos humanos, se mostró en contra de las movilizaciones estudiantiles al sugerir la innovadora iniciativa. De asumir su propuesta, el actual gobierno colombiano, inauguraría una nueva modalidad electrizada de violación a los derechos humanos, la que le falta, una especie de "terrorismo eléctrico de estado"
"A los estudiantes hay que advertirles que si salen a marchar se van a enfrentar al brazo de represión legal del estado", ha dicho tajantemente Santos.
"Hace falta innovar, hay que utilizar armas de represión no letales como las que producen descargas eléctricas". El uso no letal de la electricidad, antes de Santos, fue observado ya por el filósofo Tales de Mileto, en la antigua Grecia, quien en medio de sus meditaciones sobre el universo notó que al frotar una barra de ámbar con un paño, la barra podía atraer objetos livianos.
El ex - vicepresidente, quien en los últimos meses se ha dedicado al periodismo radial y a las indagaciones sobre los usos alternativos de la electricidad, indicó que "al presidente Santos los estudiantes colombianos le midieron el aceite y demostró que resiste poquito", indicó que el mandatario perdió el pulso con los estudiantes y con las organizaciones sindicales "por descuido del gobierno".
Francisco Santos sugirió que a su primo hermano, ex ministro de defensa, presidente y experto en bombardeos, le hace falta más contundencia, firmeza y mano dura: "en materia de paz social el presidente ha mostrado que tiembla...no le gusta confrontar los problemas, prefiere echar para atrás, prefiere ceder y no meterse en líos".
Las indagaciones eléctricas del ex vicepresidente podrían ser tomadas en cuenta por el actual presidente Santos para llegar a la solución eléctrica del conflicto colombiano. De ser así la familia Santos cambiaría el mapa físico de Colombia. Esta familia se convertiría, para orgullo de la ciencia criolla, en la nueva generación de Voltas, Ampères, Faradays y Ohms, científicos que adelantaron en su momento la ciencia eléctrica.
La represión eléctrica no letal, claramente plantea nuevos horizontes y nuevos retos a la familia Santos en materia de represión legal del Estado. Ahora entendemos el por qué del impulso gubernamental a los macroproyectos de centrales hidroeléctricas en Colombia.
Existen, sin embargo, unos antecedentes negativos. El uso desmedido de la electricidad mediante electrochoques en psiquiatría, la denominada terapia electro-convulsiva, no tiene actualmente muchos defensores en este campo de la ciencia.
De otro lado, la silla eléctrica, inventada por un empleado de Thomas Alba Edison, que sirvió para materializar la pena de muerte y usada de manera masiva contra afroamericanos, latinos y pobres en Estados Unidos desde el 6 de agosto de 1890, cuando se realizó la primera ejecución, hasta los años 70 cuando se dejó de usar, resquebrajó la luminosa y liberadora imagen del país del norte, el mayor defensor de los derechos humanos y de la democracia occidental.
La represión eléctrica antiestudiantil de Santos, es necesario aclarar, tiene en la picana eléctrica, su más reciente antecedente como instrumento de tortura en nuestro continente. Fue utilizada en algunos momentos históricos por la policía y el ejército de Argentina y en algunos otros países adelantados de Suramérica.
Se cree que fue Polo Lugones, hijo de Leopoldo Lugones y jefe de policía durante la dictadura de José Félix Uriburu, quien la introdujo como método de tortura en Argentina. Según el historiador Felipe Pigna, la nieta de Leopoldo Lugones fue torturada con la picana que su propio padre inventó.
La picana da golpes de corriente o descargas sostenidas en contacto con el cuerpo y sus efectos en las partes más delicadas (genitales, dientes, mucosas, pezones, etc.) son devastadores, por lo cual los defensores de la seguridad y de la democracia suelen aplicarla en esos lugares.
La picana eléctrica fue utilizada por los grupos de tareas del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, la dictadura militar que gobernó la Argentina durante buena parte de las décadas de 1970 y 1980, los testimonios acerca de su utilización y efectos físicos y psicológicos están ampliamente recogidos en el informe Nunca Más.
Creemos que Santos debe tener en cuenta estos antecedentes historiográficos de gran importancia, necesarios para que nuestro país por fin pase de la seguridad democrática a la seguridad eléctrica, a ver si de una vez por todas, mediante la electrocución y la electrococción, alcazaremos ya no la paz de los sepulcros, sino la paz eléctrica que todos deseamos y necesitamos en nuestro atribulado país.
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