martes, 14 de junio de 2011

Entre el olvido y la memoria en la Universidad de Caldas



Jornada de reflexión, unidad y lucha permanente por la memoria y contra el olvido y la criminalización de la protesta estudiantil

El miércoles 8 de junio de 2011 en la sede central de la Universidad de Caldas (Manizales) se dio inicio a la conmemoración del Día del Estudiante Caído y revolucionario. Durante el evento se realizó una jornada cultural donde se reivindicó el legítimo derecho a la protesta con actos simbólicos en contra de la política nacional que viene implantando el Estado a la educación superior. Los asistentes al evento proclamaban su rechazo a la reforma de la Ley 30 y denunciaban «la constante criminalización del pensamiento crítico».

Ana Milena Alzate, Hijas e Hijos por la Memoria y Contra la Impunidad:


Este espacio dio lugar a la reflexión, la discusión y la unión en torno a la historia de las luchas estudiantiles en la universidad y el país mostrando a las nuevas generaciones de estudiantes aquello que los medios de comunicación tradicionales ocultan.
Organizaciones estudiantiles, estudiantes, docentes y miembros de sindicatos se congregaron en la apuesta colectiva y común por un espacio de deliberación cultural y artística en pro de la memoria y contra el olvido. Sin embargo, como expresaba una participante en el evento, «aturden los silencios y se desdibujan las ausencias de gran parte del estudiantado, lo que genera gran cantidad de preguntas frente a la apatía y poca participación, para conocer de voz de los propios estudiantes la historia que se ha vivido en la Universidad los últimos 11 años».
El gremio estudiantil manifestó unas consignas permanentes: «Hoy gritamos basta, nos negamos a olvidar y a naturalizar nuestra historia» y «Hoy proponemos que las artes, la academia y la discusión política concentrada en la Universidad y encarnadas en sus estudiantes y docentes se tomen el espacio, lo habiten, lo reconozcan y lo trasformen».

Darío Eccehomo Díaz, Comité Departamental para la Defensa de los Derechos Humanos:


La jornada finalizó con un acto simbólico en el que las personas presentes compartieron un hervido nariñense al ritmo de acordes y cantos de protesta. En ese ambiente pusieron las manos pintadas de múltiples colores en la pared como un acto de dejar huella y sembrar la semilla de lucha por una universidad pública para la sociedad y contra la criminalización de la protesta.
Por otro lado, el estudiantado denunció que la conmemoración fue registrada con cámaras fotográficas por vigilantes pertenecientes a la empresa de seguridad privada Segal. Frente a este hecho y el reclamo por parte de estudiantes, los vigilantes respondieron de la siguiente manera: «Nosotros necesitamos tomar pruebas porque mañana nos regañan y nos dicen qué donde estaba la seguridad; ustedes peleen y luchen por lo que sea, están en su derecho, pero nosotros hacemos nuestro trabajo».
Para finalizar una estudiante manifiesta la necesidad e importancia de apropiación de este tipo de espacios: «Hacer memoria colectiva para que toda la comunidad universitaria sepa de la historia que nos une y nos convoca y también como una propuesta de identidad como universidad».

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