martes, 9 de febrero de 2010

ENTRE INFORMANTES Y UN NUEVO ESTATUTO ESTUDIANTIL

¡No desistamos en defender Nuestra Universidad Pública!

Los estudiantes de universidad pública hemos ejercido siempre una función sumamente crítica con respecto a la sociedad en que nos encontremos, así como también nos hemos manifestado contra aquello que atenta contra los intereses del pueblo. Es por ello que en Colombia los estudiantes nos hemos movilizado y hemos motivado profundos debates en torno a los diversos problemas que aquejan a nuestro país, pasando por la situación de los diferentes sectores de la sociedad, de la falta de adecuadas condiciones de trabajo, así como de la falta de un bienestar integral para el conjunto de la población colombiana.

Dentro de este gran espectro los Estudiantes hemos reivindicado el profundo y necesario derecho de la población de poder integrarse a los procesos educativos públicos, como la posibilidad mediante la cual se puede generar un desarrollo a nivel científico, social, económico, político y cultural en el país. En la lucha por la defensa de este derecho, que viene siendo vulnerado por la falta de una asistencia económica adecuada por parte del Estado, así como por la implementación de distintas reformas de orden académico, estatutario y administrativo, los universitarios hemos sido víctimas de la criminalización y estigmatización por parte de las “autoridades”, todo ello, en aras de desprestigiar nuestras legítimas reclamaciones por una universidad pública, crítica, democrática y autónoma, así como por una educación que en todos los niveles le aporte al desarrollo del país.

TODOS EN CONTRA DELA POLÍTICA DE ESTUDIANTES INFORMANTES A $100.000(SAPOS)

La oposición ejercida por los estudiantes ante el gobierno y las directivas universitarias ha tenido profundas repercusiones. Hemos sido víctimas de declaraciones que pueden atentar contra nuestra integridad física, poniéndonos en medio del conflicto vivido en nuestro país, este es el caso de los mil informantes que según el presidente permitirán reducir la violencia en Medellín, propuesta totalmente absurda, teniendo en cuenta que como han dicho diversos medios, la causa y los actores definidos del conflicto son claros, y el problema se debe más a la incapacidad del Estado de brindar unas adecuadas condiciones de vida, así como a la incapacidad de capturar a las personas que delinquen y que se están asesinando en la comunas de nuestra ciudad.

Suena absurdo entonces que el presidente diga que los mil estudiantes informantes permitirán mejorar las condiciones de seguridad, muy por el contrario lo que hace es poner al estudiantado, un sector muy vulnerable, entre los ojos de la delincuencia y el narcotráfico, ya que cada uno de nosotros puede ser observado como un potencial “informante”. Lo que si genera entonces es miedo entre nosotros, miedo a hablar, pensar y actuar, y por ende disminuye la posibilidad de movilizarnos para defender nuestra universidad de los grandes problemas que afronta.

Igualmente con la aprobación de la segunda parte del Estatuto Estudiantil en sus disposiciones “Bienestar y Convivencia”, más bien de Malestar y Convivir, se le da un fuerte golpe a la acción movilizadora de los estudiantes, ya que por una infinidad de artículos podemos estar siendo señalados por nuestros propios compañeros de estar incurriendo en comportamientos “erróneos” o sancionables, ya que, por ejemplo, por pintar un muro o hacer una asamblea podemos estar perturbando el “orden”, o haciendo uso inadecuado de la infraestructura de la universidad. Todos estos hechos tienen que motivar una mayor inconformidad, contrario a lo que buscan generar y es que no discutamos, ni nos movilicemos, ni organicemos para defender nuestra Universidad. Ya es bastante todo lo que ha perdido la UN en materia de calidad académica, de bienestar estudiantil, así como es alarmante la situación financiera de la misma, como para que ahora traten de evitar que continuemos luchando para que estas problemáticas no lleven a la desaparición de la Universidad más importante del país, la universidad de la nación.

Es el momento de que comencemos a reflexionar seriamente sobre nuestro determinante papel en el rumbo de la UN, es tiempo de que emprendamos nuevamente una ardua lucha, pero de una manera seria y coherente, en defensa de la Universidad Pública, de nuestros propios derechos a manifestar y expresar nuestras ideas, sin que ello sea causa de ser sancionados.

Si continuamos esperando no habrá como recuperar todo lo que ya se ha perdido, hoy se nos ataca terriblemente, y debemos ser consecuentes y responder crítica y acertadamente. Si recibimos una universidad pública, así la deberemos entregar a las próximas generaciones, de no luchar por ello seremos culpables, en cierta medida, de la destrucción de esta, además que sería una actitud conformista a la vez que irresponsable con el futuro de la educación superior en el país, y con la posibilidad de que miles como nosotros tengan la oportunidad de vivir este hermoso espacio que hoy nosotros habitamos.

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